NOTICIAS: 11,09,2021
Si todavía no sabes lo que es, hoy te contamos todo lo que debes saber sobre el síndrome FOMO y aquello que debes hacer para evitar padecerlo.
El FOMO, acrónimo de Fear of Missing Out, también conocido como el miedo a perderse algo, forma parte de las nuevas problemáticas de salud de nuestro tiempo, desde que las redes sociales irrumpieron en nuestras vidas. Tanto es así que ha sido reconocido por los psicólogos como un trastorno que puede conllevar a serios problemas emocionales y mentales.
Si todavía no sabes lo que es y te interesa conocer cuáles son los síntomas para identificar si lo sufres, hoy te contamos todo lo que debes saber sobre el síndrome FOMO y aquello que debes hacer para evitar padecerlo.
El miedo a perderse algo
El hecho de estar continuamente conectados a la red a través de nuestros teléfonos móviles puede provocar problemas de conducta o de hábitos que terminen generando síndromes como el FOMO. Quien padece este síndrome está constantemente enganchado a su móvil o a un dispositivo con internet, y teme perderse cualquier comentario, cualquier me gusta en Instagram o Facebook, cualquier video de Tik Tok o cualquier Trending Topic de Twitter.
Siente así la necesidad de estar al tanto en todo momento de qué hacen aquellos que le siguen y a los que sigue, ver cómo son sus vidas y comprobar si le han dejado likes y mensajes. Cree además que si no los responde inmediatamente se perderá cosas importantes y quedará fuera de la conversación. Y esta idea ya le provoca angustia, por lo que difícilmente desconectará o dejará de lado su teléfono. De tal manera, el FOMO está íntimamente ligado a la nomofobia.
Síntomas del Fear of Missing Out
Entre los síntomas del FOMO destaca el síndrome de la llamada o alerta fantasma, que hace referencia a los sonidos ilusorios que uno cree escuchar del móvil, como la notificación auditiva de un mensaje, un like o un wasap. Se combina después con la desilusión de descubrir que no hay nada nuevo en el teléfono.
Por su parte también está la ansiedad que provoca no contestar a un mensaje o a un comentario de forma inmediata en cualquier red social, incluso al más nimio, o al que ni siquiera demanda una respuesta.
Otro de los principales síntomas es la cantidad excesiva de tiempo que quien lo sufre pasa en las redes sociales, como Facebook, Tik Tok, Instagram, Twitter o Whatsapp, así como estar retransmitiendo constantemente qué hace, dónde está, qué se ha puesto, qué le han dicho… Esto se conjuga con tomar fotografías, grabar videos y olvidarse de vivir el momento. Tanto es así, que en reuniones familiares, vacaciones, conciertos y horas de trabajo está todo el rato mirando su pantalla, consultando los avisos, grabando videos y haciendo selfies. Porque la diferencia está hay: no es un comportamiento puntual a lo largo del día, sino continuo de la mañana a la noche.
Y como esta forma de actuar suele tener como consecuencia reproches del entorno para dejar el teléfono a un lado, la persona se muestra malhumorada e irritable, y prefiere quedarse sola o aislarse en su habitación antes que separarse de la red y perderse algo. Al final, el FOMO provoca aislamiento.
Los jóvenes y el FOMO
Los últimos estudios han comprobado que el mayor porcentaje de personas que padecen este síndrome son jóvenes, quienes están constantemente necesitando ser aceptados por un grupo, sentirse queridos y halagados, compitiendo muchas veces con el resto de vidas que ven en las redes sociales para sentirse iguales o mejores.
De hecho, el FOMO provoca una distorsión cognitiva por la que no se aprecia la realidad y se pierde la visión crítica de lo que es realmente ficción o un hecho relativo en un contexto mucho más amplio, y que desconocemos, el que aparece en pantalla.
Pero los jóvenes no son los únicos en padecer este problema. Y es que al contrario de lo que se pueda pensar, quienes más sufren FOMO son personas de cualquier edad con bajo nivel de satisfacción en su vida y una autoestima muy débil. Tienen tendencia a mantener relaciones de dependencia. Necesitan recibir likes, halagos y comentarios positivos para quererse a sí mismos, y se evaden a través de la red de una realidad con la que no están satisfechos.
Cómo evitar el FOMO
La solución ante este problema que puede provocar ansiedad, depresión y acrecentar todavía más los problemas de autoestima y frustraciones que generen trastornos de conducta está en afrontar primero la causa que lo ha provocado. Dejar las redes sociales o tirar el teléfono móvil no solucionará nada realmente, pues de lo único que harás será evitar el problema. Reconozcamos que las redes forman parte de nuestra vida y que, aunque solo sea por trabajo, la mayoría necesita utilizarlas.
Es necesario cambiar los hábitos en el uso del móvil y adoptar un comportamiento adecuado, comedido y racional en la gestión de las redes, cuidar la autoestima y centrar los esfuerzos en el día a día para hallar el equilibrio en su uso.
Educa con el ejemplo y recuerda que el contacto humano, que nos permite conocer las expresiones y emociones del otro sin que emita una palabra, resulta fundamental para el desarrollo de los niños y los jóvenes. Difícilmente podrán aprender empatía si la mayor parte del tiempo se relacionan a través de las pantallas, incluso cuando físicamente están en la misma habitación o en la misma calle.
De tal forma, evita publicar constantemente lo que haces en redes sociales, no contestes al instante a mensajes coloquiales y frívolos que no tienen ninguna urgencia, prioriza a las personas que te rodean en el trato y reduce la utilización de dispositivos conectados a internet. Predica con el ejemplo.
No obstante, si has descubierto que padeces FOMO y no eres capaz por ti mismo de desconectar del móvil y de dejar de prestar más atenciíon a los que están al otro lado de la pantalla que a tu pareja o amigos, lo mejor es solicitar ayuda de un psicólogo profesional que te guiará y te dará las herramientas necesarias para superar y gestionar adecuadamente este problema.
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