NOTICIAS: 09.10.2021
Enganchados al cannabis: así se trabaja en las terapias de rehabilitación
En Proyecto Hombre cuentan con un programa de rehabilitación específico para adictos a la marihuana y el hachís | El perfil tipo es el de varón de más de 35 años y no el del joven, que más bien comporta un «consumo abusivo»
Y a partir de ahí, trabajo, trabajo y más trabajo. Semanal al principio, quincenal cuando se logran avances. Con reuniones individuales con el técnico o grupales si el adicto reúne las condiciones necesarias para que la desintoxicación sea efectiva. «Se empieza a trabajar con ellos por lo básico: fijar un horario para levantarse, instarles a salir a comer, recoger la habitación…», resume Cristina.
Si hubiera que señalar un promedio de tiempo, la terapia para las adicciones al cannabis dura alrededor de un año. Y si tiene algo de característico la rehabilitación cannábica es que el paciente que pide ayuda quiere dejar de consumir por completo y no controlar la adicción, como sí ocurre con otras drogas como el alcohol. Además, Layús subraya que ya no tiene sentido distinguir entre drogas duras y drogas blandas. Según explica la profesional, en los últimos años se ha incrementado la presencia de THC en el cannabis (con efectos más negativos) en detrimento del CBD. «La balanza se ha desequilibrado y ahora se ha convertido en una droga muy peligrosa», destaca.
¿El éxito de la terapia?
Ahora mismo, en el programa trabajan con una decena de personas adictas solo al cannabis. A ellos se suman los que consumen esta droga de forma secundaria, como complemento a otras adicciones como pastillas o alcohol en lo que constituyen casos de politoxicomanía o trastorno dual. Pero, en general, el proceso es arduo y siempre cabe hablar de caídas y recaídas. "La recaída hay que vivirla como algo normal, no es un fracaso. Si ha metido la pata, ¿cómo va a sacarla si le juzgamos en vez de guiarle y ayudarle?", se interroga Layús, que conoce de sobra la respuesta.
Pero ni en Proyecto Hombre ni en cualquier otra asociación existe una fórmula mágica para el éxito. «¿Qué es el éxito», repregunta Ana Layús. «No se puede hablar de éxito. Es muy subjetivo: para uno será lograr fumarse solo un porro por la noche, para otro lo será sacarse una carrera. No podemos hablar de éxito porque eso significa que nos ponemos nosotros [los técnicos] por delante de los pacientes», sentencia la coordinadora para terminar incidiendo en cómo han cambiado las terapias de rehabilitación. Antes, señala Layús, las adicciones se trabajaban con una perspectiva experto-paciente. «Pero ahora somos guías, acompañantes: el objetivo y los logros son suyos», resalta.
Con todo ello, volvemos a Manuel, cuyo nombre es ficticio por el compromiso de esta asociación de preservar la discreción de sus pacientes. Lleva un año sin consumir cannabis y «dice que está contento», aseguran las trabajadoras que le han acompañado en la terapia. El objetivo principal con él fue desde un primer momento reducir el daño de la droga, que verbalizara su adicción y salir adelante. Si ese es su éxito, Manuel está venciendo.
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