NOTICIAS: 12-12-2020
Evitar el vino tinto, beber mucha agua o hacer ejercicio al día siguiente. Con la Navidad y sus fiestas a la vuelta de la esquina, los expertos nos enseñan cómo reducir los efectos perjudiciales del alcohol.
La cabeza te da vueltas. La boca se te pone como una lima vieja. La luz del alba que se cuela por la ventana te resulta cegadora a la vez que intentas reconstruir pieza por pieza todo lo vergonzante que pudieras haber hecho la noche anterior. Te vas a encontrar fatal casi seguro. Pero, antes de nada, ve por agua.
Hay pocas cosas tan desagradables como levantarte con resaca. La mayoría lo hemos sufrido en diferentes grados y, con las fiestas navideñas a la vuelta de la esquina, muchos seremos los que acabemos cayendo de cabeza en lo mismo.
Pero ¿qué tiene la bebida para que te sientas como si te hubiese atropellado un camión? ¿Uno que además retrocede y te pasa por encima unas cuantas veces? Según nos explica la Dra. Anita Sturnham, el alcohol es diurético, lo que significa que “estimula las hormonas que incrementan la micción y la pérdida de agua corporal”, razón por la que nos sentimos tan deshidratados. “También sabemos que el alcohol se transforma en dos metabolitos, acetaldehído y etanoato”, explica. “Estos metabolitos son tóxicos para nuestras células, nos provocan náuseas, sudor, ritmo cardiaco acelerado y dolor de cabeza. Por si fuera poco, el alcohol también interrumpe la función de las citoquinas, que son unas pequeñas proteínas que forman parte de nuestro sistema inmunológico. Cuando bebemos alcohol, se incrementa la producción de citoquinas IL-2, lo que produce dolor de cabeza, fatiga e incluso pérdida de memoria”.
Además, algunas bebidas llevan en su fórmula otros compuestos llamados congéneres, que se añaden para mejorar el sabor y el aroma de la bebida, pero que, al parecer, provocan aún más resaca. “Los mayores sospechosos de llevarlos son el vino tinto, el brandy y el whisky”, dice Sturnham.
Dicho todo esto, ¿existe alguna cura milagrosa? Le hemos pedido a cuatro expertos que nos enseñen cómo combatir la resaca, o al menos, reducir sus efectos (y, por favor, recuerda siempre que hay que beber con moderación y responsabilidad).
Kay Ali, terapeuta nutricional
1. Recarga tu desayuno con verduras de hoja verde
Si bien nuestro organismo es capaz por sí solo de neutralizar el acetaldehído y convertirlo en acetato, esto depende en gran medida de nuestro nivel de antioxidantes. Es esencial que contemos con el antioxidante maestro, el glutatión, que contiene el aminoácido cisteína y que se encuentra en altas concentraciones en la mayoría de los alimentos proteicos. Entre sus fuentes destacan la carne de res, el pollo, los huevos, la avena y las lentejas. Es por eso que muchas personas se suelen sentir mejor tras desayunar fritos, ya que muchas veces son a base de estos alimentos.
Pero más allá de estos alimentos, nos queda bastante margen para optimizar aún más esta primera comida. La producción de glutatión a partir de la cisteína depende de la acción de varios cofactores: el magnesio, la glicina, el glutamato y el trifosfato de adenosina (ATP). Las verduras de hoja verde oscuro son excelentes fuentes de magnesio. Así que, para un chute de energía extra, prueba a combinar las salchichas o el huevo de tu desayuno con acelgas y espinacas. O todavía mejor, añade tomates y champiñones, ya que son fuentes naturales de glutamato, que también coparticipa en la síntesis del glutatión.
2. Muévete
Cuando tienes resaca, lo que más apetece es quedarse tirada en la cama hasta el mediodía. Sin embargo, moverte y, si es posible, sudar un poco ayuda bastante a recuperarse. Un paseo enérgico de 15 minutos al aire libre activa el sistema linfático y ayuda a eliminar toxinas más rápidamente. El aire fresco, además, es ideal para oxigenar el cerebro.
3. Toma más vitaminas
El alcohol, consumido con frecuencia y/o en exceso, puede funcionar como un antinutriente. Aumenta en el cuerpo la demanda de vitaminas y minerales, lo que además de producir cansancio y pereza, puede llegar a debilitar nuestras defensas, algo que nadie quiere para la temporada festiva. Tomar suplementos puede sernos útil, siempre que sepamos bien lo que tomamos y dentro de una dieta variada y equilibrada.
Dra. Anita Sturnham, especialista en dermatología y fundadora de la marca de cosméticos Decree
4. Moderación
Limita la cantidad de alcohol que bebas, cuanto mayor sea el porcentaje en sangre, peor será la resaca.
5. Cárgate de antioxidantes
Prueba a tomar glutatión liposomal, un suplemento antioxidante que ayuda a eliminar los subproductos tóxicos del metabolismo del alcohol. Toma una pequeña cantidad antes de acostarte y nada más despertarte.
Carla Oates, fundadora de The Beauty Chef
6. A hidratarse
Hidrátate con agua a la vez que bebes alcohol. Piensa que el H20 es tu mejor compañera de juerga: por cada copa de alcohol, tómate un vaso de agua, uno y uno. Ya verás como al día siguiente mejora y mucho el dolor de cabeza.
7. Evita las comidas con grasa
Por mucho que te tiente comerte una hamburguesa con patatas al final de la noche, no lo hagas, porque la grasa y los azúcares reducen aún más los niveles de azúcares en sangre y aportan al hígado una mayor carga tóxica. Todo ello combinado hará que te levantes con una resaca mucho peor.
Amelia Freer, terapeuta nutricional
8. Nada de bourbon
Los sulfitos (que a menudo se añaden al vino como conservante) y los congéneres (compuestos de fermentación que llevan muchas bebidas oscuras, como el bourbon) podrían ser grandes responsables de muchos los síntomas de la resaca, así que evitar estas bebidas puede ayudarnos un poco.
9. Para un poco
Descansa del alcohol. A veces funciona lo de tomar ‘la espuela’ al día siguiente para reducir temporalmente los síntomas, pero al final la resaca puede durarte incluso más.
Y, lo más importante: bebe siempre con responsabilidad.
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