Colectivos de ayuda a estos enfermos critican las dificultades para la atención presencial y la tardanza en las analíticas
CÁDIZ – Nuria Agrafojo
Un auténtico calvario es lo que ha traído el coronavirus a muchas casas de la provincia de Cádiz y no precisamente por los efectos de la enfermedad. La pandemia se ha convertido en un gran problema para familias con sobrinos, nietos, hijos o parejas con adicciones a las drogas, que se han visto obligados a renunciar a sus tratamientos ante la falta de recursos públicos.
Así lo denuncian desde la Federación Provincial de Drogodependencias, Adicciones, SIDA y patología Dual ‘Nexos’, así como desde la Asociación de Familiares de Enfermos Duales de Cádiz (Afedu), que han manifestado su preocupación por el funcionamiento «bajo mínimos» de los Centros de Atención Ambulatoria (CTA) dependientes de la Diputación Provincial de Cádiz. Según la presidenta de Afedu, Lola Callealta, los centros siguen sin funcionar a pleno rendimiento desde el pasado mes de marzo, especialmente los ubicados en Cádiz capital, San Fernando y Algeciras.
La portavoz de la entidad ha asegurado que además de la tardanza en retomar la actividad desde estos centros, los servicios se están realizando «bajo mínimos», sin responder a las necesidades de las familias, que desde hace años reclaman un tratamiento integral para hacer frente a la enfermedad. En este sentido, asegura que la mayoría de las atenciones se están realizando de forma telefónica y son contadas las ocasiones en las que se atiende personalmente a los enfermos.
A juicio de los colectivos, también se están produciendo retrasos en la realización de las analíticas de orina que son fundamentales para detectar si el paciente está consumiendo drogas y poder abordar correctamente su atención. «Se está tardando entre cinco y diez días en realizar la prueba, por lo que el enfermo sabe que en ese tiempo puede dejar de consumir y no dar positivo», afirma Callealta.
Esta situación ha desatado numerosas quejas por parte de las familias de los afectados y situaciones extremas en el entorno familiar, ante la falta de recursos para hacer frente a este tipo de situaciones. «Se han disparado las situaciones de crisis porque los enfermos no están recibiendo todas las ayudas que necesitan. Algunos se escapan de sus casas, otros están viviendo en la calle y otras muchas situaciones que se están dando desde que empezó el confinamiento», apunta la presidenta de Afedu, que también pone de relieve el aumento del consumo durante los meses de confinamiento. «El que es adicto al alcohol ha podido tenerlo porque lo ha comprado en el supermercado y los que son adictos a las drogas también se las han apañado para conseguirla», apostilla.
«Llevamos años reclamando una actuación integral para estos enfermos, porque no olvidemos que según la Organización Mundial de la Salud, la adicción es una enfermedad y necesita una atención epecializada por parte de los profesionales», pone de relieve la presidenta de uno de los colectivos más implicados en la lucha. En este sentido, lamenta que a pesar de que en 2019, estos servicios ya se vincularon a la atención sanitaria, la pandemia ha paralizado todo el proceso de preparación para poder llevar a cabo estas atenciones desde los centros de salud.
Mientras tanto, las familias ya han solicitado cita con el responsable de Bienestar Social de la Diputación Provincial, David de la Encima, para intentar acordar soluciones a corto plazo para un colectivo que está en situación límite.
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