OPINION: 13.11.2021
Ajuzgar por la imagen que dan, los participantes en algunos programas de televisión parecen sufrir una dismorfofobia, concretamente blancorexia. El nombre se creó en la primera década de este siglo, pero es ahora cuando gana presencia. Se trata de la obsesión por tener los dientes blancos blanquísimos, pese a que estas piezas tienen de forma natural un tono amarillento. Ello lleva a algunas personas, como los profesionales especializados en asuntos del famoseo —y, por lo que se ve, también en odontología— a someterse a blanqueamientos sucesivos, hasta el punto de que cuando alguna abre la boca parece que enciende una batería de lámparas led.
El trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia es la fobia a padecer algún defecto, anomalía o enfermedad que afecte estéticamente a una parte del cuerpo. Ello lleva a algunos a percibir en su imagen defectos que solo existen en su imaginación, o a exagerar algún rasgo que no coincide con su ideal estético. De ahí muchos casos de repetidos recursos a la cirugía plástica, que a veces concluyen en auténticos desastres.
En general, los nombres de las fobias se forman con el elemento compositivo -fobia (hidrofobia, ginefobia, nosofobia), pero en los de los trastornos relacionados con la percepción de la propia imagen suele emplearse -orexia, aunque no significa ‘fobia’. Se ha tomado de anorexia, por ser este el principal de los trastornos dismórficos, el síndrome de rechazo de la alimentación por miedo a engordar. Tras anorexia está el griego anorexía, ‘inapetencia’. De estos trastornos, el Diccionario solo recoge el ya mencionado anorexia y vigorexia, la obsesión patológica por desarrollar la musculatura por verse enclenque. Pero hay más, como fatorexia —que está desplazando a megarexia—, el trastorno de los obesos que no son conscientes de su condición o que incluso la niegan; tanorexia, obsesión por el bronceado; ortorexia, por la alimentación sana…
En la creciente obsesión de muchas personas por su imagen tiene bastante que ver su creciente presencia en las redes sociales, donde cuelgan selfis. Con uno de esos sitios, TikTok, se está relacionando otro trastorno, los tics que están sufriendo jóvenes usuarios de esa red social. Aunque quizá se trate del síndrome de Gilles de la Tourette, ya ha sido bautizado eufónicamente como TikTok tic. Pero aunque afecta a la imagen de quienes lo sufren, ese problema ya no es una dismorfofobia.
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