BIBLIOTECA: 17.09.2022
La Asociación Proyecto Hombre presentó este jueves la guía ‘Cómo mejorar la información sobre las adicciones’, que aspira a convertirse en una herramienta útil para que los medios de comunicación puedan abordar el tratamiento informativo de las adicciones de un modo “responsable y preventivo”.
MADRID. La Asociación Proyecto Hombre presentó el jueves la guía ‘Cómo mejorar la información sobre las adicciones’, que aspira a convertirse en una herramienta útil para que los medios de comunicación puedan abordar el tratamiento informativo de las adicciones de un modo “responsable y preventivo”.
Así se puso de manifiesto durante la rueda de prensa de presentación del documento, en la que la asociación recordó que, a pesar de que España es “uno de los principales consumidores de drogas ilegales en el mundo, sobre todo en jóvenes de 14 a 35 años”, en la actualidad las adicciones “están siendo invisibilizadas porque no se les presta la atención mediática adecuada, ni en calidad ni en cantidad”.
“Debemos volver a poner en agenda este tema que a menudo ha sido olvidado, silenciado y con riesgo, normalizado por la sociedad y que, sin embargo, está presente en muchas familias y afecta a personas de muy diferentes edades, género y condición social”, reivindicó en este sentido el presidente de la organización, Alfonso Arana.
En este contexto, el objetivo de la guía es convertirse en un instrumento “de trabajo, consulta y acompañamiento” para profesionales de la información “interesados” en comunicar “con rigor, coherencia y empatía” sobre las adicciones y en crear contenidos informativos “capaces de sensibilizar sin sensacionalismo y abordarlo con rigurosidad y cercanía”.
Con esta meta, la asociación pretende ofrecer a los periodistas un material “útil” para su desempeño profesional y que “priorice” una información “de calidad y de valor para toda la sociedad” y que nace a partir del análisis de las más de 5.000 apariciones en medios que tiene Proyecto Hombre anualmente y del trabajo conjunto que realizan los portavoces de la entidad.
“La guía surge desde la responsabilidad que Proyecto Hombre tiene con los miles de hombres y mujeres que atiende cada año, para combatir estereotipos, clichés y prejuicios”. “Queremos contribuir y mejorar la información que se da sobre las adicciones”, añadieron desde la organización, que ha elaborado esta guía con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
DESMONTAR MITOS
Tras lamentar que “mucha” de la información e imágenes que se comparten sobre las adicciones es contenido “no contrastado y que no refleja la realidad”, sino que “estigmatiza, estereotipa y daña” a las personas que las sufren, la entidad criticó que los “mitos convierten datos ficticios en información creíble”, al tiempo que “atribuyen cualidades o excelencias a las sustancias psicoactivas, que no tienen”.
Por ese motivo, esta guía de comunicación incluye un apartado en el que se “desmontan” mitos “arraigados socialmente”, así como datos, información científica, un glosario o “alternativas terminológicas y de imagen”.
Entre sus recomendaciones a los periodistas para abordar el tratamiento de las adicciones, el documento insta a los profesionales que cubren esta área informativa a preguntarse si su cobertura es “respetuosa” con los derechos de estas personas así como si “aporta información relevante” y “promueve un enfoque responsable del problema”.
“El acercamiento debería de ser respetuoso, poniendo el foco en las personas, evitando generar alarma y a través de una perspectiva amplia que ponga el foco en la prevención”, apostilló el presidente de la comisión de comunicación de la Asociación Proyecto Hombre, Manuel Muiños, consciente de que los medios informativos pueden ser también un factor de “protección” para la prevención del consumo de drogas y otros comportamientos adictivos.
La organización subrayó, además, que la terminología “juega aquí un papel fundamental”. “El lenguaje conlleva la transmisión de valores y asociaciones automáticas”, abundó, consciente de que emplear términos o expresiones “despectivas, alarmantes, moralistas o catastrofistas que no ayudan a formar una imagen real del problema y de las personas que lo sufren es muy peligroso”.
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