PUBLICACIONES: 19.03.2025
Legislar, informar y modificar el entorno físico, medidas eficaces para reducir las adicciones y sus daños asociados
Las conductas adictivas están presentes en todas las sociedades tan pronto como se definen como un problema colectivo, se ponen en marcha intervenciones para prevenirlas o reducir, al menos, los daños que ocasionan. 
En este sentido, comprender los mecanismos que intervienen en la toma de decisiones individuos resulta esencial para diseñar e implementar estrategias de prevención. Las políticas europeas en esta materia han privilegiado las acciones informativas sobre los riesgos y consecuencias de este tipo de conductas, así como las recomendaciones sobre aquellas modalidades menos dañinas. Sin embargo, las intervenciones preventivas centradas exclusivamente en las decisiones individuales de corte racional han tenido un reducido éxito.
El relativo fracaso de ese tipo de intervenciones ha suscitado, en el último cuarto de siglo, un creciente interés por limitar la exposición a las conductas poco saludables y por fomentar, en cambio, las conductas más saludables, objetivos ambos que definen la prevención ambiental. A lo largo de la historia, se ha recurrido con mayor o menor frecuencia a legislar, informar y modificar el entorno para controlar las conductas adictivas, pero no ha sido hasta fechas recientes cuando el estudio científico de tales prácticas se ha intensificado, con resultados prometedores. Gracias a ello, estas estrategias se han consolidado hasta el punto de que hoy forman parte de la caja de herramientas de la salud pública.
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