El psicólogo Manuel Isorna participa en un estudio que busca conocer cómo la cuarentena impacta en las adicciones
VILAGARCÍA / LA VOZ
El psicólogo catoirense Manuel Isorna ha entregado su vida al estudio y prevención de todo tipo de adicciones, legales e ilegales, con especial énfasis entre una adolescencia con un plus de porosidad al enganche. De ahí que tanto Isorna, profesor de la Facultade de Ciencias da Educación de la Universidade de Vigo en el campus de Ourense, como el grupo de la Universidad Internacional de Valencia con el que venía colaborando en su campo no dudaran en poner en marcha uno de los, cuenta el arousano, numerosos estudios que han arrancado sobre la materia en España en medio del confinamiento, y que tan valiosos serán cuando la sociedad recupere la libertad de movimiento.
A través de una encuesta telemática, el grupo que dirige el investigador Víctor Villanueva Blasco pide respuesta a un centenar de cuestiones relacionadas con el consumo, antes y durante el confinamiento, de alcohol, tabaco, cannabis, pero también de internet; este último mundo, con un apartado específico dedicado al sexting. Además, el formulario indaga sobre la forma en la que los españoles afrontan psicológicamente la situación excepcional de verse privados de su habitual libertad de circulación, así como su estado anímico general.
A fin de disponer de una radiografía lo más precisa posible, se solicita a los participantes datos que permitan segmentar el impacto de la cuarentena en las conductas adictivas, como la edad, sexo, municipio de residencia, género, orientación sexual, estudios, situación laboral, religión, si sufre alguna discapacidad, o si está o ha estado recientemente embarazada en el caso de las mujeres. Datos cuya confidencialidad se ha blindado a través de una base asociada a un código alfanumérico, y que se recaban con intención de «ajustar las propuestas preventivas para minimizar el impacto de las adicciones en nuestras vidas» una vez concluya el confinamiento. La intención del grupo de investigación de Isorna cuando lanzó el estudio hace once días era recabar unas 6.000 encuestas, pero tras haber superado a finales de la semana pasada las 4.000, no descarta disponer de una cantidad considerablemente mayor, toda vez que la fase de campo se extenderá hasta la conclusión de la cuarentena.
«El objetivo del estudio», explica Isorna, «es establecer en qué medida la situación de distanciamiento social y confinamiento está impactando psicológicamente en las personas, y cómo sus estrategias de afrontamiento modulan ese impacto». Y como continuación, comprobar «si algunas personas presentan un mayor consumo de sustancias adictivas como estrategia de evitación o regulación emocional, y cómo el uso de internet puede convertirse en otra estrategia de afrontamiento inadecuada», con comportamientos ludópatas o de extorsión sexual.
En sus hipótesis de partida, los investigadores estiman que «debe de estar produciéndose un repunte de las drogas legales, tabaco y alcohol, y una bajada de las ilegales ante la dificultad de acceso a estas últimas por el confinamiento». Que sea o no así nos lo dirá el estudio a su término.
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