NOTICIAS: 08.09.2022
Mezclar la cafeína con el alcohol puede provocar reacciones adversas en el organismo
El alcohol activa la producción de una sustancia química llamada adenosín monosfato cíclico, que hace que una persona se sienta con más energía, desinhibida y con muchas ganas de hablar. A la vez, hace que se liberen otros neurotransmisores que desaceleran procesos cerebrales, lo cual genera cansancio, disminución del tiempo de reacción y confusión.
Un experimento realizado en Estados Unidos entre jóvenes de 15 y 23 años, determinó que las personas que bebían alcohol y cafeína podían beber cuatro veces más que los que sólo tomaban alcohol.
Al consumir productos con cafeína mientras se bebe alcohol, se refuerzan los efectos del adenosín monosfato cíclico, y si la cafeína permanece mucho tiempo en el cuerpo, refuerza también el efecto del alcohol cuando la persona está durmiendo, lo que hace que el cerebro esté activo por más tiempo, provocando que no se logre descansar.
Las bebidas energéticas también contienen gran cantidad de azúcar, así como otros ingredientes, como la taurina y junto a los altos niveles de cafeína, estas sustancias afectan a nuestro organismo y pueden conducir a la ansiedad, ataques de pánico, aumento de la presión arterial, así como daño permanente de procesos cerebrales.
El ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), alertó del peligro de consumir cafeína y alcohol de manera simultánea.
Tal y como recoge la AESAN en su página web, “como consecuencia de las conclusiones que emanan del Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas, aprobado con fecha 17 de febrero de 2021, el Ministro de Consumo, Alberto Garzón, anunció un conjunto de medidas, entre las cuales se incluye la elaboración de una serie de recomendaciones de consumo”.
Entre ellas están especificar que todas estas bebidas tienen un alto contenido en azúcar y cafeína y las consecuencias de realizar una ingesta excesiva de cafeína o combinada con alcohol. Así, en el punto 7 del documento Sanidad advierte de que “no deben combinarse bebidas energéticas con bebidas alcohólicas. Estudios recientes demuestran que el consumo de alcohol mezclado o en combinación con bebidas energéticas conduce a estados subjetivos alterados que, entre otros efectos, incluyen una disminución de la percepción de intoxicación etílica”.
Esto no quiere decir que el café sea malo para la salud. De hecho, es beneficioso para determinadas cosas. Así, es un complemento perfecto en las oficinas porque aporta energía y favorece la concentración. Además, acelera el metabolismo, lo que ayuda a perder peso y es un remedio para el dolor de cabeza ya que al ser un vasodilatador, alivia los síntomas. También ayuda a elevar la tensión arterial y aumenta el riego sanguíneo
Si sufres de hipotensión, esta bebida tiene una acción estimulante sobre el corazón, aumentando la frecuencia cardiaca, el riego sanguíneo y la tensión arterial, un efecto beneficioso para las personas que padecen frecuentes bajadas de tensión. Asimismo, reduce el riesgo de sufrir Parkinson y Alzheimer.
Como en todo en esta vida, hay que evitar los excesos porque la cafeína y otros componentes del café pueden irritar el estómago y el revestimiento del intestino delgado. De ahí que el café resulta un problema para quienes sufren de ulceras, gastritis y colon irritable.
El café puede ser también un estimulante para ir al baño. De hecho, muchas personas lo utilizan como laxante. El problema es que estimula el peristaltismo, promueve un mayor vaciamiento gástrico y el contenido del estómago se pasa rápidamente en el intestino delgado antes de que la digestión haya finalizado. Además, el café altera el paladar y hace que otros alimentos y bebidas nos sepan menos dulces, provocando el paradójico efecto de querer tomar más de esta bebida.
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