NOTICIAS: 30.01.2022
El consumo de alcohol y drogas en la conducción puede llegar a multiplicar hasta por 16 el peligro de accidente. Te contamos qué efectos producen, cómo elevan el riesgo y las novedades de la DGT.
MADRID. Al volante, cero consumo de alcohol y droga. No hay más. No puede haber excepciones si abogamos por una conducción segura y en plenas facultades. Sin embargo, es verdad que la ley tipifica, en el caso del alcohol, un máximo permitido por normativa, que en sangre es de 0,5 gr/l para los conductores generales, y 0,3 para profesionales y nóveles; mientras que medido en aire espirado, el máximo permitido es de 0,25 mg/l para los generales, y 0,15 para profesionales y nóveles.
CUÁNDO ENTRAS EN ZONA DE ALARMA EN LA CONDUCCIÓN
Aunque estas últimas cifras estarían permitidas para conducir, muchos colectivos continúan solicitando la tasa 0,0 en la conducción. Y viendo las cifras de la DGT, sin duda tiene mucho sentido. Con ese consumo máximo permitido, los estudios alertan ya de efectos en la excitabilidad emocional, en la tolerancia al riesgo y en la subestimación de la velocidad, multiplicando por dos el riesgo de accidente en carretera.
Pero la zona de alarma ya la encontraríamos entre una tasa de 0,25 y 0,40 mg/l de alcohol: la falsa seguridad, la mayor agresividad y la mala percepción de las distancias multiplica ya el riesgo por 5. La cifra, eso sí, alcanza ya la multiplicación por 9 cuando se llega a una tasa de entre 0,40 y 0,75 mg/l, debido a la sobrestimación de la capacidad, la mayor tolerancia al riesgo y la visión doble.
Suma y sigue, porque un mayor consumo todavía de alcohol, el que genera ya una tasa de entre 0,75 y 1 mg/l, introduce al conductor en zona muy peligrosa, multiplicando el riesgo ya por 20 al crear graves problemas de percepción e importantes dificultades de atención. El valor ya de conducción imposible se alcanza con una tasa superior a 1,5 mg/l, donde la embriaguez profunda, el estado de estupor e inconsciencia y la posibilidad de entrar en coma elevan los peligros a una multiplicación de 40.
UN 30% DE LOS CONDUCTORES DA POSITIVO
Eso en cuanto al alcohol, porque las drogas se convierten en otro arma de grave riesgo para la conducción, por mínimo que sea (o creamos que es) su consumo. Las anfetaminas, por ejemplo, multiplican por entre 4 y 8 el riesgo; los opioides, por entre 2 y 10; el cannabis por 2 y la cocaína por 3. Por su parte, la combinación de una de estas drogas más alcohol multiplica los peligros por 16. Ahí es nada.
Ante esta problemática, y teniendo en cuenta las estadísticas que alertan de que hasta el 30 por ciento de los conductores que se sometieron a estas pruebas de alcohol y drogas dieron positivo en el año 2021, la DGT ha decidido endurecer sus controles para evitar el continuo aumento de estas sustancias.
LA DGT ENDURECE LOS CONTROLES
Si se detectan este tipo de sustancias, la DGT repetirá la prueba para ratificar su presencia, pudiendo en caso de nuevo afirmativo solicitar incluso una toma de sangre más precisa. Las multas por cometer estas infracciones serán de hasta 1.000 euros, con la pérdida de 6 puntos del carné. Quien se niegue a realizar el test, podría exponerse a una pena de prisión de entre 6 y 12 meses.
La DGT incrementará también los controles en carretera en los próximos meses, con especial vigilancia de los denominados conductores policonsumidores, aquellos que han ingerido tanto alcohol como algún tipo de droga, por blanda que se considere. Por todo ello, la intención también es realizar incluso ambos tipos de pruebas, de alcohol y droga, en los mismos controles. Buena medida para erradicar esta lacra social.
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