OPINION: 07/11/2020
Igual te sorprende, pero trabajando en terapia con adicciones, la mayoría de casos con los que trabajo no son de alcoholismo
Son personas que tienen episodios de consumo agudo o excesivo de alcohol. A veces también se le llama trastorno por consumo de alcohol (qué nombre menos original).
No, no es lo mismo que la adicción al alcohol, no te columpies.
Sigue leyendo y te explico en qué consiste.
¿De qué hablo en éste artículo?
El episodio de consumo agudo de alcohol
Hablamos de un episodio de consumo agudo cuando la persona tiene una noche «de esas»
Sabes de lo que hablo
Mucha gente ha tenido noches así de joven, en las fiestas universitarias o en la boda de su primo Paco
Las cogorzas de animal, las noches de borrachera, los homenajes a Bukowski, cuando uno se pone como los Kikos
En lenguaje más terreno, cuando alguien «bebe de más»
Por el lado académico, se suele considerar que una persona está «ebria» o borracha como una cuba cuando ha bebido más 4 o 5 unidades estandar de alcohol en menos de dos horas, aproximadamente (eso en varones, en mujeres suele ser una menos).
Y esto que te acabo de decir, cambia también con el peso de la persona, su metabolismo y genética, o la tolerancia que ya haya desarrollado al alcohol (dependiendo de la frecuencia de su consumo).
Vamos, que no te lo tomes al pie de la letra, que es solo orientativo.
Cuando una persona bebe demasiado alcohol en poco tiempo (y se emborracha), pueden pasar varias cosas, o todas:
- Lagunas de memoria (no recordar periodos de la noche anterior)
- Estallidos de agresividad
- Episodios de tristeza aguda (lo que se suele llamar «un bajón»)
- Vomitar
- Coma etílico o incluso muerte
En el menos grave de los casos, uno sufre una resaca monumental al día siguiente, acompañada por confusión (en caso de no recordar mucho) o de vergüenza y culpa (en caso de recordar mucho).
Es en la vergüenza y culpabilidad cuando la mayoría de la gente acude a ver a un profesional para que les asesore, pero la mayoría de la gente se mueve cuando ya es bastante tarde, todo hay que decirlo.
Creando un hábito tóxico (o perpetuando el problema)
«Yo es que bebo así de toda la vida»
Paco, tu cuñado que siempre monta un pollo en Navidad
El problema con las conductas peligrosas, es que muchas veces se automatizan, nos acostumbramos y las tomamos como normales
Uno de los principales problemas con el alcohol es que está considerado muy positivamente en muchos contextos y culturas
En muchos grupos de amigos, o en eventos y celebraciones familiares, si alguien se pide «una 0,0» o un agua fría, la gente de alrededor le va a mirar mal, va a juzgar y va a hacer comentarios incómodos
«¿Qué pasa que no bebes? ¿Estás embarazada?»
En muchos círculos, hay una inmensa presión social para beber y beber, y se va a penalizar socialmente a la persona que no quiera beber alcohol ni seguir la corriente.
Algunas veces, incluso se lo van a tomar a lo personal: «va, bebe conmigo, es mi cumpleaños»
Es muy común que haya chantajes emocionales para justificar el consumo de alcohol (en muchos casos extremo). Que si somos amigos, que si es una ocasión especial, que si tú siempre has bebido y porqué ahora no…
«Ese es el problema de beber, pensaba, mientras me servía un trago. Si algo malo pasa, bebes para intentar olvidar; si algo bueno pasa, bebes para celebrar; y si nada pasa, bebes para que hacer que algo pase«
Cuando repetimos una conducta muchas veces (beber alcohol a menudo durante años) y existen reforzadores suficientemente fuertes (refuerzo social por beber, lo más común), es mucho más probable que la conducta se repita.
Vamos, que si uno no tiene un accidente de coche gravísimo la primera noche en su vida que prueba el alcohol, es muy probable que siga probándolo más veces. La mayoría de gente le va a aplaudir por hacerlo, además.
De la misma manera que mucha gente que viene a mi consulta por ludopatía, termina contando que tuvieron la «mala suerte» de ganar mucho dinero las primeras veces que jugaron. Si hubiesen perdido miserablemente y se hubiesen ido a casa con los bolsillos vacíos, igual no habrían vuelto a apostar.
Y a más episodios de consumo agudo (supercogorza), pues más probable que se repitan en el futuro.
A menos que la persona haga algo al respecto, como reflexionar sobre su conducta, decida cambiarla, y haga cambios de hábitos reales, cambios en su modo de vida y en su forma de pensar (lo que se hace muy bien en terapia, por ejemplo).
Consumo de riesgo: el alcoholismo empieza así (pero no siempre)
«Tengo una regla —no empiezo a beber hasta que se pone el sol—, la cual he utilizado durante muchos años como prueba de que no tengo un problema. (Nota: dicha regla carece de todo valor cuando estoy de vacaciones o cualquier cosa que se asemeje a ellas). Día tras día, me doy una palmadita en la espalda, admiro mi autocontrol y espero hasta ver a lo lejos cómo se pone el sol. Suponiendo que ese día haya abierto las cortinas de mi apartamento lo suficiente como para ver el sol, claro.»
Que una persona termine a menudo por los suelos no significa que haya desarrollado adicción al alcohol o alcoholismo
Muy probablemente tiene dependencia psicológica, sí.
Muy probablemente tiene problemas para socializar o crear intimidad con otras personas sin usar alcohol, también.
Muy probablemente tiene problemas para gestionar el estrés diario.
Muy probablemente tiene hábitos de consumo muy tóxicos, que ponen a menudo en riesgo su vida y las de otras personas, que hay que cambiar cuanto antes.
Muy probablemente, van a llamarle de todo si aparece un viernes y se pide una cerveza sin alcohol, también.
Pero de ahí al alcoholismo hay distancia.
Eso sí, los episodios de consumo excesivo de alcohol suelen ser un factor de riesgo, «la punta del iceberg» o algo a lo que prestar atención para que no desemboque en mayores problemas en el futuro.
Eso sí, en la mayoría de los casos, cuando una persona que sí que sufre de alcoholismo ha pedido ayuda y acudido a un profesional, ya ha tenido varios episodios de consumo descontrolado, y eso ha hecho saltar sus alarmas.
Entonces
¿Si tienes noches «malas» a menudo, significa que tienes alcoholismo?
No necesariamente
¿Significa que tengo que pedir ayuda a un profesional y mirármelo antes de que sí se convierta en un problema de alcoholismo?
Pues sí, absolutamente, y cuanto antes.
Por cierto, igual te interesa este otro artículo:
El Punto de No Retorno
Llamo «punto de no retorno» a cuando la persona ya ha pasado un cierto umbral de alcohol en sangre después del cual puede haber problemas
Cuando alguien ha pasado de ese punto, le cuesta muchísimo decir «No» a otra cerveza, a una ronda de chupitos o a irse al baño a echar unas rayas de coca con su primo.
Mucha gente que viene a mi consulta a trabajar el tema de sus pérdidas de control con el alcohol, se preguntan qué pueden hacer para «poder controlarse» llegado cierto punto.
Mi respuesta siempre es: nadie puede «controlar nada» después de haber bebido más allá de cierto punto.
Después de beber 5 cervezas, 4 cubatas y 6 chupitos en la mismo noche, a nadie le va a parecer mala idea bajarse los pantalones en medio de la discoteca o escribirle alguna estupidez a la expareja.
Después de haber bebido tanto alcohol, ni yo ni Obama ni Buddha podrían «controlarse».
¿Qué hacer para evitar esas situaciones?
No llegar a ese punto de no retorno. No beber tanto. Planear la noche de antemano, no beber nada, o dejar de beber (mucho) antes de la tercera o la cuarta copa.
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