OPINION: 09.09.2021
El eminente físico alemán Albert Einstein (1879-1955) conocido por inventar y desarrollar la ‘Teoría de la Relatividad y efecto fotoeléctrico’, por el que recibió el Premio Nobel de Física, dijo: “Temo por el día en el que la tecnología sobrepase la interacción humana. El mundo sólo tendrá una generación de idiotas”.
MADRID. Sé a ciencia cierta que algunos lectores cuando lean este ‘artículo de opinión’, que como su propio nombre indica… ‘es la opinión de quien lo escribe y lo suscribe’, pueden no estar de acuerdo con las conclusiones que se puede extraer de él.
Pero, ya saben… ¡sobre gustos colores!
No cabe la menor duda que la revolución tecnológica, sobre todo en lo referente al mundo audiovisual, ha experimentado en los últimos 20-25 años un cambio drástico en beneficio de la intercomunicación de las personas a distancia, lo que unido a la interactividad con todo tipo de artilugios informáticos o máquinas con ‘inteligencia artificial’, ha puesto en manos de los usuarios la posibilidad de aprender, hablar, comunicarse por escrito y participar en redes sociales para expresar todo tipo de opiniones e intercambiar conocimientos.
El mundo anglosajón nos ha torpedeado, desde hace años, con anglicismos como PC, WiFi, Internet, Password, Software, Chat, Blog, Blogger, E-books, iPad, Tablet, Smartphone, App, iOS, Android, etc., etc., que para los más veteranos -que no viejos- ha supuesto un nada despreciable esfuerzo para lograr entender y sobre todo apreciar las diferencias tecnológicas existentes entre ellos.
Aunque muchos de nosotros, bien sea por necesidad o por simple curiosidad, no hemos tenido más remedio que ‘pasar por el aro’ e ir asimilando estas nuevas tecnologías y familiarizándonos con estos ‘diabólicos’ a la vez que ‘útiles’, aparatos para acceder a esta nueva terminología.
Pero, como todo abuso en esta vida, el manejo continuado de estos aparatos, que ya los empiezan a usar los niños desde muy temprana edad, conlleva unos riesgos nada despreciables para la salud, tanto física como psíquica y del comportamiento.
Sin pretender hacer un glosario exhaustivo de enfermedades o alteraciones relacionadas con el uso y abuso continuado de tabletas, teléfonos móviles y vídeoconsolas portátiles, sobre todo por niños, adolescentes y jóvenes, voy a relacionar escuetamente aquellas que, en mi opinión, por su importancia para la salud influyen sobre sus ‘usuarios’ muy negativamente.
Físicas:
*Oftalmológicas:
Miopía, Astigmatismo y Estrabismo en niños.
Irritación ocular por sequedad -disminución del parpadeo- con ‘sensación de cuerpo extraño’ y visión borrosa,.
Según un estudio español efectuado en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) “La luz de las pantallas LED incrementa un 23% la muerte de las células de la retina” y su uso continuado puede producir daños irreversibles.
‘Los Oftalmólogos recomiendan usarlos por tiempo muy limitado para niños (máximo 20 min.) y siempre ‘con luz ambiental’
¡Nunca a oscuras!
Se ha demostrado -Centro de Investigación lumínica de Nueva York- que “La luz LED de las pantallas influye en la secreción de la melatonina -hormona que juega un papel importante en el sueño- interrumpiendo el ritmo circadiano y disminuyendo la calidad de este”.
*Traumatológicas:
El uso continuado de los móviles y tablets provoca una patología específica de las manos, muñecas y dedos pulgares:
-Tendinitis de muñeca (flexión continua de los tendones)
-Síndrome del túnel carpiano (lesión nervio mediano)
-Tendinitis de Quervain (coloquialmente Whatsappitis)
-Rizartrosis del pulgar (crónica)
Psíquicas:
Estudios realizados por psiquiatras y psicólogos revelan una ‘florida’ patología aparecida como consecuencia del uso abusivo de móviles, más frecuente en adolescentes y jóvenes principalmente:
-Insomnio ‘tecnológico’.
-Nomofobia: miedo y ansiedad ante la ausencia del móvil.
-’Phubbing’: uso enfermizo del móvil.
-‘Whatsappitis’: adiccion a los mensajes por Whassap.
Sociales y Comportamiento:
Este apartado, sin minusvalorar los anteriores, merece una especial atención por el cambio que está produciendo en los comportamientos sociales debido, entre otras cosas, a las ‘adicciones a las redes sociales’ que inciden directamente en el aislamiento de quienes las sufren.
¿Han observado ustedes el comportamiento de muchos adolescentes y jóvenes en terrazas, cafeterías, parques, restaurantes e incluso caminando por las calles?
Se ven grupos, parejas, novios, incluso matrimonios que ofrecen una especie de ‘imagen zombi’ con la cara iluminada por la pantalla LED y absortos consultando o escribiendo cada uno con su móvil, sin hablar una sola palabra, y solo interrumpen ‘su adición’ para enseñarle esporádicamente al otro u otros algo de su móvil.
No deja de ser curioso que cuando la tecnología ha puesto a nuestros pies la manera más eficaz para estar en contacto permanente con familiares, amigos y conocidos, se produce un ‘efecto inverso’ que propicia la falta de comunicación directa, la falta de conversación y de intercambio de afectividades que son suplantadas muchas veces por fríos mensajes escritos o de voz.
Algo habrá que cambiar en este tipo de hábitos desde niños, pues si no, está sociedad corre el riesgo de ser cada vez menos afectiva, menos comunicativa en lo personal y más cerrada en las emociones positivas.
Queridos lectores, si esto ocurriese, como dijo Einstein: “Corremos el riesgo de tener, en un futuro, una generación de idiotas”.
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