25/09/2020: NOTICIAS.
Los expertos que participaron este jueves en el tercer congreso científico ‘No smoke summit’ se mostraron en su mayoría coincidentes en que estos productos apuntan a una reducción del daño provocado por el consumo del cigarro convencional, pero hay algunos que sienten desconfianza de la industria por experiencias pasadas.
Así se extrae de lo expuesto en la primera jornada de este Congreso, que continuará el viernes desde Grecia aunque abierto a la participación internacional gracias a internet.
Una de las exposiciones fue un estudio sobre los efectos durante 6 meses de usar el producto de tabaco calentado Glo como alternativa al cigarrillo, realizado por la propia British Tobacco, a cargo del investigador clínico Nathan Gale, que apuntó a «una signicativa reducción estadística en la exposición a tóxicos comparado con continuar fumando».
Los datos de esos 6 meses de seguimiento apuntarían que «la mayoría de estos marcadores alcanzaron niveles similares a la completa cesación» y que fue algo «mantenido». «Estos datos dan soporte a la conclusión de que el producto Glo puede ser considerado como un producto de tabaco de exposición reducida», reclamó.
En todo caso, no todo fue favorable, pues Gale apuntó al descubrimiento de «una serie de biomarcadores de daño potencial» sobre el que avanzó nuevos datos pronto. Por ejemplo, el estudio reveló un aumento de algunas sustancias con el uso del producto, como la nitrosonornicotina, considerado un cancerígeno.
SE TEME EL «ATRACTIVO TECNOLÓGICO» DE LOS NUEVOS PRODUCTOS
Para el director de cardiología clínica de Athens Euroclinic, Georgios S. Goumas, los nuevos productos de la industria tienen el riesgo de resultar «muy atractivos» por su componente tecnológico, como los móviles o las tabletas electrónicas: «atractivos de usar de todas maneras» e independientemente de sus riesgos.
Además, se mostró lejos de estar convencido de los datos científicos publicados, especialmente por la propia industria: «dicen que es menos dañino, pero también lo decían antes [en la publicidad, cuando ésta era legal], así que tengan cuidado». «La única manera de estar seguro es dejar de fumar», aseveró.
INDICIOS CIENTÍFICOS «SUFICIENTES» DE QUE SON MENOS DAÑINOS
En cambio, varios expertos se mostraron contrarios a esta apelación, asegurando que actualmente existen «suficientes indicios científicos» como para asegurar que los nuevos productos son menos dañinos que los cigarrillos.
El psicólogo clínico sueco Karl Fagerström, dedicado desde 1983 al control del tabaco -desarrollador del test de dependencia que lleva su nombre y premiado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su lucha contra el tabaco en 1999-, aseveró que el «cigarrillo es la más dañina forma de consumo» de nicotina y que tanto el tabaco calentado como los cigarrillos electrónicos son «definitivamente menos dañinos».
Así, incidió en que las soluciones clínicas de administración de nicotina son sin duda «la mejor opción» para dejar de fumar suministrando a los fumadores de esta sustancia, pero reconoció que pasar de fumar a estas fórmulas es un «gran paso» para los fumadores, motivo por el que considera que los nuevos productos se pueden convertir en una senda hacia dejar de fumar.
¿ERRADICAR LA NICOTINA?
Para el experto, el debate a estas alturas no es tanto si estas nuevas fórmulas son más seguras, algo de lo que consideró no hay dudas, sino sobre «si la nicotina debe ser erradicada o si debe ser aceptada como algo cultural».
El doctor Panos Vardas, presidente de la sección de cardiología de Hygeia Hospitals Group dijo que el debate sobre si usar productos de reducción de daño o no le recordaba al debate en la iglesia católica sobre recomendar el uso o no del preservativo en África: «un debate entre seguir la doctrina o la realidad».
El experto británico de salud pública, en su día asesor de Tony Blair, Clive Bates, fue contundente: «Toda la ciencia dice que es menos dañino». A este respecto, rechazó el argumento de aquellos que aseguran que estas nuevas fórmulas «no son una alternativa segura a los cigarrillos».
«NO HAY NINGÚN PRODUCTO DE TABACO SEGURO 100%»
«Es verdad, pero es una afirmación llamada a la confusión», indicó, pues «no hay ningún producto de tabaco seguro 100%», pero lo que sí es seguro es que es «menos dañino que seguir con el cigarrillo».
Así, alertó de los efectos perversos que puede provocar un exceso de regulación sobre los nuevos productos a través, por ejemplo, de los avisos sanitarios en el envoltorio, pues pueden provocar que los consumidores vean estos nuevos productos como igual de dañinos que el cigarrillo y no opten nunca por cambiar.
«Si en nombre de la duda hiper regulamos y hacemos que los fumadores no cambien, estarían usando el producto que sabemos sin lugar a dudas que es más arriesgado», sentenció. A este respecto, citó que las autoridades británicas, a través del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS), ya publicitan los cigarrillos electrónicos y las formas de tabaco calentado como «menos dañinas» y que pueden «ayudar a dejarlo» a través de campañas como la reciente ‘Stoptober’.
DUDAS CON QUE AYUDEN A DEJARLO, PERO NO EN QUE SON MENOS DAÑINOS
El neumólogo griego Michael G Toumbis dijo no estar «seguro de sirvan para dejar» de fumar, pero mantuvo «no» estar «en contra de sustituir vapeo por fumar, porque es menos dañino». «Tenemos suficientes evidencias de que son mucho más seguros que lo cigarros. No sabemos en el largo plazo, pero no creo que debamos esperar 15 años. La solución es la vigilancia de estos productos por si tienen efectos negativos», defendió.
En este sentido, la profesora Paraskevi A. Katsaounou defendió en su presentación que los cigarrillos electrónicos funcionan a veces para dejar de fumar, pero en un porcentaje no generalizado, dando mejores resultados cuando hay «supervisión médica».
Comments