NOTICIAS: 17.06.2021
Las personas que usan drogas tienen visitas al departamento de emergencias y tasas de hospitalización 4.8 y 7.1 veces mayores que la población general. Pero las prohibiciones formales e informales del consumo de drogas en estos espacios están provocando una serie de riesgos sobre los pacientes. Los pacientes que son sorprendidos consumiendo drogas en el hospital pueden irse contra el consejo médico o ser dados de alta involuntariamente, tener prohibido regresar o incluso ser arrestados por la policía. También es ampliamente conocido el estigma que sufren las personas que usan drogas por parte de las trabajadoras de los hospitales, tanto personal sanitario como de seguridad. Estos y otros factores hacen que un gran número de personas que usan drogas, cuando están hospitalizadas, busquen zonas poco seguras del hospital para consumir sin ser vistas.
Para resolver estos problemas en un hospital del Oeste de Canadá hay, desde abril del 2018, un Servicio de Consumo Supervisado. Este servicio consta de material higiénico y salas íntimas y supervisadas para el consumo. Además, el hospital solicitó y recibió una exención bajo la Sección 56.1 de la Ley de Sustancias y Drogas Controladas de Canadá del Ministerio de Salud federal, de esta forma las personas que usan en el hospital no serán penalizadas ni perseguidas por usarlas o llevarlas. Por último, el hospital se compromete a no tener un trato discriminatorio ni estigmatizante ante las personas que usan drogas.
Un estudio publicado en la revista de divulgación científica Science Direct, comentan los resultados de este servicio, único en el mundo. El artículo se titula “You don’t have to squirrel away in a staircase”: Patient motivations for attending a novel supervised drug consumption service in acute care [«No tiene que escabullirse en una escalera»: Motivaciones del paciente para asistir a un novedoso servicio de consumo de drogas supervisado en cuidados agudos] y fue publicado el 19 de mayo del 2021.
Según los resultados del estudio, la mayoría de los participantes percibieron el Servicio de Consumo Supervisado, como un entorno más seguro que hizo posible reducir los riesgos relacionados con las drogas y evitar su uso en áreas inseguras del hospital donde podrían ser vistos por el personal, la seguridad o la policía. Sin embargo, algunos participantes no confiaron en que el Servicio de Consumo Supervisado brindaría una protección adecuada contra la criminalización, lo que los motivó a evitar el sitio. A varios participantes también les preocupaba la posibilidad de que se produjeran cambios no deseados en la atención al paciente. Las limitaciones físicas del sitio y de la política, como los requisitos de elegibilidad y la falta de infraestructura para apoyar la inhalación supervisada, fueron razones adicionales para no asistir a los Servicios de Consumo Supervisado.
Según los autores del estudio, el Servicio de Consumo Supervisado en hospitales para personas que usan drogas, está siendo un éxito para reducir los riesgos asociados al consumo de drogas en los hospitales. Pero aún queda un largo camino para considerar los hospitales con Servicio de Consumo Supervisado espacios seguros para el consumo. Las tareas pendientes según el estudio están en la legislación y en la formación a todo el personal, tanto médico como de seguridad, en como acompañar sin estigmatizar ni juzgar.
Leer el estudio completo en Sciencedirect.com
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