NOTICIAS: 29-12-2020
Tanto la ingesta excesiva como el ‘botellón’ son responsables de múltiples consecuencias adversas a largo y a corto plazo, que afectan el desarrollo neurocognitivo, provocan lesiones físicas y alteraciones sociales en los adolescentes. Además, este comportamiento en adolescentes se ha asociado con accidentes de tráfico, violencia, delincuencia, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, fracaso escolar, enfermedades mentales, diversos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, daño hepático y adicción.
Ante esta situación, un grupo de expertos de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad de Sevilla trabaja en el proyecto de investigación ‘Alerta Alcohol: diseño, validación y evaluación de un programa de prevención selectiva del consumo excesivo de alcohol en adolescentes: una intervención a medida basada en la web’.
De este proyecto se han defendido ya dos tesis doctorales y se han publicado un total de ocho artículos científicos en los que se pone de manifiesto que un ambiente familiar permisivo, la falta de control por parte de los padres, la percepción de bajo riesgo de los adolescentes, la baja autoestima y la autoeficacia, así como el aumento del consumo excesivo de alcohol en las niñas como parte de la desaparición de la brecha de género, emergen como factores de riesgo de ingesta excesiva de alcohol en adolescentes españoles.
El programa Alerta Alcohol es una adaptación al contexto español del programa original Alcohol Alert, desarrollado con adolescentes holandeses con el mismo objetivo, y basado en una extensa investigación que demostró la rentabilidad y efectividad en prevenir el BD entre los adolescentes de 15-16 años. «En el estudio piloto que hemos hecho en España, la mayoría de los estudiantes consideró que la intervención era muy útil, estaba muy satisfecho con el programa, lo usaría nuevamente y lo recomendaría», señala el investigador de la Universidad de Sevilla José Manuel Martínez
El ensayo tuvo lugar en clases de 15 escuelas andaluzas (con un total de 1.247 adolescentes (15-19 años de edad). Los resultados de la evaluación de seguimiento tuvieron lugar a los 4 meses, lo que mostró que, aunque había una tendencia en la reducción del consumo de alcohol en ambas condiciones, no se encontraron efectos significativos de la intervención sobre el comportamiento de la ingesta excesiva. Sin embargo, sí que el programa resulta más efectivo en los casos de Heavy Episodic Drinking (HED), es decir tomar 10 o más vasos en un día durante la semana anterior.
Los análisis mostraron que las probabilidades de realizar HED en el grupo control eran nueve veces mayores que en el grupo de intervención. «Una explicación de nuestros resultados puede ser que el consumo de alcohol está muy aceptado en el contexto español, incluido el consumo excesivo, mientras que el tipo de bebida más extremo (HED) es menos aceptado y, por tanto, más fácil de modificar», explica la investigadora de la Universidad de Sevilla Ana Magdalena Vargas.
FACTORES ASOCIADOS
Los principales factores asociados a este comportamiento conocido como ‘binge drinking’ (BD) en la adolescencia, según los expertos, son: la edad (a mayor edad del adolescente, mayor consumo), la paga semanal (a mayor paga semanal mayor consumo) y el consumo de alcohol de la familia (a mayor frecuencia de consumo de alcohol de padres y hermanos, mayor consumo del adolescente). Por otro lado, el efecto de la intervención Alerta Alcohol en la calidad de vida relacionada con la salud (medida a través de un cuestionario conocido internacionalmente como EQ-5D-5L) de los jóvenes también fue evaluado obteniendo que en los adolescentes que completaron un mayor número de sesiones del programa (mayor adherencia) la calidad de vida de éstos se vio incrementada.
El uso de esta herramienta permitió medir el coste-utilidad de Alerta Alcohol obteniendo un ahorro en torno a 34.000 euros por año de vida ajustado por calidad ganado en comparación con el grupo control (quienes no recibieron la intervención) teniendo en cuenta no sólo costes sanitarios sino éstos que se derivan de otros servicios y de la sociedad.
Así mismo, por cada ocasión de gran ingesta evitada, se estimó un ahorro global en torno a los 8.000 euros. No obstante, los investigadores apuntan que estos resultados «deben ser interpretados con cautela», porque en el período de evaluación a los 4 meses, hubo un alto porcentaje de adolescentes que no completaron dicha evaluación. Además, para poder medir el mantenimiento del efecto del programa Alerta Alcohol en la prevención y/o reducción del BD sería necesaria una evaluación a largo plazo. Este abandono pudo ser debido a diferentes causas: período de evaluación coincidente con la época de exámenes, finalización del curso, así como, período de prácticas del alumnado matriculado en cursos de formación profesional.
SEGUIR INVESTIGANDO
«En conclusión, nuestros estudios muestran que el proceso de adaptación cultural a través de diferentes tipos de estudios ha permitido refinar esta intervención teniendo en cuenta las características de los adolescentes españoles y la cultura española de consumo, ofreciendo una intervención potencial, operativa y factible, para uso en escuelas de secundaria. A pesar de ello, se necesita investigación futura para mejorar la adherencia, el abandono y la motivación de los adolescentes en las intervenciones basadas en el ordenador y en la web.
Por lo tanto, es aconsejable realizar algunos cambios en la intervención teniendo en cuenta las recomendaciones descritas en ambas tesis, y probar nuevamente la intervención en un ensayo controlado aleatorizado», concluye Marta Lima, investigadora principal del proyecto.
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