NOTICIAS: 02-01-2020
Pese a actuar torpemente, hay “una voz” que invita a los ebrios a seguir bebiendo.
Muchas personas suelen subestimar lo borrachos que están y con ello llegar a una sobredosis de alcohol, que en casos extremos puede ocasionar la muerte.
¿Por qué sabiendo que te cuesta mantenerte en pie quieres más alcohol?
La razón para que luego de una bebida alcohólica quieras más está en tu cerebro. El alcohol ha estimulado el sistema de recompensa del cerebro, se desencadena la actividad de la dopamina.
Menor capacidad de respuesta pero más motivado a beber
Además del efecto de motivación-recompensa de la dopamina, el alcohol también provoca la liberación de sustancias químicas que nos hacen sentir bien, conocidas como endorfinas.
Mientras te has vuelto más torpe porque el alcohol suprime las partes del cerebro que controlan las operaciones físicas (por ello cuesta mantener el equilibrio, abrir la puerta, etc.), puedes sentirte a gusto y que todo lo puedes gracias a que se ha estimulado la dopamina.
El alcohol cambia la forma en que el cerebro procesa la información, dificulta que las personas tomen decisiones adecuadas. Las bebidas alcohólicas actúan como sedantes para el sistema nervioso central, lo que altera la capacidad para responder con la misma eficacia ante ciertas situaciones. Aún con todo, es posible que algunos ni siquiera sepan que están borrachos.
Medical News Today explica que el alcohol cambia la forma en que funcionan varios neurotransmisores (no solo la dopamina). Los neurotransmisores transportan señales entre las neuronas.
Cuando consumes alcohol puedes experimentar:
- cambios de memoria
- pérdida de inhibición
- cambios en las emociones, como aumento de la agresión, tristeza o euforia
- coordinación y reflejos lentos
Mientras unas neuronas te dicen que tengas cordura, otras te dicen: ¡hagámoslo!
La revista MEL comparte que la dopamina activa dos tipos de vías en el cerebro:
- Las neuronas D1 que te motivan a seguir bebiendo.
- Las neuronas D2 que inhiben el comportamiento, que te pueden indicar cosas como “oye, si ya te estás quitando la ropa no debes beber más” o “piénsatelo, no es seguro embriagarte y conducir”.
Pero, aunque las indicaciones de las D2 resultan más útiles, el alcohol impulsa predominantemente las vías D1. Esta información está basada en un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience, en las que el investigador principal Jun Wang se refiere como las neuronas DI como las de “hagámoslo”.
Las personas muy intoxicadas suelen subestimar lo borrachos que están, lo extremo que es su forma de beber y la probabilidad de que su bebida afecte su salud.
Sobredosis de alcohol
Cuanto más rápido bebe alguien, más alta se vuelve la concentración de alcohol en sangre y con ello llegar a una sobredosis de alcohol.
La sobredosis de alcohol puede provocar daño cerebral permanente o la muerte, señala el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo.
Los síntomas de una sobredosis de alcohol incluyen: confusión mental, dificultad para permanecer consciente, vómitos, convulsiones, dificultad para respirar, frecuencia cardíaca lenta, piel húmeda, respuestas apagadas como ausencia de reflejo nauseoso (que evita la asfixia) y temperatura corporal extremadamente baja.
Cualquiera que consuma demasiado alcohol demasiado rápido puede estar en peligro de sufrir una sobredosis de alcohol. Especialmente cuando se eleva la concentración de alcohol en sangre al 0,08 por ciento o más, lo que generalmente ocurre después de que una mujer consume 4 bebidas o un hombre consume 5 bebidas en aproximadamente 2 horas.
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