NOTICIAS: 11.08.2024
4 de cada 10 usuarios que llegan a Proyecto Hombre con un problema de adicción, lo hacen con un problema de alcohol que ha comenzado en la adolescencia
Entrevista con Óscar Pérez, director del centro residencial de Proyecto
LA RIOJA. Uno de cada cuatro adolescentes riojanos, de entre 14 y 18 años, se ha emborrachado en el último mes. Además, los jóvenes riojanos superan la media nacional en el consumo del alcohol, el consumo es mayor en chicas que en chicos y se han emborrachado alguna vez en su vida antes que los de muchas otras comunidades autónomas.
Son datos extraídos de la «Monografía sobre alcohol 024. Consumo y consecuencias» del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones publicado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), que recopila los resultados de los estudios más recientes al respecto.
Un análisis que no sorprende a Óscar Pérez, director del centro residencial de Proyecto Hombre. «Aquí en La Rioja tenemos una cultura del alcohol, en concreto del mundo del vino, más arraigada y más extendida y por lo tanto, la naturalización del consumo de alcohol quizá afecte más directamente y de forma más negativa a nuestros jóvenes».
Normalización del consumo de alcohol
Y la peor consecuencia de este consumo normalizado de alcohol es, según Pérez, que no se ha conseguido cambiar la cultura del alcohol en nuestra sociedad. «El gran problema de salud pública de La Rioja y de toda España es el consumo de alcohol, con diferencia» y explica que las personas que llegan a Proyecto Hombre con 20, 30 o 40 años vienen con un «problema de alcohol enorme que ha empezado a los 13 o 14 años, que es la edad de inicio de consumo».
«Hemos normalizado que los adultos bebamos, hemos normalizado que los jóvenes empiecen muy pronto a beber y que no veamos problema en ello y luego en Proyecto Hombre nosotros vemos que 4 de cada 10 adultos que llegan con un problema de adicción vienen con un problema de alcohol», destaca Óscar Pérez.
Un punto clave, las familias
En este tema de alcohol y en otras adicciones la ayuda de las familias se considera fundamental. Apunta Pérez la importancia de transmitir en casa que «el alcohol es una droga y que puede hacer daño a nuestros hijos».
La mayoría de consultas que llegan a Proyecto Hombre por parte de familias de menores es por el tema del consumo de porros. «Cuando ven una bolsa de marihuana o cannabis en el bolsillo de sus hijos se llevan un susto enorme. y vienen y nos piden ayudan. Pero la verdad es que muchos padres están viendo cómo sus hijos sistemáticamente beben todos los fines de semana, llegan borrachos y eso sin embargo no les preocupa», remarca Pérez.
Bringe drinkin
Es el término anglosajón que se traduce en la ingesta masiva de alcohol en poco tiempo. 5 bebidas en menos de dos horas para conseguir emborracharse y colocarse.
«Esta forma de beber está muy extendida entre los jóvenes» apunta antes de dejar claro que «no es algo que, como padres y madres, tengamos que favorecer, permitir, ni normalizar». Un tema, el del consumo de alcohol como forma de ocio, que se debe hablar en la mesa, en casa, con los hijos».
Y deja finalmente un mensaje a la sociedad para romper con el botellón como acto social y aboga porque los encuentros entre los jóvenes se produzcan en otros lugares y desde otras motivaciones como el deporte, la música u otro tipo de diversión. «Ese momento social de nos juntamos en un parque, en unas escaleras a ponernos de alcohol morados es algo que tenemos que atacar como sociedad de manera brutal, desde la familia, desde los medios de comunicación, las instituciones, el colegio, desde todos los sitios».
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