NOTICIAS: 17.03.2022
Según un estudio canadiense, cuyos resultados han sido publicado en la revista Sexually Transmitted Infections, los hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) que toman profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP) y mantienen conductas de chemsex presentan un mayor riesgo de adquirir infecciones de transmisión sexual (ITS).
CANADA. En consecuencia, los autores del estudio han hecho un llamamiento para el abordaje integral en la atención de los hombres GBHSH que practican chemsex que permita identificar y tratar sus necesidades bio-psico-sociales.
La PrEP es una intervención muy eficaz en la reducción del riesgo de la infección por el VIH y su uso ha ido aumentando desde su aprobación, por lo que es importante disponer de datos sobre la salud de las personas que la toman. Un equipo de investigadores canadiense decidió examinar las relaciones entre la PrEP, las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el chemsex entre las personas atendidas entre 2013 y 2020 en una gran clínica de salud sexual de Montreal (Canadá) que atiende principalmente a hombres gais, bisexuales u otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH).
Las personas interesadas en la PrEP son atendidas en una consulta inicial con un equipo médico, durante la cual se les hace una prueba del VIH y se les pide que completen un cuestionario que cubre distinta información, incluyendo datos sociodemográficos y sobre salud sexual y el uso de drogas. A las personas que cumplen los requisitos para recibir la PrEP se les receta un comprimido oral diario de tenofovir y emtricitabina. A continuación, se les programa una cita un mes más tarde y, a partir de eses momento, cada tres meses. En las visitas clínicas, se renuevan las recetas, se recogen muestras de sangre y orina para su análisis, se realizan pruebas de detección de ITS y VIH y se pregunta a los participantes sobre su nivel de adherencia a la PrEP, los posibles efectos secundarios que notan y su conducta sexual.
En el presente estudio, participaron 2.086 personas adultas, con una media de edad de 36 años. El 99,7% de los participantes eran hombres cis, el 0,1% hombres trans y 0,2%, mujeres trans. El 99,7% se identificaron como gais o bisexuales y el 0,2%, heterosexuales. No se dispuso de datos sobre la orientación sexual del resto de participantes. El 24% de los participantes declaró haber practicado chemsex.
En el ámbito del estudio se definió chemsex como mantener relaciones sexuales cuando se han usado una o varias de las siguientes sustancias: cocaína, crack, metanfetamina, GHB o ketamina. A los participantes solo se les preguntó por sus prácticas de chemsex en la visita inicial del estudio, en la que tampoco se recopilaron datos sobre su frecuencia. No obstante, las conclusiones de otros estudios indican que los patrones de prácticas de chemsex suelen ser bastante estables a lo largo de los años. Para el presente análisis, el seguimiento de los resultados clínicos de los participantes se limitó hasta dos años después de su entrada en el estudio.
El análisis de los datos concluyó que las personas que declararon haber practicado chemsex fueron más propensas a adquirir antes una ITS que las personas que declararon no hacerlo (9 meses frente a 14). Además, las personas que declararon haber practicado chemsex fueron un 32% más propensas a desarrollar una ITS que el resto. Las personas que afirmaron practicar chemsex mostraron un riesgo especialmente elevado de infectarse por gonorrea. El estudio también reveló que las personas que tomaban un número superior de drogas durante sus prácticas de chemsex corrieron un mayor riesgo de sufrir una ITS. Por otro lado, se observó que las personas que usaban metanfetamina, GHB o crack presentaban antes su primera ITS relacionada con el estudio, en comparación con las personas que no usaban estas drogas.
También se identificó el nivel económico como un factor que influye en el riesgo de infección por ITS y, así, las personas con mayores ingresos presentaron un menor riesgo de ITS.
En relación con la edad, se observó que las personas en la franja de 18 a 35 años presentaban un riesgo especialmente elevado de sufrir una ITS. También se observó un mayor riesgo de ITS entre los participantes mayores de 50 años.
En el estudio no se registró ningún caso de infección por el VIH entre las personas usuarias de la PrEP, lo que viene a refrendar los datos ya disponibles que demuestran el gran efecto protector que ofrece la PrEP.
Los resultados observados apuntan a que las distintas sustancias empleadas (de forma aislada o en combinación) en la práctica de chemsex pueden tener un efecto indirecto sobre el riesgo de ITS. Así, en el estudio se comprobó que las personas usuarias de metanfetamina o GHB tenían más probabilidades de desarrollar antes su primera ITS con el estudio, en comparación con las personas que no usaban dichas drogas. Los autores señalaron que, en un estudio anterior, se había comprobado que las personas que usaban estas drogas en las prácticas de chemsex tenían más probabilidades de mantener relaciones sexuales sin preservativo. Por lo tanto, es posible que esta conducta también se diera en el estudio, lo que explicaría el mayor riesgo de adquirir una ITS.
Los autores consideran que los hallazgos de su estudio ponen de relieve la necesidad de contar con servicios de atención integral que aborden las complejidades del consumo de sustancias en los contextos sexuales.
Referencia: Flores Anato JL, Panagiotoglou D, Greenwald ZR, et al. Chemsex and incidence of sexually transmitted infections among Canadian pre-exposure prophylaxis (PrEP) users in the l’Actuel PrEP Cohort (2013-2020). Sexually Transmitted Infections. 2022; in press.
Comments