17/08/2020 NOTICIAS
Es un hecho: el virus ‘viaja’ en las gotículas que expulsan los fumadores; con la prohibición de fumar en la calle, España pretende frenar la propagación de la Covid-19.
Tras una reunión de urgencia con las comunidades autónomas, el ministerio de Sanidad Español anunció que extiende la prohibición de fumar en la calle a todo el territorio nacional, y presentó un nuevo paquete con 11 medidas para combatir los rebrotes.
Una medida “aplaudida” por nueve sociedades médico-científicas (SEPAR, SEMI, SEIMC, SEMES, SEDAR, SEMPSPH y SEMERGEN, SEMFYC y SEMG) que reúnen a la mayor parte de los profesionales sanitarios, quienes esta misma mañana advertían en un comunicado que “existe una alta probabilidad de volver a enfrentarnos a situaciones asistenciales tan graves como las vividas durante el estado de alarma”, y alertaban de que “las medidas que se están tomando no eran suficientes para controlar la transmisión de la infección”.
Los epidemiólogos ya advirtieron que el consumo de tabaco incrementa las posibilidades de contagio del coronavirus. Por eso, cuando se empezó con la desescalada la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) pidió que terrazas, playas, espectáculos al aire libre y coches particulares fueran espacios sin humos.
¿La razón? Que los fumadores infectados y asintomáticos emiten gotículas con virus SARS-CoV-2. Todos los demás también, porque como se sabe el coronavirus se transmite por vía aérea al hablar, toser y estornudar. Sin embargo, tal y como nos explica la doctora Carmen Diego, secretaría general de la SEPAR: “el aire exhalado por los fumadores es más fuerte, y también aumenta la densidad de las partículas infectadas que viajan por el aire”. Es decir, hay mayor diseminación y esto pone en riesgo al resto de población.
“Lo advertimos hace dos meses y medio, cuando comenzamos la desescalada. No ha variado nada, pero por la progresión de los casos han decidido aplicar medidas más duras”, añade.
En qué puede ayudar
Muchos creen que lo de prohibir fumar es como “querer ponerle puertas al campo” y que, una vez más, se señala a los fumadores. Lo cierto es que la nueva ‘prohibición’ se basa en el hecho de que los fumadores son potencialmente mayores transmisores de la Covid-19, tal y como ha aclarado la neumóloga.
Por otro lado, en realidad no se impide el hecho en sí de fumar, sino que se insta a los fumadores a asegurarse de que mantienen la distancia mínima de seguridad al fumar en público.
Frenar la propagación del virus no es lo único a lo que se aspira con esta nueva medida, también es una forma de proteger a los propios fumadores que en caso de contagiarse, tienen entre 5 y 8 veces más riesgo de padecer neumonía grave porque la agresividad del virus es mayor.
De este modo, al reducirse el consumo de tabaco, se espera que las infecciones por Covid-19 sean más leves. “Los fumadores se tocan la cara entre 200 y 300 veces más que los no fumadores, por lo que esta medida también les beneficia”, añade la neumóloga.
¿Hay evidencias que respalden la medida?
En España se registran cada año 60.000 muertes relacionadas con el hábito tabáquico. El impacto negativo del consumo de tabaco en la salud pulmonar y su asociación causal con una gran cantidad de enfermedades respiratorias está ampliamente contrastado por la evidencia científica.
Fumar también es perjudicial para el sistema inmune y su capacidad de respuesta a las infecciones, lo que hace que los fumadores sean más vulnerables a enfermedades infecciosas. Tal es el caso de la actual pandemia provocada por la Covid-19. Con los datos disponibles, se considera que fumar es un factor de riesgo para el contagio de la enfermedad y está asociado con un pronóstico adverso y una progresión más negativa y grave de la Covid-19.
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