NOTICIAS: 20.07.2022
El diálogo en la familia es esencial para poder apoyar a alguien que tiene una ciberludopatía. ¿Qué otras estrategias se pueden aplicar? ¡Descúbrelas!
La mayor parte de las historias sobre ciberludopatía y apuestas online empiezan con muy poco. «No era algo significativo, esa cantidad que apostaba no era lo que me iba a dejar mal parado». «Lo complicado vino después, cuando solo pensaba en cómo conseguir el dinero para apostar, y en que si había ganado mucho, todavía podía ganar más ».
Tales frases forman parte de la historia de alguien, pero es un punto de encuentro con las de otros en una situación similar; lo perjudicial y adictivo del juego compulsivo. Veamos de qué se trata.
Ciberludopatía y apuestas deportivas online: ¿en qué consiste?
En primer lugar, vale la pena aclarar que la ciberludopatía es una adicción comportamental, es decir, asociada a conductas y no a sustancias. Con anterioridad, solo se hablaba de adicción en el vínculo con las drogas, por ejemplo.
Es así como desde el año 2013, el juego patológico empezó a ser considerado como una adicción psicológica por parte de la Asociación Americana de Psiquiatría. Es una dependencia sin sustancia y ya no pertenece a los trastornos derivados de la falta de control de los impulsos.
Sin duda, se trata de un gran avance para poder visibilizar esta temática. Dicho de otro modo, se amplió la mirada anterior, ya que se profundizó con los mecanismos que subyacen a la conducta que mantiene la adicción.
De lo que se trata es del refuerzo gratificante que se obtiene, lo que le indica al cerebro que repita la experiencia. La adrenalina, la dopamina, entre otras, son las encargadas de proporcionar esa sensación de estar al límite, de placer y de bienestar. Por eso, tanto al ganar como al perder, aparece el deseo de hacerlo de nuevo.
El inicio de una adicción es cuando la persona realiza de manera continua la actividad porque proporciona placer; por ejemplo, al jugar y ganar, experimenta cierta satisfacción. Sin embargo, luego se complejiza porque la actividad se continúa como un modo de evitar el malestar que provoca no estar realizándola.
Las apuestas al alcance de todos
Hoy en día, la adicción al juego es incluso mucho más accesible que antes. Tiempo atrás, había que trasladarse a un sitio específico para apostar. No obstante, ahora las apuestas están en los dispositivos. Por eso, hablamos de ciberjuego y ciberludopatía.
En este punto, el tema es que muchas veces «caemos» en esto sin darnos cuenta. Esto se debe a que los diseños de los juegos están pensados en llevarnos de un «clic» a una etapa siguiente, en la que estamos pagando por monedas, por vidas o por lo que sea que necesite el personaje o la trama del juego.
Por otro lado, también debemos tener en cuenta que muchas veces se subestima el tema o la intervención oportuna se demora, dado que «jugar» es parte de una acción cotidiana que se presenta en reiteradas ocasiones a lo largo del día. Es decir, por sí misma no representa un problema, lo que tiende a «invisibilizarlo».
Pese a esto, es preciso notar qué lugar ocupa en nuestra vida y cómo nos vinculamos con el juego. Esto no quiere decir empezar a ponerse paranoicos con el juego online; no todos los que emplean esta vía de entretenimiento terminarán por desarrollar una adicción. Aún así, es importante regular su uso y tomar conciencia.
Signos para identificar la ciberludopatía
Algunas de las señales que nos puede indicar que nos encontramos ante una situación de adicción al juego son los siguientes:
- Intenso deseo por realizar la actividad y síndrome de abstinencia (ansiedad, angustia, irritabilidad, etcétera) cuando no es posible hacerlo.
- Pérdida de interés en otras actividades que no estén vinculadas al juego.
- Deterioro en otros ámbitos significativos, como relaciones sociales, estudio, trabajo, descanso, entre otros.
- Negación del problema. Falta de reconocimiento del mismo o se minimiza la situación.
Claves para afrontar la ciberludopatía y las apuestas deportivas online
Anteriormente, el perfil de la persona apostadora se concentraba entre los 18 y los 35 años. Además, en su mayoría eran hombres. En la actualidad, la edad de inicio bajó y, por ello, es esencial la atención y alerta de los progenitores. ¿Cómo afrontar este problema?
Fomentar un espacio seguro y de diálogo
Muchas veces, los adolescentes se dan cuenta de que cometieron un error con la primera apuesta o que la situación se les está yendo de las manos. Sin embargo, sienten mucha vergüenza y temor por la reacción de los demás.
Es importante que en casa prime un clima de confianza, en el que podamos plantear lo que nos sucede, pedir ayuda y encontrar contención. De esta manera, el abordaje temprano facilita mucho el pronóstico.
Tener una actitud abierta
Es muy importante también tener una actitud abierta, de empatía y de entendimiento. Tratar de ayudarlos a pensar porqué juegan de esa manera, qué buscan al hacerlo, si reconocen que tienen un problema y las consecuencias que implica.
Por ejemplo, suele ser útil elaborar una «guía» de las situaciones y las emociones que lo llevan al juego. Así, también podremos implicarnos y evitarlas como parte de un plan familiar. Un diálogo abierto y sin prejuicios nos puede abrir una puerta de entrada a la ayuda.
Acompañar y monitorear el uso de las nuevas tecnologías
Si bien hay que respetar la privacidad de los jóvenes, es necesario establecer algunas pautas de uso e interiorizarse acerca de cuáles son los juegos o aplicaciones que usan.
No recompensar con dinero
Cuando la situación se torna compleja, es importante que los jóvenes no manejen dinero ni tarjetas de crédito. Esto no quiere decir que no podamos premiar su esfuerzo de otro manera; por ejemplo, comprando alguna prenda de ropa que les guste o invitándolos a comer en su restaurante favorito.
Fomentar la participación en múltiples actividades
Es decir, alguien que esté centrado únicamente en los juegos en línea se encontrará más expuesto a desarrollar una relación perjudicial con la tecnología. Por eso, hay que ofrecerles actividades deportivas, salidas recreativas, paseos en familia, reuniones con amigos y distintas opciones del mundo offline, que le permitan desconectarse.
La gestión de las emociones será clave para poder controlar los impulsos.
Reconocer sus esfuerzos y animarlo a seguir
Hacerlos sentir apoyo, confianza y que no están solos es un motivador poderoso. Por muy pequeño que parezca, un logro implica un esfuerzo enorme para quien está en una situación compleja.
Por último, es muy importante que al pensar en iniciar un tratamiento, podamos mirarlo de manera integral. O sea, superar aquel enfoque centrado exclusivamente en la persona, para pensar en enfoques de complejidad, en los que parte del entorno también esté implicado.
Esto nos permite ser partícipes de su mejoría, así como también tomar conciencia acerca del rol que desempeñamos y que puede ser causal del origen o del mantenimiento del problema. Hay que comprender que una adicción no es algo que podamos resolver solo de «puertas adentro». Requiere de la intervención de especialistas.
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