NOTICIAS: 11.09.2021
El uso excesivo incontrolado puede producir un síndrome clínico con características similares a las conocidas “adicciones químicas.
MADRID. Móvil, ordenador, tablets o videoconsolas. Es difícil no ver a algún niño con alguno de estos aparatos. Son dispositivos de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), que nadie duda de que han supuesto un avance trascendental para nuestra vida.
Las ventajas son múltiples: ver cualquier contenido en cualquier sitio o simplificar las tareas diarias. Pero todo en su justa medida. Y el exceso de su uso está creando un importante problema entre adultos, pero sobre todo menores
Problemas con las pantallas
El uso excesivo, sin límites, incontrolado puede producir un síndrome clínico con características similares a las conocidas “adicciones químicas” que interfiere en el desarrollo de las obligaciones de la vida diaria pudiendo complicarse con problemas: físicos, psicológicos y sociales en quienes lo padecen, según indican desde la Asociación Española de Pediatría (AEP).
La pandemia ha agudizado este problema. El consumo de estos dispositivos ha ido en aumento en los últimos años de forma exponencial, pero con el desarrollo de la pandemia estamos asistiendo a un «alarmante abuso» de las TIC por parte de los adolescentes, a juicio del presidente de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), el doctor Félix Notario.
«Ser adolescente con frecuencia es difícil y con la enfermedad COVID-19 lo ha sido más. El cierre de centros educativos, la cancelación de eventos, la pérdida en definitiva de momentos importantes de sus vidas. Con ello, en muchos el refugio han sido las TIC, se han sentido aislados, ansiosos, tristes y decepcionados; todo ello un caldo de cultivo para la adicción», advierte el experto, en declaraciones recogidas por Europa Press.
Cinco señales de alerta
Las señales que alertan de este problema son: dependencia, tolerancia, síndrome de abstinencia y deterioro funcional en la vida del adolescente.
«Los signos de alarma tienen muchas facetas en la esfera psicoafectiva y social. Vamos a detectar disminución del rendimiento académico, cambios en sus hábitos de comunicación (se encierra en sí mismo), irritabilidad, sentimientos de culpa, discusiones, a veces violentas, vergüenza, pérdida de interés por aficiones”, sigue el experto. También pueden aparecer problemas físicos: mala calidad del sueño, sobrepeso, complicaciones metabólicas, dolor de cabeza o trastornos de la visión.
Tiempo máximo recomendado
Sobre el tiempo máximo de pantallas al que deben estar expuesto los menores, el doctor es claro: siempre el menor tiempo posible, aunque esto varía dependiendo de la edad y de la personalidad del menor.
Si aparecen estos rasgo físicos y psíquicos, es el momento de consultar al especialista, aunque recomienda adelantarse y hacerlo antes. El tratamiento dependerá de cada caso, desde psicofarmacológicos hasta psicoterapéuticos. En este contexto, el apoyo de la familia será crucial para superar esta adicción.
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