NOTICIAS: 25.06.2025
Un año más, conmemoramos el Día Internacional contra la Droga. Una fecha especial para reflexionar. Un día singular en el que no podemos estar satisfechos porque la situación es realmente preocupante tanto en Galicia como en el resto de España. Y tanto en lo referido a las adicciones como al narcotráfico.
El problema de las drogas es amplio y complejo, un desafío que afecta a millones de personas en todo el mundo. Desde quienes sufren personalmente el drama de las adiciones a sociedades que padecen las consecuencias del narcotráfico y el crimen organizado. Desgraciadamente hay comunidades, como la gallega, que conocen muy de cerca ambos problemas.
El consumo de drogas está desbocado -no tan visible como en otros tiempos pero al máximo nivel- y totalmente banalizado, empezando por el alcohol, el rey indiscutible de las fiestas de mayores y menores. De hecho, todos los fines de semana tenemos miles de adolescentes -muchos de ellos menores- bebiendo en la calle litros de alcohol, también en fiestas y conciertos…sin que aparentemente nadie haga nada por evitarlo. Muchos de ellos y ellas están desarrollando una adicción que posiblemente les acompañe toda su vida.Debemos reflexionar como sociedad porque en determinados ámbitos es común el pensamiento de que consumir drogas “no es tan grave”, es divertido y además, “no pasa nada”. Hemos construido un error colosal en torno a estas creencias que debemos empezar a resolver de manera urgente.
Porque la realidad es muy distinta, el consumo de drogas no es inocuo, daña desde la primera dosis, desembocando en muchas ocasiones en el drama de la adicción, con repercusiones evidentes sobre la salud física y mental de las personas, daños que pueden ser muy severos y que destrozan vidas.
Para agravar la situación, en los últimos tiempos han cobrado auge
las denominadas adicciones sin sustancia. El juego patológico, junto al uso problemático de internet, videojuegos, móviles y redes sociales son algunas de las nuevas adicciones que en much
os casos están estrechamente relacionadas con el consumo de las drogas clásicas y asociadas a comportamientos peligrosos como situaciones de acoso escolar, abuso sexual y violencia de género, entre otros.
En este contexto resulta evidente que no podemos limitarnos a reflexionar. Es tiempo de actuar de forma decidida; sin alarmismos pero con la certeza de que si no hacemos lo necesario la situación se nos puede ir de las manos.
Es urgente reaccionar, empezando por asegurar las mejores condiciones para el tratamiento, la asistencia y la reintegración social de las personas adictas. Una reacción que nos llama a todos porque el problema nos afecta a todos. Personas, familias, comunidades, medios de comunicación, profesionales, entidades y administraciones… debemos trabajar juntos y de
manera intensa, logrando la desnormalización del consumo y el fomento de estilos de ocio que no tengan como actividad principal el atracón de alcohol y otras drogas.
Es tiempo de realizar un apuesta decidida por la Prevención, como señala Naciones Unidas en este Día Internacional.
Por otra parte, desde el ámbito de la lucha contra el narcotráfico estamos en un momento especialmente delicado.
Los índices de tráfico de drogas están en los registros más altos de la historia y en España confluyen grandes rutas internacionales de tráfico de drogas con destino a Europa. Así nuestro país está -literalmente- inundado de drogas, principalmente de hachís del Sur y de cocaína del otro lado del Atlántico con las costas gallegas como uno de sus destinos favoritos. La consecuencia es que ahora mismo adquirir cualquier sustancia para consumo es tan sencillo como salir de compras; está disponible, es abundante y muy barata.
Todo ello a pesar de la meritoria labor que realizan las fuerzas de seguridad, jueces y fiscales comprometidos; profesionales que trabajan con las manos atadas por una legislación tímida y excesivamente garantista que en demasiadas ocasiones parece proteger más al criminal que al honrado ciudadano.
Así, resulta obsceno ver a los mismos traficantes -grandes y pequeños- entrando y saliendo de la cárcel con normalidad rutinaria, traficando una y otra vez, ganando dinero a costa del sufrimiento de muchos. A ellos se añaden bandas internacionales muy peligrosas que han llegado para quedarse. El resultado es que los ajustes de cuentas y la violencia extrema están pasando de las pantallas de televisión a nuestras calles. Lo sufrimos directamente. Según el último registro disponible, casi quinientos grupos de crimen organizado (472) operan habitualmente en España, poniendo en peligro la seguridad de todos.
Mientras tanto la Policía, Guardia Civil o Vigilancia Aduanera tienen medios escasos y dificultades legales cada vez mayores para hacer su trabajo. Y los juzgados empantanados, con escasos medios frente a la enorme carga de trabajo que tienen que atender.
Cifras récord de tráfico, asentamiento de mafias internacionales, incremento exponencial de la violencia…en España estamos ante un problema de seguridad nacional. Es urgente e imprescindible reaccionar y tomar las decisiones adecuadas para combatir con unas mínimas garantías lo que ya es una amenaza para la salud, la seguridad y el bienestar de nuestra sociedad.
Actuemos antes de que sea demasiado tarde.
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