NOTICIAS: 06.07.2021
Entre un 40 a 60% de las personas que han acabado un tratamiento por adicciones pueden sufrir alguna caída o recaída
Echeburúa señala que los tratamientos son efectivos para la mayor parte de la población, pero hay un gran porcentaje de esta que está fuera de los circuitos terapéuticos. En este sentido, asegura que muchas personas adictas «no buscan ayuda por la estigmatización y el rechazo social que suponen» y un ejemplo de ello es el alcohol. Se calcula que entre el 60 y el 80% de la población afectada no reconoce que tiene problemas con la bebida.
De este modo, apunta que el objetivo terapéutico de un tratamiento es principalmente la abstinencia. «La persona adicta tratada no debe entrar en contacto con la sustancia que ha consumido porque volvería a la situación del principio, echando por tierra la terapia realizada», añade.
El catedrático afirma que «las personas necesitadas de ayuda que rechazan acudir a un tratamiento o lo abandonan en un breve espacio de tiempo representan un alto porcentaje» y que las caídas y recaídas son más frecuentes durante el primer año después del tratamiento.
Enrique Echeburúa diferencia lo que se entiende por caída o recaída. «Una caída es el momento en el que una persona tratada consume de forma breve en una circunstancia dada, pero vuelve rápidamente a la abstinencia. En este sentido las personas más jóvenes son las más proclives a tener caídas debido a una mayor actividad social», explica, al tiempo que señala que en el momento que eso ocurra, la persona adicta «deberá pedir ayuda inmediatamente».
Por su parte, la recaída se entiende que es «cuando el consumo de la persona vuelve a etapas anteriores del tratamiento». Aproximadamente un 60% de las personas que han acabado el tratamiento pueden tener alguna caída o recaída.
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