NOTICIAS: 24,01,2021
Un estudio europeo advierte de que el covid-19 puede ser el catalizador que impulse el uso de app y la Internet oscura por parte de los narcos
Pontevedra – No cabe duda de que la pandemia del coronavirus ha modificado por completo la práctica totalidad de los sectores sociales y económicos e, incluso, afecta a las actividades ilícitas. Durante el estado de alarma, se constató en Pontevedra un acusado descenso de la criminalidad que se fue recuperando a medida que se fueron levantando las restricciones.
Ahora es un organismo europeo, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA), el que ha vaticinado que la expansión del covid-19 afectará al tráfico internacional de sustancias estupefacientes. A través de su informe en el que analiza el impacto del virus en los mercados de drogas vinculados con los países del sur del espacio europeo, se respalda la idea de que «las rutas marítimas serán cada vez más importantes».
En su última memoria anual, la Fiscalía de Pontevedra insistía en que la provincia seguía siendo una de las puertas de entrada de la cocaína en territorio nacional. Se trata de una realidad que el propio Ministerio del Interior confirmó en su más reciente anuario estadístico al reflejar que «las provincias de Madrid, Pontevedra y Barcelona son las que mayor cantidad aprehenden» de esta sustancia estupefaciente.
Incautaciones en Pontevedra
Los datos reflejan que, en el 2019, uno de cada veinte kilos decomisados a nivel nacional se incautó en las Rías Baixas. A nivel estadístico, se contabilizó el decomiso de 7.150 kilos de cocaína, cantidad que implica que el 93,57 % de las intervenciones que se producen en Galicia tienen lugar en la geografía pontevedresa.
Pero la pandemia no solo habría dado un espaldarazo a las rutas marítimas empleadas por los narcotraficantes, sino que podría contribuir a abrir nuevas vías: «Parece probable que en el futuro los organismos encargados de hacer cumplir la ley deban centrarse más en cómo detectar e intervenir en nuevos métodos o rutas del narcotráfico». Y a esto se suma que «el empleo de nuevas tecnologías (como el uso de aplicaciones móviles y la Internet oscura) puede ser cada vez más importante. El impacto del covid-19 podría ser que ha actuado, hasta cierto punto, como catalizador para aumentar el ritmo del cambio en estas áreas».
El Observatorio Europeo tiene claro que la pandemia ha generado desafíos tanto para las fuerzas del orden, como para el crimen organizado. En el caso de los primeros, y siempre según el informe, «los recursos han disminuido como consecuencia de la necesidad de ayudar a hacer cumplir las medidas implementadas para reducir la transmisión».
Por su parte, las mafias vinculadas con el tráfico de estupefacientes se han visto en la tesitura de tener que «adaptar sus métodos a las nuevas condiciones». Y es que una de las consecuencias del coronavirus fue el hecho de que se han incrementado los controles de seguridad, mientras que los métodos tradicionales de venta al trapicheo se han visto afectados y, en algún caso, interrumpidos «por la introducción de medidas de aislamiento y distanciamiento social».
En todo caso, y tras referir que «las medidas de contención en curso y la desaceleración económica resultante de la pandemia del covid-19 pueden continuar afectando el mercado de las drogas», desde este organismo europeo se advierte de que «algunos segmentos marginados de la población pueden recurrir cada vez más a la producción, el tráfico o la venta de drogas ilícitas como medio» para obtener un rendimiento económico.
Y de igual modo, se incide en que otras capas de la población, «especialmente aquellas con problemas de salud mental preexistentes, pueden volverse aún más vulnerables a desarrollar un problema de drogas».
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