NOTICIAS: 13.05.2022
El presidente del CNPT da las claves para que la ley del tabaco sea exitosa y revela el papel de los sanitarios
MADRID. El nuevo Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025, que está ultimando el Gobierno y espera anunciar en “las próximas semanas”, convertirá a España en pionera a nivel mundial en la lucha contra el consumo de tabaco. Al menos así lo asegura el presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), Andrés Zamorano, en una entrevista con Redacción Médica donde liga el éxito de la medida a que se cumpla todo lo anunciado previamente, se establezca una dotación económica para acometer las acciones y se forme a todos los profesionales de Sistema Nacional de Salud (SNS).
“Podríamos ser pioneros. Si se subiera el precio del tabaco a diez euros o más, si no se pudiera fumar en las terrazas, en los coches y demás espacios públicos; se decretara el empaquetado neutro; y se equiparan los cigarrillos electrónicos a los normales, estaríamos en cabeza como en 2010.”, asegura Zamorano.
El médico de Familia recuerda como hace una década se hablaba del Spanish model en tabaco, sin embargo, asegura que ahora España se ha quedado obsoleta. “Quieren evitar la palabra, pero actualmente estamos obsoletos. Si sale el Plan, se desarrolla junto a una dotación económica y se traduce en esa ley antitabaco, volveremos a estar en cabeza. Que no es el objetivo principal, pero sí ahorrar sufrimientos, muertes y enfermedades relacionadas con ello”, detalla el facultativo, quien recuerda que anualmente mueren 60.000 personas al año por tabaquismo y otras 1.000 por ser fumadores pasivos: «Tenemos que pasar de una prevalencia del 30 por ciento a un 5 por ciento para una generación libre de humo, tabaco y nicotina».
El éxito final del plan, ligado a una formación sanitaria especializada
Para el presidente del CNPT, quien sospecha de un anuncio del Plan para el Día Mundial Sin Tabaco, otra de las claves del éxito pasa por formar a todos los profesionales sanitarios: “Si subes los impuestos y restringes los lugares donde se puede fumar, la mayoría de fumadores lo quieren dejar, pero necesitan a un profesional de la salud que les ayude y les recete fármacos. Por ello, hace falta formar a los profesionales y darles agenda para que dediquen consultas a esta materia”.
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En ese sentido, el Plan recoge la creación de una formación acreditada antitabaco para todas las ramas de la ciencia de la salud. Algo que Zamorano respalda ampliamente: “Por supuesto, hace falta una formación específica para que todos puedan hacer un tratamiento cognitivo-conductual con los pacientes, no solo se trata de recetar un fármaco. Hay una serie de conductas asociadas al tabaquismo que hay que tratarlas y verlas. Por ejemplo, el ligero aumento de peso que se puede producir o el incremento de la ansiedad al dejar de fumar”.
Una formación que para el presidente del CNPT también debería extenderse al grado universitario. “La gente no sabe nada de tabaco y lo van aprendiendo sobre la marcha. Los profesores bien formados y los cursos cuestan dinero, por eso el plan debe ir acompañado de una dotación económica y debe organizarse una gobernanza única que lo desarrollo porque afecta a muchos ministerios. Estamos hablando de la primera causa de muerte evitable en España”.
Una formación universal avalada por la evidencia científica
Esta formación, según entiende desde el CNPT, debería propiciar que todo el mundo pudiera dar consejos antitabaco en su consulta, independientemente de la especialidad médica a la que pertenezca. «Está demostrado que esto aumenta los intentos de cesación de los pacientes y muchos dejan de fumar solo por eso», explica el especialista.
“Si el cardiólogo le dice al paciente que lo mejor que puede hacer para su corazón es dejar de fumar o si el traumatólogo que la cicatrización de la herida va a ir mucho mejor si no fuma o si el médico de Familia le alerta, la diagnóstica y le trata, muchos pacientes dejarían de fumar”, asegura Zamorano, quien, además, resalta que si el SNS tiene unos sanitarios que saben qué hacer con los fumadores “mejor que mejor”.
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Y es que para el especialista en tabaquismo, actualmente los sanitarios pasan por alto la gravedad que supone para la salud: «Si viene un paciente a la consulta de Familia, me dice que es diabético y simplemente le digo que vale, me diría ¿qué estás haciendo? Con el tabaco esto pasa, se pregunta si se fuma y se queda en un vale. Cuando un paciente te dice que es fumador tienes que asumir que está declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad crónica adictiva con múltiples recaídas y hay que hacer un diagnóstico y dar un tratamiento, al igual que con otro tipo de enfermedades que son factores de riesgo como la diabetes, el colesterol o la hipertensión. Por eso hace falta una formación específica».
Otra de las malas praxis que se solventarían con esta formación específica es la forma de afrontar las recaídas. “El sanitario debe conocer que al año en todas las adicciones solo se mantienen un 30-40 por ciento de personas sin recaer y es lo normal. El 60-70 por ciento restante lo intentaran una, dos, tres o más veces, pero lo acabaran consiguiendo”, resalta Zamorano.
Primaria deberá asumir el grueso de los tratamientos
Más allá de una concienciación generalizada, finalmente el grueso del tabaquismo recaerá, según entienden en el CNPT, en el primer nivel asistencial. «La Primaria será el ámbito más adecuado porque pueden hacer seguimiento de los pacientes siempre que tengan agenda para ello. Un traumatólogo le puede recetar un fármaco y darle indicaciones, pero ¿cuándo le va a hacer seguimiento al paciente? El peso de estos tratamientos va a recaer en la Atención Primaria y en las pocas unidades de tabaquismo que hay».
Unas unidades específicas que, en alineación con la reclamación de la Separ, el CNPT entiende que debería haber “una o más” por área sanitaria. Sin embargo, advierten que aun así estás no darían cabida a todos los fumadores. “Las unidades serían para enviar a pacientes, pero eso no quita para que hubiera huecos específicos para que todos hicieran consultas de tabaquismo. En España hay unos 10 millones de fumadores, que suponen alrededor de un 30 por ciento de los pacientes. Las unidades de tabaquismo por si solas no dan a basto. Cada profesional debería abordar el tratamiento del tabaquismo desde el punto de vista cognitivo, conductual y farmacológico como una tarea más de su agenda y actividad preventiva”, explica el presidente del CNPT.
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