NOTICIAS: 19.09.2022
Un estudio ha demostrado que el alcohol a dosis bajas, lo que se considera «beber socialmente», afecta a una región del cerebro que regula la ansiedad y lo puede preparar para desarrollar la adicción.
Dr. Francisco Marín Médico de Atención Primaria
MADRID. Bastan pequeñas cantidades de alcohol para desencadenar cambios en los circuitos cerebrales en un área que es crucial en el desarrollo de la adicción.
Beber alcohol libera endorfinas, unas sustancias opioides que activan los centros de recompensa del cerebro provocando sensación de placer. Pero, ¿cuántas copas son necesarias y durante cuánto tiempo para desarrollar la adicción?
El alcoholismo, conocido médicamente como trastorno por consumo de alcohol, se ha relacionado siempre con la ingesta de alcohol en ayunas o de cantidades importantes de alcohol a lo largo del día y durante mucho tiempo. Un bebedor de fin de semana no entraría dentro de este esquema. Ahora un estudio desmonta esta teoría y sugiere que no hace falta beber ni mucha cantidad ni durante mucho tiempo para aumentar el riesgo de convertirse en un adicto.
Investigadores de la Universidad de Illinois han demostrado en un experimento realizado en roedores que dosis bajas de alcohol pueden preparar al cerebro para la adicción.
QUÉ CANTIDAD DE ALCOHOL FAVORECE EL ALCOHOLISMO
Según este estudio, bastan pequeñas cantidades de alcohol para desencadenar cambios en los circuitos cerebrales en un área que es crucial en el desarrollo de la adicción.
De hecho, los autores del estudio aseguran que las vías que están involucradas en preparar el cerebro para la adicción son las mismas que están asociadas con los efectos de la bebida, como la euforia y la sensación de sedación.
POR QUÉ HAY PERSONAS MÁS VULNERABLES AL ALCOHOLISMO
Pandey asegura que los resultados de su estudio no significan que una sola bebida provoque adicción en una persona, pero sí da pistas del porqué hay personas que son más vulnerables a convertirse en alcohólicas, incluso aunque beban solo el fin de semana.
«Estamos viendo que los comportamientos dependientes pueden no ser siempre de hábitos a largo plazo y de alta cantidad, sino el resultado de rápidos cambios epigenéticos en el cerebro que pueden comenzar a ocurrir incluso en dosis bajas», dijo Pandey.
CÓMO AFECTAN DOSIS BAJAS DE ALCOHOL AL CEREBRO
En el experimento, se administró dosis bajas de alcohol a los ratones y se observó su comportamiento en un laberinto. Luego se analizaron muestras de tejido cerebral para ver los cambios génicos que se habían producido.
Cuando analizaron las muestras, encontraron un gen (Hif3a) que estaba asociado con cambios en el cerebro después de la exposición al alcohol y también de determinados comportamientos, como el tiempo que pasaron en áreas del laberinto (demuestra niveles altos de ansiedad) o si estaban con los brazos abiertos (nivel bajo de ansiedad).
Los investigadores vieron que el alcohol, incluso a dosis bajas, aumentaba la actividad de este gen y reducía la ansiedad. «Vimos que las dosis bajas de alcohol, lo que consideramos ‘beber socialmente’, cambia la expresión génica en la amígdala, una región del cerebro que regula la ansiedad. En otras palabras, crea un camino epigenético para la adicción«, explica Pandey.
ALCOHOLISMO: QUÉ ES EL TRASTORNO POR CONSUMO DE ALCOHOL
La conclusión que podría extraerse del estudio es la siguiente: «no asuma que beber socialmente o incluso beber durante una pandemia está libre del riesgos«, asegura el investigador.
“El trastorno por consumo de alcohol es complejo y difícil de superar. Lo que aprendimos de este estudio nos ayuda a comprender mejor lo que sucede en el cerebro y, algún día, puede aprovecharse para desarrollar mejores tratamientos y productos farmacéuticos para tratarlos”, concluye.
El trastorno por consumo de alcohol «es un patrón de consumo de alcohol que consiste en tener problemas para controlar lo que bebes, estar preocupado por el alcohol o continuar consumiéndolo aun cuando te causa problemas. Este trastorno también implica la necesidad de tener que beber más para lograr el mismo efecto o la presencia de síntomas de abstinencia cuando disminuyes o suspendes rápidamente el consumo», explica la Clínica Mayo.
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