NOTICIAS: 12.09.2021
El sacerdote Manuel Muiños Amoedo es el fundador y presidente de Proyecto Hombre Salamanca, dedicado en cuerpo y alma a recuperar personas con drogodependencia. Un cura admirado por su labor con los más necesitados, y respetado por la sociedad y las instituciones
SALAMANCA. «Por sus obras los conoceréis» es uno de los mensajes de Jesús que recoge Mateo en los Evangelios. Lo decía el Señor en el Sermón de la Montaña para distinguir a los verdaderos de los falsos profetas. Los verdaderos, Así, todo buen árbol da buenos frutos, mas el árbol malo da malos frutos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. Este pasaje del Evangelio (Mateo, 7 16-20) vale para la iglesia que da buenos frutos, ese árbol cuyas ramas las forman sacerdotes como Manuel Muiños Amoedo (Redondela, Pontevedra, 25 de julio de 1966).
Ordenado sacerdote en Salamanca el 24 de junio de 1995, desempeñó su labor pastoral en San Morales, Aldearrubia, Huerta y Pelabravo, siendo a día de hoy párroco de Cordovilla, Cilloruelo y Encinas de Abajo. Es miembro también del Colegio de Consultores de la Diócesis de Salamanca. Muiños es patrono fundador y Presidente de Proyecto Hombre Salamanca, siendo el Director Gerente de la Fundación Alcándara. Dentro de la Asociación Nacional Proyecto Hombre es el presidente responsable de medios de comunicación, así como el presidente de la revista ‘Proyecto’.
El Español de Castilla y León se acerca hasta el centro Proyecto Hombre que se ubica en Carbajosa de la Sagrada, concretamente en la carretera de Alba de Tormes, donde residen 34 internos que intentan salir de sus adicciones. Un centro ‘obra’ de un sacerdote comprometido que abrió sus puertas en 2004, pero que tiene también un Centro de Día y una Casa de Reinserción -última fase para aquellos reinsertados que no tienen apoyo familiar-, y que cuenta con más de 100 voluntarios, principalmente personas que han logrado salir del pozo de las adicciones, y 15 trabajadores, con un total de 85 personas en tratamientos, incluidos los presos del Centro Penitenciario de Topas. Como Manuel Muiños no para, en su camino está crear una empresa de inserción laboral. Es el ejemplo, dicen a este diario diversos internados, «de los curas buenos», que, como Manolo, vive y duerme con los internos desde marzo de 2020.
P.- ¿Explíquenos qué es Proyecto Hombre?
R.- Proyecto Hombre es simplemente un método educativo terapéutico para ayudar a personas con problemas de dependencia de todo tipo.
P.- ¿Qué tipo de personas acoge este centro?
R.- Estos centros en Salamanca acogen a personas siempre mayores de 18 años, por el momento estamos dándole vueltas a otras posibilidades, pero personas mayores de edad, con ese tipo de problemática en todas sus situaciones y realidades, de todo tipo de clase, condición social, formación y demás.
P.- Manuel, otra forma de vivir el sacerdocio la suya.
R.- Es una forma de vivir el ministerio sacerdotal y hacer realidad el Evangelio en el día a día, con esos descartados que dice el Papa Francisco, esos desheredados que dice el Evangelio, y que son una realidad sangrante, dolorosa, que está ahí y que necesitan una mano tendida y una puerta a la esperanza.
P.- Veo una casita con la inscripción Mateo 25, ¿qué significado tiene?
R.- Significa ilusión y esperanza. Mateo 25 es esa hoja de ruta que yo creo que es fundamental en la vida de todo creyente, y más de un sacerdote. Tuve hambre, me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber. Fui forastero y me hospedastéis. Esa página que todos conocemos. Y eso es una casita que hemos abierto a raíz de la pandemia, para ayudar a personas que están en una situación de calle, que necesitaban un paso intermedio antes de entrar en Proyecto Hombre, y ahí acogemos a personas con esa dificultad añadida.
Una forma de vivir el ministerio sacerdotal y hacer realidad el Evangelio, con esos descartados que dice el Papa Francisco, esos desheredados que dice el Evangelio
P.- ¿Existen dos iglesias en Salamanca?
R.- No, yo creo que existe una sola iglesia, pero con dos velocidades o a lo mejor no, pero Iglesia es pueblo de Dios. Cada uno, desde su responsabilidad, se dará cuenta dónde la tenga que dar. Al atardecer de la vida te examinarán del amor, decía San Juan de la Cruz. Pues a ello vamos.
P.- ¿Qué es para usted el compromiso humano?
R.- Para usted no, es para ti. Ese es el compromiso humano, estar ahí, estar en la realidad, atentos a la jugada que nos toca vivir en este momento, no dejar que pase la vida sin pena ni gloria, sino que el compromiso es dar y darnos, sobre todo darnos en un momento en el que no está de moda, el momento en el que no cotiza en bolsa, el pensar en el otro. Aquellos refranes de los abuelos de hoy por ti, mañana por mí, haz el bien y no mires a quien, o manos que no dais, qué esperáis. Yo creo que es el compromiso humano.
P.- ¿Cómo pasó el confinamiento el Proyecto Hombre?
R.- De menos a más. Me siento muy afortunado de haber vivido el confinamiento en esta casa y con estas personas. Creo que fue una opción acertada el encerrarnos aquí, que es un privilegio. Una casa como la nuestra, con estas dimensiones, con esta finca donde no podemos tener queja, porque vivimos como en una situación privilegiada respecto al resto de la sociedad. Entonces, creo que, sobre todo, el gran acierto fue por las personas con patología dual, con problemas de salud mental y drogas que tuvieron el refuerzo, el apoyo, el acompañamiento, una situación dura y difícil.
P.- ¿Ha cambiado algo con la pandemia?
R.- Creo que se han complicado las cosas, para mal y para bien. Opino que la pandemia, aquello que decíamos de que iban a salir mejorados y no sé cuántas cosas, que los que necesitaban mejorar no lo han hecho, y los que no necesitan mejorar siguen ahí. Entonces, no lo sé. ¿Ha cambiado a nivel de infraestructura y demás? Sí, pero la visión de la realidad del mundo, quiero creer que también ha cambiado para muchas personas, y nos implicamos en hacer un cambio o estamos condenados a un mal pronóstico.
La realidad del mundo, quiero creer que ha cambiado para muchas personas con la pandemia. Nos implicamos en hacer un cambio o estamos condenados a un mal pronóstico
P.- ¿Qué conduce a una persona a caer en la drogodependencia?
R.- En infinidad de circunstancias, de situaciones muy difíciles de enumerar, porque cada persona es un mundo, y lo que para unos es fácil de afrontar, para otros es una dificultad tremenda. Entonces hay que valorar a cada persona en su realidad y en su contexto, pero desde la más tierna infancia no hay algo concreto que puedas decir que ese es el motivo. Creo que el área afectiva del ser humano es muy importante, el dar sentido a nuestra vida, El dar contenido en lo primero, y dar sentido a ese contenido es fundamental. Cuando uno no sabe hacia dónde, ni cómo, ni de qué manera siente ese vacío, que yo digo existencial y asistencial, refiriéndome al acompañamiento por parte de los demás, al tener a quien querer y al sentirse querido, ahí es donde nos lo jugamos.
P.- Los que estamos fuera de este mundo, muchas veces nos preguntamos si se puede salir de la droga.
R.- Evidentemente, si no yo no estaría aquí después de 25 años. Claro que se puede y se sale. Y de hecho tenemos muchos ejemplos de personas que han salido, algunos están aquí trabajando con nosotros, otros están con su vida lógicamente rehecha en otros sitios, viviendo de una manera libre de dependencias y felices.
P.- ¿No puede ser un estigma también social, una vez que salen de este mundo?
R.- Si cuesta a nuestra sociedad tan solidaria y tan de justicia, y de tantas cosas que se nos llena la boca a la hora de la verdad cuando toca de cerca, nos cuesta admitir la reinserción, admitir la otra oportunidad. Pensamos que solo tenemos oportunidad de un cambio y de mejorar y de rectificar nosotros mismos con los demás. Pero aquí todos estamos llamados a tener esa posibilidad, y una sociedad que no reinserta, no es una buena sociedad, es una sociedad enferma.
P.- Después está el tema de la adicción en las cárceles.
R.- La prisión, hombre, es una dificultad añadida. Ayer estuve en Guarda visitando a un preso, y se te cae el alma a los pies, pero se puede trabajar, y se pueden hacer muchas cosas en las instituciones penitenciarias. En Salamanca, a nosotros sí que se nos facilita, y creo que a todos, en la medida de lo posible, el poder trabajar y hacer siempre cosas que puedan mejorar la calidad y la calidad de vida del preso. Y nosotros, en nuestro caso, en tratar de sacarles a una vida alternativa.
P.- Siempre que hablamos de drogas nos referimos a la heroína, la cocaína, el cannabis o las anfetaminas, pero nunca hablamos del alcohol y el tabaco.
R.- Porque es lo más normalizado. Sin embargo, ahí están. El alcohol está haciendo verdaderos estragos a todos los niveles, y creo que tenemos que replantearnos muy seriamente todo esto en el tema de los consumos. Pero siempre hay que ir más allá de lo que consumo y para qué consumo, que esa es la gran pregunta. Y encontrando la respuesta, a lo mejor encontramos la solución a esas dependencias en situaciones vitales, porque en el fondo tapamos, escapamos, cuando hacemos ese tipo de vida.
P.- Manuel, menudo problema para una familia cuando se encuentra con el primer caso de que tiene un hijo o un nieto metido en el mundo de la droga.
R.- Normalmente, en muchos casos, es una negación de esa situación, por vergüenza, miedo, dolor, rabia. Muchas preguntas surgen en las familias, pero la actitud siempre es de intentar buscar una solución, y ver una respuesta. Sí que es verdad que ha cambiado el perfil en las familias, ya que las de hace años se complicaban la vida. Hoy están como muy frustradas, agotadas, cansadas, desesperadas, a veces sin tener herramientas, ni saber cómo. Y no es fácil. A veces, las familias también se desentienden, que yo en parte lo puedo comprender, porque son muchos años de consumo, de sufrimiento, hasta que deciden dar un paso y pedir ayuda. Entonces la familia, creo que es un paso y una pieza clave y fundamental en la rehabilitación. Nosotros trabajamos con las personas con problemas de dependencia, y con sus familias en la medida de lo posible, porque es un refuerzo positivo, y que a veces la familia necesita también su terapia y su ayuda, para saber gestionar, afrontar y trabajar esa dificultad que tienen estas personas.
La familia es un paso y una pieza clave y fundamental en la rehabilitación. Nosotros trabajamos con las personas con problemas de dependencia, y con sus familias
P.- ¿Qué papel juegan las instituciones en este mundo de la drogodependencia?
R.- El papel de instituciones es importante, porque sin ellas sería muy difícil funcionar y mantener una infraestructura como la que tenemos a la hora de dar respuesta a esa problemática. Creo que tenían que mejorar el tema de la burocracia, porque a veces nos complica la existencia tanto papeleo y demás, pero también muchas veces le ves su sentido y su lógica. Las instituciones son un respaldo y necesario. Nosotros cubrimos a parte de las instituciones donde ellas no llegan, y hacer equipo con las instituciones es fundamental. Nosotros hemos ido de menos a más, hemos ido ganando en confianza, en el respeto a las instituciones, y entonces las instituciones públicas como la Fundación Iberdrola, ayuntamientos, Diputación, Junta de Castilla y León. Y otras de muy diferente calado, como pueden ser los juzgados, que nos apoyan, cuentan con nosotros y valoran nuestra labor, o las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que también nos tienen muy en cuenta a la hora de poder trabajar y ayudar, curiosamente a estas personas que a veces se ven en una situación más difícil de delito y de calle. Y ahí sí que tengo que valorar y aplaudir la labor de la Policía Local Nacional y la Guardia Civil, que siempre se preocupan y se ocupan, más de lo que muchas veces muchos piensan y creen.
P.- Para terminar, un tema que está muy de actualidad, ¿qué opina usted, como sacerdote, del asunto del obispo de Solsona?
R.- Más que opinar me entristece la situación. Creo que es más complejo de lo que parece, y que más allá de lo que se pueda ver en los medios de comunicación, tiene que haber un fondo y un trasfondo. Volvemos a lo de antes, a los afectos, los sentimientos, la gestión de todo ello que a veces nos toma, nos lleva a tomar decisiones inadecuadas, y a caer en situaciones muy extrañas o complejas, como es esto, pero que hay más de fondo de lo que podemos ver. Opino que tampoco es cosa nuestra juzgarlo.
«Todos los avances, los cambios, las oportunidades y posibilidades que hemos descubierto no pueden quedarse en la meramente tecnológico. Todos los interrogantes necesitan respuesta, pero luchando porque esa respuesta sea en vivo y en directo. ‘En medio de la dificultad reside la oportunidad’, pero ‘temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo sólo tendrá una generación de idiotas’, decía Albert Einstein».
Es el momento de compartir desayuno entre toda la comunidad de Proyecto Hombre de Salamanca
Comments