El cierre por el confinamiento ha limpiado los centros de estupefacientes y los funcionarios temen que una proliferación de sobredosis provoque muertos
Instituciones Penitenciarias ha lanzado la campaña ‘vida extra, contágiate de vida’, para prevenir la entrada de droga en las cárceles una vez se reabran las visitas con normalidad. Durante la pandemia, los centros se han limpiado de estupefacientes al haber reducido el contacto con el exterior, según indican fuentes a Confidencial Digital. El temor ahora es que es que la reapertura produzca alteración en el comportamiento de muchos presos que llevan tiempo sin consumir.
Con esta campaña el Ministerio de Interior reconoce abiertamente que existe un problema de droga en las prisiones. “Para que los internos y allegados tomen conciencia del riesgo de sobredosis”, dicen algunas de las lonas que han colocado en los centros penitenciarios para concienciar a las familias.
Funcionarios de prisiones explican que durante el confinamiento los presos han presentado muchos menos problemas de droga, no se han producido sobredosis y mucho menos muertos. “Al principio estaban más alterados y nerviosos, pero a medida que han ido pasando los días se han desintoxicado”, cuentan fuentes de una cárcel madrileña a ECD.
La droga entra en las cárceles a través de las visitas, de los “vis a vis” porque la familia la introduce o de los propios presos cuando salen de permiso. “La esconden en los orificios de su cuerpo y ahí nosotros no podemos intervenir”, explican funcionarios de prisiones.
Este fin de semana se ha reactivado con normalidad la actividad de las cárceles y los presos vuelven a tener permisos y a recibir visitas como antes del confinamiento. El temor es que, después de este tiempo, se produzca un ‘efecto rebote’ y aumenten los fallecimientos por sobredosis. .
Los médicos de prisiones al borde del colapso
Además no solo está el miedo por los estupefacientes, también la entrada del coronavirus en los centros de prisiones mantiene especialmente tenso al personal sanitario de las cárceles.
La Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP) envió el pasado mes de junio una carta al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, pidiendo más recursos, pero la misiva no ha obtenido respuesta.
“La cárcel mejor dotada no pasa de 5 o 6 médicos por cada 1.400 presos”, explica José Joaquín Antón, presidente de SESP. “Podrán decir que eso es más que en muchos pueblos, pero estamos hablando de un sitio cerrado, con cantidad de enfermedades mentales, donde hay que hacer control del VIH, control de hepatitis… yo ahora mismo tengo 50 presos con enfermedades mentales graves. Esto es mucho más de los que hay en el hospital”.
La escasez de personal en este sentido provoca que cuando hay días de vacaciones como puentes, los médicos entreguen toda la medicación de varios días y esto provoca, en ocasiones que los presos se tomen toda la medicación junta o la mezclen con otras sustancias para conseguir el efecto de la droga.
El Covid-19 también preocupa
Los funcionarios de prisiones insisten en que han realizado una labor pedagógica todo este tiempo para que los presos entendieran por qué se habían anulado las visitas y no podían salir de los centros. El virus, en general, ha conseguido mantenerse fuera de prisiones a excepción de algunos casos como en la cárcel de Estremera.
Pero la apertura nuevamente de las visitas asusta a médicos y funcionarios por si se retrocediera en todo los conseguido.
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