4/8/2020 NOTICIAS
Un uso abusivo de las redes sociales y de los smartphones pueden provocar daños no solo en nuestro cuerpo, sino también en nuestra mente
El verano siempre ha sido la época por excelencia para descansar y desconectar de la rutina diaria; sin embargo, a no ser que vayamos de vacaciones a uno de los hermosos pueblos de la España vaciada que cuenta con una deficiente conexión a Internet, hoy en día es prácticamente imposible cortar con el día a día. El teléfono móvil nos ha facilitado mantener el contacto con personas que se encuentran físicamente lejos, pero paradójicamente nos distancian de ellas cuando están cerca. Las redes sociales, las notificaciones o los mensajes relacionados con el trabajo son algunos de los estímulos relacionados con los ‘smartphones’ que nos remiten a deberes y tareas no necesariamente urgentes y nos impiden desconectar en vacaciones.
Mantener el móvil como una extensión de nuestro cuerpo puede desembocar en daños psicofísicos, por lo que es fundamental aprender a decir basta. Además, vivir con la obsesión de que lo que hacemos siempre acabará siendo escrutado por los usuarios de las redes sociales y ansiar su aprobación es «perjudicial para la felicidad», sostienen los expertos de Mundopsicologos.com, quienes señalan cinco pasos para desconectar del móvil en verano.
Si nuestro móvil no nos indica una actualización en las redes sociales, la lledada de un nuevo correo o de un nuevo mensaje, posiblemente tardemos más en desbloquearlo. Por eso, la primera recomendación de los expertos es eliminar todas las notificaciones del teléfono, una práctica que no impide la llegada de nuevas interacciones. «El hecho de no recibir inputs continuos para dirigir nuestra mirada hacia el móvil nos ayuda a ser más receptivos a lo que sucede en nuestro alrededor. Otra solución es activar el modo ‘offline’, para que nadie pueda molestar», señalan desde la página especializada.
La calidad del sueño es muy importante para garantizar nuestro descanso y no hay nada peor que dejar el teléfono al lado de la cama, tal vez con vibración y notificaciones activas.
Del mismo modo, es conveniente no usar el móvil al despertarse. Comenzar el día con un bombardeo de notificaciones nada más abrir los ojos nos impide despertar de una manera tranquila y relajada. Especialmente cuando estás de vacaciones, decidir dedicar el tiempo adecuado para ti y tu descanso es más que legítimo.
Cuando sales con tus amigos, con tu familia o con tu pareja es conveniente que trates de utilizar lo menos posible el móvil. No solo es de mala educación estar pegado al teléfono, sino que podrías perderte grandes experiencias por pensar en la posible repercusión social de tus acciones. Si lo haces, «te devolverá una agradable sensación de libertad y autenticidad perdida hace mucho tiempo», aseguran los expertos de Mundopsicologos.com.
Los mensajes de WhatsApp, los correos o las notificaciones de las redes sociales nos impiden, en cierta medida, estar solos, independientemente del momento del día en el que nos encontremos. «Aprender a estar contigo mismo es la base para saber estar con los demás. Por esta razón, las notificaciones deben desactivarse incluso cuando estás solo y de vacaciones, ya que desde la llegada del móvil hemos perdido gradualmente nuestro espacio, y entre un videojuego, un chat grupal y una videollamada, hay tiempo para todo y para todos, pero te olvidas de ti mismo», recomiendan.
No todas las ‘apps’ nos «enganchan» por igual, pero algunas redes sociales, juegos u otras aplicaciones más profesionales pueden llegar a crearnos una adicción. «Si te das cuenta de que una aplicación se convierte en una razón para coger el móvil continuamente, para actualizar y mirar morbosamente, entonces es mejor tomar medidas. La relación con esta app podría haber degenerado en adicción y es bueno romper este hábito para recuperar tu libertad», señalan los expertos.
Daños psicofísicos
Un uso abusivo de los dispositivos tecnológicos crean daños más o menos graves no solo en nuestro cuerpo, sino también en nuestra mente. Entre los más comunes están los defectos de postura, el clásico problema del cuello debido a inclinarlo hacia adelante y con la cabeza baja hacia la pantalla del teléfono. También el dolor de cabeza, dado tanto por la postura como por las luces, en cualquier caso por mirar demasiado la pantalla; problemas de visión, pasajeros o permanentes.
Pero las nuevas tecnologías también pueden causar daños que afectan a la mente, como el insomnio, la ansiedad y el desarrollo de formas de adicción al móvil, como la nomofobia, la vibración fantasma y el FOMO (Fear Of Missing Out) o el miedo compulsivo de perder la posibilidad de una interacción social.
Una carrera infinita hacia los me gusta
El control obsesivo continuo del teléfono también puede estar provocado por una fuerte ansiedad por el rendimiento de nuestras publicaciones. El número de ‘Me gusta’ en redes sociales como Twitter, Instagram o Facebook, los comentarios recibidos y las acciones «se transforman en unidades de medida del propio valor, y esto es altamente perjudicial para la percepción que cada uno tiene de uno mismo. Se desarrolla una versión distorsionada de la realidad, un juego con sus propias reglas, a menudo despiadadas, del que no es posible salir ileso, a menos que nos apartemos de él definitivamente«, explican desde la página especializada.
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