Opiniones

¿Patología Dual? ¡Casas de apuestas junto a colegios! ¿A qué estamos jugando?

OPINIONES: 21-12-2020

Hemos podido leer recientemente un artículo, firmado por la Fundación de Patología Dual (FPD), con el título “El tratamiento del trastorno por juego en adolescentes debe focalizarse en la prevención y el tratamiento”. ¡Prevención y tratamiento!, totalmente de acuerdo, ahora bien, se hacen dos afirmaciones peligrosas: que los mecanismos de control de la oferta no deben ser el foco principal de atención y que los que van a caer en problemas con el juego lo hacen porque ya tienen “patologías previas”, es decir, “patología dual”.

Un estudio en Hong Kong muestra cómo la apertura de casas y centros de juego de apuestas se sigue de notables incrementos de la prevalencia de problemas de juego

La primera afirmación se sostiene en una aseveración cuestionable: “no se ha demostrado con evidencias científicas que la proximidad de un centro educativo a un local de juego, influya de forma decisiva en las adicciones de menores”. No sabemos, desde una perspectiva científica, qué significa “de forma decisiva”, pero no es cierto que carezcamos de evidencia científica sobre la cuestión. Un estudio en Hong Kong muestra cómo la apertura de casas y centros de juego de apuestas se sigue de notables incrementos de la prevalencia de problemas de juego. Una revisión sistemática, encuentra que la proximidad de casas de apuestas incrementa un 60%-80% la posibilidad de jugar y la cuantía de las apuestas. Esta relación está más que acreditada en múltiples trabajosEstudios centrados en jóvenes encuentran que “los estudiantes que estaban cerca de un casino manifestaron problemas de juego más graves que los estudiantes que estaban lejos de un casino”. Estudios cualitativos con adolescentes  encuentran que la proximidad de locales de juego favorece el acceso, las primeras experiencias de juego y la repetición de las apuestas. También hay estudios en España que advierten sobre el riesgo que implica la proximidad a locales de juego. Esta breve revisión de artículos ya indica una relación entre la proximidad de los locales de juego y el establecimiento de conductas de juego y, potencialmente, de problemas con el juego.

Estudios cualitativos con adolescentes encuentran que la proximidad de locales de juego favorece el acceso, las primeras experiencias de juego y la repetición de las apuestas.

¿A qué intereses sirve la FPD, para que se desvalorice el control de la oferta como elemento esencial de la prevención, desoyendo a asociaciones de vecinos de muy diferentes puntos de Españaasociaciones juvenileseducadoresperiodistasafectados rehabilitadosexpertos de marketingprofesionales de adicciones y la sociedad en general?. Intentar acallar tantas voces que denuncian el grave problema al que se enfrenta la sociedad, con el DSM en una mano y el Vademecum en la otra, es una actitud intolerable.

La FPD, vinculada a la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), promueve la idea de que la adicción es un problema relacionado con la existencia de otros trastornos mentales, todo ello con base genética, y que sólo puede abordarse mediante una intervención farmacológica que no va a resolver el problema, en la medida en que los genes que los propician van a seguir estando y, antes o después, van a volver a expresarse. El término “patología dual” es una extensión inaceptable del originario concepto de “diagnóstico dual”, a partir de una peligrosa acrobacia conceptual que equipara diagnóstico con enfermedad. Este artificio, que hace ya tiempo fue denunciado por la propia psiquiatría, se ha asumido de manera acrítica, no sólo por cierta psiquiatría, sino también por el resto de profesionales, de modo que se ha llegado a creer que los criterios DSM son similares a los que se manejan en el resto de la medicina. Y ello a pesar de que incluso las máximas autoridades de la psiquiatría han desvalorizado la importancia del DSM, mucho más guiado por intereses comerciales que por criterios científicos. Un estudio de 2012 encontró que una enorme proporción de los expertos que estaban elaborando el DSM-5 (hasta el 100% en varios paneles) tenían fuertes vínculos con la industria farmacéutica. Los intereses en conflicto justificaron que los criterios se ampliaran, medicalizando a personas más allá de lo necesario, provocando daños adicionales. Todo ello alcanza la máxima gravedad cuando las víctimas de este daño son los niños y adolescentes. Algo omitido reiteradamente por quienes promueven la “patología dual”.

Muchas personas, sin problemas psicopatológicos previos, pueden verse atrapadas en una conducta de juego que les provoque malestar, debido a pérdidas económicas, mecanismos de ocultación, la trama de mentiras para financiarlo y el tiempo invertido, poniendo en riesgo sus relaciones familiares, laborales, sociales y su propia autoestima.

La segunda afirmación: los que van a caer en problemas con el juego lo hacen porque ya tienen “patologías previas”, es decir, “patología dual”, es propio de la SEPD. Un razonamiento circular: si tienen problemas con el juego es porque ya tenían problemas psicopatológicos, los cuales explican, a su vez, que se estableciera un problema de juego. Indudablemente, quien presenta problemas de juego de apuestas va a tener otros síntomas de malestar, pero no cabe generalizar en cuanto a la secuencia de estos hechos. Muchas personas, sin problemas psicopatológicos previos, pueden verse atrapadas en una conducta de juego que les provoque malestar, debido a pérdidas económicas, mecanismos de ocultación, la trama de mentiras para financiarlo y el tiempo invertido, poniendo en riesgo sus relaciones familiares, laborales, sociales y su propia autoestima. En el ideario de la SEPD, esas personas estaban ya predestinadas a tales problemas: lo llevaban en sus genes. ¿Qué genes? Nadie puede decirlo en el momento actual, pero el vaticinio es tomado por dogma cuando se formula con tal contundencia.

Clase social, pobreza, problemas familiares, etc., son explicativos tanto de la conducta de juego problemático como de las manifestaciones de malestar que lo acompañan.

Por el contrario, múltiples estudios cuestionan esta especulación, encontrando que son más explicativas ciertas variables sociodemográficas que los factores intrapersonales. Clase social, pobreza, problemas familiares, etc., son explicativos tanto de la conducta de juego problemático como de las manifestaciones de malestar que lo acompañan. Una vez más, el “diagnóstico dual” impide conocer la verdadera naturaleza de las variables que se estudian.

España vive actualmente una situación crítica con la incesante proliferación de casas de apuestas, con mínima protección de los adolescentes, de las personas con problemas de juego y población en general, que está afectando a capas de población desfavorecida o en situación de vulnerabilidad. Equiparar “control de la oferta” con “medidas restrictivas y represivas de regulación del juego”, como afirman en la SEPD, puede responder a determinados intereses, pero es retorcer y manipular una realidad que se ha mostrado imprescindible en el caso del tabaco, del alcohol y de otras drogas.

España vive actualmente una situación crítica con la incesante proliferación de casas de apuestas, con mínima protección de los adolescentes, de las personas con problemas de juego y población en general, que está afectando a capas de población desfavorecida o en situación de vulnerabilidad.

Claro que la prevención no debe limitarse al control de la oferta: lo sabemos desde hace muchos años con las drogas y otras conductas. Pero poco aporta a la prevención el concepto de “patología dual”, que ni siquiera es aceptado por la comunidad científica internacional y sólo gracias a una inversión millonaria en promoción ha llegado a parecer, en España y países de influencia hispana, una verdad científica o un término de utilidad. Si alguien trae los genes que le lleven a involucrarse en juego problemático o en consumo de drogas, si su cerebro está y estará siempre afectado por su “patología psiquiátrica”, si sólo mediante fármacos pueden atenuarse las consecuencias de sus invariables déficits ¿para qué hablar de “prevención” si no se trata sólo de una postura cosmética?

Estamos ante un problema de juego de apuestas de extrema gravedad que requiere de acciones en todos los ámbitos: legislativo, educativo, asistencial, personas afectadas. etc. No hay soluciones únicas, hay que diseñar respuestas complejas.

Seamos serios. Estamos ante un problema de juego de apuestas de extrema gravedad que requiere de acciones en todos los ámbitos: legislativoeducativoasistencialpersonas afectadas. etc. No hay soluciones únicas, hay que diseñar respuestas complejas. Pero seguro que ninguna de esas respuestas pasa por facilitar locales de juego próximos a centros educativos, estigmatizar a los afectados con diagnósticos psiquiátricos y comprometer su voluntad mediante fármacos poco útiles y con graves efectos secundarios. La investigación científica independiente y sin conflictos de intereses debe ser la piedra angular de estas respuestas complejas.

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Sobre los autores:

Eduardo José Pedrero Pérez es doctor en Psicología por UNED y Máster Universitario en Drogodependencias por la Universidad Complutense de Madrid. También es Diplomado en Enfermería por la Universidad Autónoma de Madrid. Educador de Calle, en la Escuela de Animación y Educación Juvenil de la Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma de Madrid. Tiene una experiencia de 31 años en el tratamiento de conductas adictivas en centros como la Comunidad Terapéutica Villaviciosa, CAD 4 San Blas, el Instituto de Adicciones de Madrid Salud y, actualmente, desarrollando funciones de Técnico de Investigación en el Departamento de Evaluación y Calidad de Madrid Salud (Ayuntamiento de Madrid). Es autor de 46 artículos científicos indexados en PubMed y de varios libros y obras científicas. También es profesor universitario en cursos de postgrado en diversas universidades y ha creado el Grupo de Investigación en Neurociencia y Adicción del CAD 4 San Blas de Madrid Salud.

José Antonio Santos Cansado es Psicólogo. Master en Terapia de Conducta. Con 25 años de trabajo en adicciones, especialmente en juego patológico. Formador de juego patológico en Masters universitarios y formación continua de profesionales de adicciones. Experiencia en Asociaciones de Jugadores de Azar. Profesional del Servicio Extremeño de Salud en la Secretaría Técnica de Drogodependencias en Mérida. Entre otras publicaciones, Manual de Intervención en Juego Patológico, del Servicio Extremeño de Salud.

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