OPINIONES: 09-11-2020
Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas.
Frase popularizada por Mario Benedetti
Cambios en el panorama de las drogas
Como consecuencia de la situación provocada por la covid-19 y la respuesta social e institucional ante esta sindemia, es posible que el mundo de las drogas experimente cambios hasta ahora apenas entrevistos. Puede que varíen los motivos para interesarse por las drogas (con un mayor peso, quizás, del malestar emocional), las formas de conseguirlas (tal vez el predominio de la deep web, como analiza el informe del EMCDDA (COVID-19 and drugs – Drug supply via darknet markets), los modos de consumo…
De lo que sí podemos tener certeza es de que las drogas se van a seguir consumiendo:
- ¿Qué pasará con el consumo de alcohol? ¿Se beberá más o menos? ¿En grupo o individualmente ¿Vivirá un nuevo apogeo el botellón? ¿Se crearán nuevas experiencias?
- ¿Y el tabaco? ¿Se fumará más en un intento de aplacar la ansiedad? ¿Se fumará menos como consecuencia de la mayor importancia concedida al cuidado de la salud? ¿Se dejará de fumar, dada la creciente incomodidad en la que se practica tal conducta?
- ¿Y el consumo de ansiolíticos e hipnóticos? ¿Seguirá aumentando como veíamos en los últimos tiempos, reforzado por el desasosiego generado por una situación tan desconcertante?
- ¿Y el cannabis…? ¿Y las demás sustancias ilícitas?
Es posible que se den consumos orientados a sobrellevar el malestar emocional que genera esta situación de incertidumbre. Es posible también que los previsibles confinamientos más o menos puntuales den pie a una necesidad impulsiva de buscar salidas, incluido el consumo de unas sustancias u otras.
Reforzar el pulso de la prevención
Buena parte de los recursos públicos relacionados con la salud y el bienestar social se están orientando a atender situaciones de emergencia. Son muchas las necesidades, a la vez que son limitados y menguantes los recursos disponibles. En este afán comprensible por centrarse en las urgencias inmediatas, corremos el riesgo de dejar para un futuro incierto toda inversión en prevención. Confiamos en que no sea así, y en que, entre las prioridades a contemplar para afrontar esta situación, una vez superado el shock inicial se haga evidente la necesidad de destinar recursos también a la educación para la salud y, en el caso que nos ocupa, la prevención del abuso de drogas.
Sobre todo en un momento en el que existe una razonable evidencia en la materia. Sabemos que la prevención universal más prometedora en el ámbito escolar promueve el descubrimiento de información significativa y veraz, contrasta criterios racionales y creencias imaginarias sobre el alcance de los consumos, y, sobre todo, trabaja para educar a chicas y chicos en habilidades psicosociales que han mostrado su capacidad para favorecer la toma de decisiones autónoma en condiciones de influencia grupal y social. Y hace todo eso mediante metodologías interactivas.
Lo que parece, en todo caso, incuestionable, es que el carácter crecientemente mixto de la realidad, con una dimensión digital cada vez más presente, va a requerir procedimientos y dinámicas innovadores que incorporen formatos y dinámicas online (más allá de colgar en la web el consabido pdf). Avanzamos hacia una realidad mixta en la que las capas presencial y digital que desde hace años tratan, mal que bien, de encajar, tendrán necesariamente que encontrar un engranaje efectivo. También en prevención.
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