NOTICIAS: 21-12-2020
El alcohol es la sustancia psicoactiva, droga, más consumida en España y con menor percepción de riesgo. Y es que probablemente muchos desconocíamos que en nuestro país mueren anualmente unas 15.000 personas a causa del consumo de alcohol.
Madrid, El alcohol es la sustancia psicoactiva, droga, más consumida en España y con menor percepción de riesgo. Y es que probablemente muchos desconocíamos que en nuestro país mueren anualmente unas 15.000 personas a causa del consumo de alcohol.
Las bebidas alcohólicas contribuyen al desarrollo de más de 200 problemas de salud y lesiones, incluidas las enfermedades cardiovasculares, hepáticas, neuropsiquiátricas y ciertos tipos de cáncer.
A pesar de este dato, en el año 2017, el 91% de la población de entre 15 y 64 años declaraba haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida y el 63% en los últimos 30 días.
Y es que la única manera de evitar las consecuencias derivadas del consumo de esta sustancia es, simplemente, no consumirla.
El problema es que, con el fin de justificar su consumo, son muchos los mitos que han surgido entorno a estas sustancias y que siempre es conveniente desmentir.
En primer lugar, es que da igual la cantidad que tomes porque no existe un nivel de consumo que sea seguro para la salud.
El Ministerio de Sanidad ha publicado hace muy poco una actualización sobre los límites de consumo de bajo riesgo del alcohol, que reduce los límites del consumo promedio de bajo riesgo de alcohol a 20 g/día para hombres y 10 g/día para mujeres.
Pero el mismo texto advierte de que cualquier consumo por mínimo que sea implica riesgo. A mayor consumo, mayor riesgo. Lo mejor, no beber alcohol.
Otra de las falsas creencias respecto al alcohol es que es mejor consumir cerveza o vino que otras bebidas alcohólicas. Pues bien, un estudio español publicado este mes de noviembre señala que no existen evidencias científicas de que ‘recomendar’ una u otra bebida alcohólica pueda relacionarse con un menor riesgo o posibles beneficios para la salud.
Tal y como explica Iñaki Galán, investigador del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, hay cierta tendencia social a creer que algunos tipos de bebidas alcohólicas podrían aportar, dentro de los comprobados efectos negativos globales que tiene el consumo de alcohol, algún efecto beneficioso (por ejemplo, en ocasiones se citan los polifenoles del vino).
Pues bien, la investigación insiste en que no hay consumo positivo de alcohol para la salud y confirma que tomar una u otra bebida alcohólica no influye en las posibles consecuencias para la salud o en el riesgo de enfermedad o muerte. El alcohol de las bebidas alcohólicas «siempre es etanol», ya sea cerveza, vino, copas… y al ser la misma molécula, los efectos en los organismos son iguales.
Otro de los mitos es que beber una copa relaja y alivia el estrés. Nada más lejos de la realidad. Aunque en un primer momento podamos experimentar placer, a la larga el consumo de alcohol elevará nuestros niveles de estrés y ansiedad.
Tomar cerveza, vino o cualquier otro tipo de bebida espirituosa no va a mejorar la calidad de las relaciones sexuales. Más bien al contrario, ya que el alcohol, al igual que otras drogas, aunque nos desinhiban en un primer momento acabarán interfiriendo en nuestra capacidad sexual provocando que la relación sexual no sea plena.
Y no, el alcohol no es un alimento. De hecho, su ingesta no sólo no alimenta, sino que aumenta la producción de grasa.
A estas falsas creencias tan oídas y desmentidas en muchas ocasiones, durante la pandemia del coronavirus han aparecido algunas nuevas relacionadas con la Covid-19 y que los expertos también han demostrado científicamente que son falsas.
Por ejemplo, circula en ocasiones el bulo de que el consumo de bebidas alcohólicas destruye el SARS-Cov-2. Y nada más lejos de la realidad, ya que, además de no tener ninguna capacidad de destrucción, aumenta los riesgos para la salud en caso de contraer el virus.
Tampoco es cierto que las bebidas alcohólicas de alta graduación maten el virus en al aire inhalado, ni desinfectará la boca ni la garganta. Insistimos, el consumo de alcohol no nos protege, en ningún caso, de la Covid-19.
Ni de este nuevo virus, ni de ninguno, ya que también es falsa la creencia de que beber cerveza, vino o licores estimulan la inmunidad.
Es más, las células de defensa de nuestro organismo se ven dañadas por el consumo excesivo de alcohol, lo que debilita nuestro sistema inmunológico y nos hace más vulnerables a las enfermedades.
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