VIGO. La Asociación Érguete ha lanzado 500 ejemplares de una guía para ayudar a las familias a tratar los problemas derivados del cannabis con menores. Subvencionada por la Xunta y Caixabank, la guía explica los patrones de consumo, cómo detectar que un hijo consume o cómo abordar el conflicto con él. Laura Durán, psicóloga viguesa de 35 años y coordinadora del área de Prevención de Érguete, da las claves de la guía. Colaboraron personal de los programas de prevención y de formación e integración social. «El último estudio que conozco revela que el primer contacto de los menores con el cannabis empieza a los 13 o 14 años, cada vez a edades más tempranas?», alerta Durán. 

-¿Crece el consumo de cannabis?

-Sí, lo vemos por un detalle. Al Programa de Formación e Integración Social (PFIS) acuden 24 menores sancionados administrativamente por consumo de cannabis. Vemos que cada vez vienen más. Las familias nos preguntan cómo ayudarles.

-¿Qué mitos hay?

-En los centros escolares damos charlas y nos cuesta desmitificarla. Creen que es sana porque procede de una planta o algo natural y no asumen que es una droga, algunos comentan que tienen una en casa. Muchos adolescentes creen que el cannabis cura el cáncer, nosotros desmontamos esos mitos. Les decimos que aunque proceda de una planta no es sana para nada. Les hacemos ver que hay una cara B, que tiene peligros. Para ellos, la percepción del riesgo de consumir un porro es muy baja, mientras que la de los padres es alta y reaccionan con alarmismo si descubren que su hijo fuma. De ahí el conflicto. Acercamos las posturas. 

-¿Cómo descubrir si el hijo fuma?

-Aunque los menores crean que su riesgo es mínimo, hay indicios como que el adolescente saca malas notas, bajo rendimiento escolar, aislamiento social, desmotivación en los estudios y los amigos, o tienen ansiedad y depresión. Sufren cambios bruscos en el estado de ánimo, tienen irritabilidad y discusión con los padres.

-¿Y la reacción de la familia?

-Si te pillan fumando, ellos lo ven como algo grave y esto genera conflictos. Damos consejos sobre cómo abordar si un hijo tiene consumo. Hay que dialogar con ellos y eso no es ser policías ni investigarles, es hablar buscando el momento más tranquilo. Hay que evitar el alarmismo y llevar la charla al término medio.

-¿Cómo se aborda la charla?

-Hay que hablarles con naturalidad explicándoles la preocupación de la familia ya que el consumo puede afectar a su rendimiento escolar, ya no está con los amigos, no muestra interés por actividades que antes le gustaban, ya no está motivado y tiene conflictos. El objetivo es averiguar por qué esta persona consume y lograr que dejen de fumar.

-¿Cómo pueden convencer al hijo?

-El adolescente que fuma puede tener un conflicto previo, aunque se logre reducir su consumo, el conflicto persistirá. Hay que ver qué hay detrás del consumo. Hay que averiguar si es algo puntual, si lo hacen para experimentar o si es grave. No hay que olvidar que son adolescentes. Fuman por curiosidad, diversión, por ser aceptado en una pandilla.

Fuente: La Voz de Galicia