NOTICIAS: 13.06.2022
El director del Instituto de Medicina Legal, Amador Martínez Tejedor, explica que en 2021 hubo un aumento que continúa este año. Los más frecuentes son los que se producen aprovechando que las chicas han bebido
BURGOS. Como la denominación suena bastante rotunda y técnica puede parecer que se está hablando de casos muy puntuales rodeados de circunstancias tremendamente especiales en las que una mujer es drogada por un desconocido para posteriormente ser abusada sexualmente. Pero la sumisión química como concepto es un acto delictivo que se produce, por desgracia, muchos fines de semana en la provincia de Burgos y de una forma simple. El director del Instituto de Medicina Legal, Amador Martínez Tejedor, explica que este concepto define sencillamente el uso de psicofármacos o alcohol para doblegar la voluntad de una persona con un objetivo delictivo como el robo, la extorsión o la agresión sexual y que la sumisión puede ser proactiva -el ejemplo inicial, en el que una joven recibe una sustancia en su vaso sin que se entere por un hombre que más tarde la viola- u oportunista, es decir, que la chica esté tomando copas en un contexto de fiesta y que un hombre de su alrededor -muchas veces, conocido- aproveche la circunstancia del consumo excesivo de alcohol para agredirla sexualmente.
Aunque el Instituto de Medicina Legal está a falta de unos detalles para cerrar su memoria de 2021 y Martínez Tejedor no dispone de los datos concretos, sí sabe que estos casos se incrementaron el año pasado y que este aumento se está manteniendo en 2022 y que mayoritariamente son de presuntos abusos a una chica que ha bebido demasiado. La situación más habitual con la que se encuentran los forenses es la de una joven -en muchos casos menor de edad- que ha llegado al servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Burgos con intoxicación etílica y casi siempre acompañada de una amiga relatando que no sabe muy bien qué ha pasado aunque intuye que ha podido ser abusada: «No recuerdan qué ha ocurrido en un paréntesis de varias horas y relatan que estaban en un sitio y más tarde se encuentran en otro y algunas tienen alguna sensación en el área genital pero no señales de violencia porque pudieron estar dormidas en algún lugar.
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