En dos generaciones la tecnología ha cambiado drásticamente nuestra forma de vivir, y no son cambios puntuales sino que ha cambiado nuestros hábitos, una inmersión total que nos lleva de la tecnofilia a la nomofobia. Padecemos phubbing, necesitamos conexión constantemente, inmediatez en la información. Y la evolución que apreciamos a nivel de selfies, influencer o wasaperos es igual a nivel de Medicina, Investigación, Agricultura, Economía,…o sea a nivel macro. El cambio en tu mundo es equiparable al cambio en el Mundo, y basta mirar sociedades como la japonesa para comprender que seguirá este vertiginoso avance. Reflexionemos sobre la necesidad de la formación, desde los niños, que nacen sabiendo manipular gadgets, pero desconocen la responsabilidad o ética de su uso; hasta las empresas, que se reinventan para llegar donde nunca pero con la vulnerabilidad de un adolescente en la búsqueda de vínculos afectivos por internet. La tecnodependencia sin formación provoca una enorme vulnerabilidad aprovechable por el lado oscuro, también tecnoadicto. Formémonos en lo personal, y como sociedad, desde al meter una nueva App hasta al legislar, la inmersión tecnológica exige estar preparados, lo que no solo es aconsejable, sino una necesidad…como sabemos de cerca.
OPINION: Formación y Ciberataques
4 julio 2020 /NOTICIAS
Francisco Roca.
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