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La nueva Ley Antitabaco: ¿qué mejoras necesitamos?

11/09/2020: NOTICIAS.

¿Qué necesitamos en la nueva Ley Antitabaco?

España tiene un grave problema de salud pública (casi 60.000 muertes anuales por tabaco). En su día intentó atajar el tema con la Ley Antitabaco, pero lo que empezó con mucho revuelo se quedó bastante decepción en algunos ámbitos.

Así lo indican los expertos en tabaquismo, que llevan años pidiendo una reforma de la ley del 2010 para adecuarla a las nuevas realidades (el cigarrillo electrónico) y, sobre todo, que se fomenten las inspecciones para velar que se cumpla la ley.

Vamos, que se dejaron muchas lagunas y cabos sin atar, y muchos fumadores y establecimientos se pasaron la ley antitabaco por el pito del sereno.

Los números de fumadores no han parado de crecer en los últimos años (casi uno de cuatro españoles fuma). Cuando entró en vigor la ley antitabaco, se comprobó enseguida que era demasiado laxa, y se intentó endurecer en el 2010.

La ley antitabaco se ha quedado obsoleta: repasamos aquí algunas de las mejoras que se buscan.

El propósito es que no se fume

Recordemos que el propósito es disuadir a los fumadores de fumar, es decir, el propósito de una ley antitabaco tiene que ser hacer el tabaquismo tan incómodo y molesto para el fumador que este se plantee, por unas o por otras, dejarlo de una vez. Porque se puede.

Cajetillas de cigarrillos genéricas

Imitando a otros países, como Reino Unido, Francia o Australia, España se apunta a la eliminación de los colores y distintivos de marca en las cajetillas de tabaco.

Entre las recomendaciones de muchos científicos y organizaciones se plantea un diseño sencillo y único para las cajetillas, sin distinción por tamaño o colores según la marca que pueda persuadir al consumidor. De hecho, aconsejan que el nombre de todos los fabricantes aparezca con el mismo tamaño, fuente y color de letra.

Las cajetillas genéricas son menos atractivas que las convencionales y, de esta manera, se disminuye el número de personas que compran tabaco. Aunque es una buena medida (amparada por la OMS) no puede estar sola , sino que debe acompañarse de otras medidas.

Parece a simple vista una buena medida, que haga las cajetillas menos atractivas al ojo, aunque la medida no parece haber tenido los mejores resultados en los países en los que se ha implantado.

Prohibir fumar en los espacios públicos (de verdad)

Muchos establecimientos (bares, restaurantes, cafeterías) juegan con los límites de la ley ampliando sus espacios a terrazas. Sin embargo, cierran éstas por dos o tres paredes con toldos, «cerrando» el espacio, y con ello cerrando también el humo.

Claro, muchos no-fumadores se han acostumbrado a huir de ciertas terrazas, que están dominadas por fumadores. En Japón, por ejemplo, está prohibido fumar en la calle, salvo en puntos específicos.

Seamos sinceros, da asco caminar por las calles de las ciudades, no solamente por el humo de los coches, sino sobre todo por el humo de los transeúntes. Sería maravilloso hacer algo.

Subir los precios (mucho más)

Un alto porcentaje del precio del tabaco va dedicado a impuestos. Y se ha demostrado que, en la práctica, aumentar los precios de las cosas suele ser el mejor disuasor.

Si suben los precios del tabaco, los jóvenes y adolescentes tendrán mucho más difícil el acceso (y recordemos que ésta es la población más vulnerables al tabaquismo).

Por supuesto, quedaría pendiente extender esta subida de impuestos también al tabaco de liar, que se ha convertido en la alternativa barata a las cajetillas de cigarrillos. Recordemos que el objetivo es que no se fume. Entonces también habrá que subir mucho el precio de todas las alternativas.

Por descontado, y como ocurre con cualquier actividad, si se restringe mucho legal o económicamente, acaba surgiendo un mercado negro para cubrir la demanda de la población.

Al subir los precios (al igual que con la prohibición), los fumadores más tercos acabarían encontrando sus suministradores, y alguien generaría negocio, al igual que ocurre con todas las drogas ilegales.

La FUERZA de voluntad no siempre basta para dejar de fumar ❌🚬
Cualquiera puede dejar de fumar, aunque fume 40 al día. Eso sí, necesita una BUENA estrategia.

Regular el vapeo

El vapeo es una de las mayores incógnitas. No han pasado suficientes años como para reunir evidencia científica suficiente como para sacar conclusiones definitivas. Hay muchos indicios de que los vaporizadores son malos para la salud, y muchos fumadores de cigarrillos electrónicos se refugian en esa ambigüedad.

“La imagen que vende la industria de los cigarrillos electrónicos (que es la misma industria que la del tabaco tradicional) es que estos artilugios son sofisticados, modernos y glamurosos. Y, encima, que son menos perjudiciales que el tabaco aunque lleven nicotina. Sus campañas han ido dirigidas a insistir en que sirven para dejar de fumar, cuando no hay evidencias científicas que avalen esas afirmaciones, salvo en casos muy concretos y muy controlados… Pero se les ha dejado hacer, y ahora tenemos un problema muy serio” 

Francisco Rodríguez Lozano, presidente de la Red Europea para el Fin del Tabaco (ENSP).

Los avances tecnológicos siempre cambian los paradigmas y las reglas del juego. Y las leyes cada vez tienen que adaptarse más deprisa a éstas nuevas realidades para no quedarse atrás.

Uno de los peligros es que muchos adolescentes están empezando a vapear (y volviéndose adictos a la nicotina), y eso es un fantástico iniciador a los cigarros tradicionales de tabaco.

Y claro, tampoco se ha demostrado que las personas que vapean como sustitutivo del tabaco hayan conseguido dejar de fumar. Los sustitutivos, a la larga, fracasan o agravan el problema.

Dejar de fumar es fácil, si sabes cómo

La fuerza de voluntad no es suficiente, de lo contrario ya no quedarían fumadores en el mundo. Lo mejor que puedes hacer es contactar con un profesional para que te guíe en el proceso y te ayude a dar los pasos más adecuados en tu caso.

Fuente: Luis Miguel Real

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