OPINION: 11-12-2020
Un resumen de las causas de recaída en el tabaquismo más comunes.
Alrededor de un 30% de la población mundial fuma, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Y una gran parte de esa población de fumadores intenta activamente librarse de su adicción a la nicotina y dejar de fumar.
Ahora bien, estamos hablando de una adicción, así que la mera fuerza de voluntad no siempre basta, en la mayoría de los casos.
Hace falta auto-conocimiento, comprender la relación de la persona con el tabaco, los orígenes de su adicción y su historia de consumo, trabajar estrategias de afrontamiento y cambios de hábitos… Es por ello que hay muchas posibles causas que conducen hacia la recaída en la adicción al tabaco.
Principales causas de recaídas dejando de fumar
La realidad es que la mayoría de fumadores que intentan dejar de fumar con «trucos» caseros o con solo «echarle fuerza de voluntad» terminan recayendo en el tabaco tarde o temprano.
Me refiero a que dejan de fumar unos días o incluso unas pocas semanas sin especial esfuerzo, pero después «ocurre algo» y terminan fumando otra vez.
¿Y cuáles son estas potenciales situaciones de recaída en el tabaco? Te cuento las más habituales en este artículo.
1. Las motivaciones para dejar el tabaco no están claras
Mucha gente se plantea dejar de fumar por presión familiar, por parte de su pareja, por la molestia de tener que salirse de los sitios a fumar haciendo frío…
El problema a veces es que la persona se plantea dejar de fumar por presión ambiental, sin plantearse por qué o cuáles son sus razones personales para querer dejar el tabaco. Después de estar unas horas o unos días sin fumar, cuando viene el «mono» (las molestas sensaciones del síndrome de abstinencia de la nicotina), es mucho más fácil recaer si la persona no ha hecho suyas sus razones para desterrar el tabaco de su vida.
Muchas veces, el primer paso para la victoria contra el tabaco es identificarse con un razón suficientemente poderosa para no querer más humo en la vida. Es trabajo de cada persona encontrar esa motivación (y un profesional especializado puede ayudarte con eso).
2. Seguir asociando el tabaco a experiencias positivas
Tras años de exposición a películas y series que ensalzan el consumo de tabaco, además de ver a familiares o amigos fumando, los fumadores desarrollan una serie de asociaciones positivas por el tabaco.
Me refiero a asociar los momentos de consumo con sensaciones placenteras, con celebración, con relajación, con atractivo sexual, etc. Son asociaciones muy sutiles, y que muchas veces requieren de un buen proceso de auto-conocimiento en terapia para darse cuenta de lo que pasa.
Cuando una persona no se ha hecho consciente de estas asociaciones, es más fácil que se deje llevar por ellas “en piloto automático” y que siga siendo víctima de sus hábitos.
3. Vivir rodeado de fumadores y no haber aprendido a gestionarlo
Otra de las mayores dificultades que relata la gente en terapia es la de cómo manejarse en situaciones sociales donde haya otras personas fumando.
Los descansos en la oficina, los ratos entre clases, tomar algo con alguien en una terraza, que vengan a casa esos primos que siempre tienen un cigarrillo en la mano… La adicción al tabaco suele tener un fuerte componente social, del que es difícil deshacerse si no se trabaja correctamente.
Si estoy dejando de fumar, ¿voy a dejar de acudir a eventos sociales donde sepa que haya fumadores? ¿Cómo voy a rechazar cigarrillos cuando otras personas me ofrezcan? ¿Qué hago con las ganas de fumar si me vienen estando con varios fumadores y el tabaco muy accesible?
Esto son todo cuestiones para plantear en terapia individual o en grupos de apoyo, y hacerlo dotará a la persona de herramientas para no volver a caer en la adicción a la nicotina.
4. No haber cambiado el estilo de vida
Soluciones un problema psicológico tan complejo como una adicción requiere estudiar el estilo de vida y los hábitos y ritmos de la persona, porque las personas somos sistemas complejos. Salir de la adicción al tabaco requiere conocer más a fondo las interacciones entre los diferentes elementos de la vida de una persona.
Por ejemplo, muchos fumadores dejan de hacer deporte por el tabaquismo. Curiosamente, retomar la práctica deportiva de manera paulatina después de dejar el tabaco suele ayudar a las personas a resistir los impulsos de fumar, pues fumar y hacer deporte son actividades incompatibles.
De la misma manera, cada caso es único y cada persona un mundo. Algunos fumadores pueden tener el consumo de tabaco muy asociado a beber alcohol o a las situaciones sociales, y otras muy asociado al estrés laboral y a los intentos de relajarse.
Por eso, simplemente «dejar de fumar por fuerza de voluntad» de un día para otro no suele funcionar completamente, porque la persona deberá introducir otros cambios en su día a día para que el tabaco no vuelva a tener espacio.
5. Falta de estrategias para calmar las ansias por fumar
Otro error muy común entre las personas que intentan dejar de fumar es no plantearse qué van a hacer cuando sientan el «mono» o síntomas del síndrome de abstinencia de la nicotina.
Como con cualquier otras sustancia adictiva, el cuerpo reacciona son una serie de sensaciones desagradables cuando le falta cierta sustancia. De la misma manera en que una persona con adicción al alcohol o la cocaína puede sufrir síntomas muy desagradables cuando lleve varias horas o días sin tomar su acostumbrada dosis, muchos fumadores son víctimas del síndrome de abstinencia de la nicotina.
Estudiando el caso, un profesional especializado podrá ayudarte a aprender estrategias de afrontamiento para no terminar fumando de nuevo a los pocos días o semanas de comprar la última cajetilla de tabaco.
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