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¿Adicción al amor? O Dependencia emocional

24/09/2020: NOTICIAS.

La dependencia emocional es un problema que actualmente presenta gran cantidad de personas, al punto que se está convirtiendo en tema de creciente relevancia en la Psicoterapia. Al respecto, la psicóloga Marlen Hernández Graciano nos detalla qué es y cómo podemos salir de la dependencia emocional.

Es una problemática compleja, en la que gran parte de la perturbación y el sufrimiento de quienes la padecen gira en torno al tema del amor, específicamente en la relación de pareja.

El peculiar foco del dependiente emocional es recibir afecto, atención y valoración por parte de su pareja, dentro de la dependencia emocional se han reconocido dos perfiles distintos, a saber, el demandante (dependiente afectivo, el que demanda afecto, atención, cuidado, valoración y protección) y el ayudador o salvador (genera dependencia en el otro, volviéndose imprescindible para él, para asegurar su permanencia). Consiste en un patrón de creencias, emociones y conductas caracterizado por la experiencia subjetiva de una intensa y siempre insatisfecha necesidad de afecto, puesto que dicho patrón es inflexible, generalizado y crónico, habiendo comenzado aproximadamente en la adolescencia y está asociado a un malestar significativo en el área personal y relacional.

El dependiente emocional se caracteriza por una baja autoestima, un pobre auto concepto y desvalorización, la creencia de no valer lo suficiente, de que su pareja es mejor y más confiable, por lo cual tiende a idealizarlo y buscar en él o ella valía, apoyo y seguridad, presentando intensa ansiedad de separación, miedo a estar solo y sumisión patológica, que llega al extremo de aceptar desprecio, humillación y maltrato para evitar ser abandonado.

Estudios han hallado que este trastorno, tanto en mujeres como en hombres, según la gravedad del caso, con frecuencia se encuentra asociado a diversos síntomas y patologías, como depresión reactiva especialmente relacionada con una mala calidad de la relación, separación o divorcio, celos patológicos, conductas controladoras, dificultad  en el control de los impulsos, escenas dramáticas, ataques de llanto, violencia verbal y/o física, consumo abusivo de sustancias, conductas de riesgo, autolesiones e intentos de suicidio.

Es característico de los dependientes emociones el fuerte deseo de estar con el otro significativo, usualmente la pareja; deseo al que experimentan como una necesidad incontrolable de la presencia, cercanía, atención, etc., del otro, cuando éste se ausenta. Tal deseo del otro ha sido comparado con el craving (deseo incontrolable o intensa necesidad de algo) que experimentan los adictos a las sustancias durante la fase de abstinencia. Esa es la razón por la que hay quienes consideran a la dependencia emocional como un tipo de adicción, concretamente una adicción a las personas (Rodríguez de Medina Quevedo, 2013).

El tratamiento terapéutico de los dependientes emocionales dependerá de la perspectiva que se adopte. Si se considera la dependencia emocional como un tipo de adicción, el objetivo terapéutico será la recuperación ─y no la curación─ del dependiente emocional, y el tratamiento será similar al de las adicciones a las sustancias, en la que necesariamente se debe incluir una etapa de aislamiento, abstinencia y desintoxicación respecto del objeto de dependencia.

Complementariamente, si se enfoca la dependencia emocional como un trastorno de personalidad, el trabajo terapéutico se orientará a fortalecer la autoestima y autonomía emocional del dependiente; guiarlo en la adquisición de una visión más realista de sí y del otro, procurando identificar y evitar idealizaciones y negaciones, enseñarle a tolerar la soledad, sin caer en la tentación de hacer llamadas y reclamos directos e indirectos de la atención y/o presencia del otro; ayudarlo a evitar pensamientos obsesivos y conductas compulsivas, tales como complacencia total y auto sacrificio, demandas excesivas de afecto y atención, celos patológicos e hipercontrol del otro, reclamos exagerados, escenas histriónicas o violentas.

Si reconoces que puedes ser una persona emocionalmente dependiente, redacta una lista de aquellas cosas que haces por amor o cariño y que no te perjudican como persona y otro listado de aquellas cosas que haces o aguantas por el rasgo de dependencia emocional y si influyen muy negativamente en tu salud y bienestar. Valora si has dejado de lado otras relaciones o amistades importantes, si has cambiado tus actividades de forma drástica a favor de la otra persona, etc. También debes pensar si estas siendo tratado correctamente en esta relación o has experimentado sufrimiento.

El cambio es posible. Se trata nada más y nada menos que de aprender a amar, teniendo relaciones de pareja más sanas y satisfactorias.

Fuente: El Despertar

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