Qué es el síndrome FOMO y por qué es tan difícil de superar

Según un estudio de la web de venta de entradas para eventos Eventbrite, el 69% de los jóvenes de entre 18 y 34 años confiesa sufrir el síndrome «FOMO» cuando se pierde algún acontecimiento en el que participan sus amigos y familiares. FOMO es la sigla de «Fear of missing out», que en español se traduce como miedo de perderse cosas.

Si bien el miedo a perderse algo no es nada nuevo, ha cambiado a lo largo de los años: el FOMO solía desencadenarse solo por «páginas de la sociedad de periódicos, fotos de fiestas y cartas de vacaciones anuales». En estos días, en este mundo de las redes sociales, «en lugar de recibir actualizaciones educadas ocasionales, recibimos recordatorios las 24 horas».

¿Cómo se mide el FOMO?

¿Quiere saber si tiene un nivel alto o bajo de FOMO? Esta escala científica puede guiarlo hacia una respuesta. Fue desarrollada por Andrew Przybylski y sus colaboradores y publicado en 2013 en la revista Computers in Human Behavior.

La escala consta de 10 afirmaciones para las cuales los encuestados se dan una calificación de 1 («nada cierto para mí») a 5 («extremadamente cierto para mí»).

Son:

1. Temo que otros tengan experiencias más gratificantes que yo.

2. Temo que mis amigos tengan experiencias más gratificantes que yo.

3. Me preocupo cuando descubro que mis amigos se divierten sin mí.

4. Me pongo ansioso cuando no sé lo que están haciendo mis amigos.

5. Es importante que entienda los «chistes internos» de mis amigos.

6. A veces, me pregunto si dedico demasiado tiempo a estar al tanto de lo que sucede.

7. Me molesta cuando pierdo la oportunidad de reunirme con amigos.

8. Cuando lo paso bien, es importante para mí compartir los detalles en línea (por ejemplo, el estado de actualización).

9. Cuando me pierdo una reunión planificada, me molesta.

10. Cuando me voy de vacaciones, sigo estando al tanto de lo que hacen mis amigos.

La investigación sobre FOMO ha demostrado repetidamente que los jóvenes experimentan más FOMO que las personas mayores. ¿Por qué? Parte de esto podría tener que ver con la forma en que los jóvenes interactúan con la tecnología y las redes sociales. (Recuerde que el término saltó a la fama en las redes sociales). También podría tener que ver con el deseo de los jóvenes de explorar y experimentar todo lo que la vida tiene para ofrecer. Las personas mayores, debido a que tienen un conjunto más amplio de experiencias en su haber, pueden ser menos susceptibles al FOMO.

Si bien algunos pueden interpretar que FOMO es una fuerza psicológica motivadora, la investigación generalmente ha encontrado que FOMO tiene un impacto negativo tanto en el estado de ánimo como en la satisfacción con la vida. También se ha identificado como un precursor de lo que los investigadores denominan «uso problemático de teléfonos inteligentes».

Un estudio de 2019publicado en la revista Human Behavior and Emerging Technology encontró que FOMO aumentó la cantidad de tiempo que alguien pasó en su teléfono inteligente y fortaleció la conexión entre la depresión, la ansiedad y el uso problemático de las tecnologías.

Cómo superar el FOMO

Tómese un tiempo para enviar mensajes: Enviar mensajes de texto con nuestros amigos puede ser bueno para nuestras relaciones y sentimientos de conexión social. Pero si lo hacemos todo el tiempo, todavía nos aleja de estar en el momento presente.

Los jóvenes se sientan con sus teléfonos entre ellos y lo que tienen frente a ellos: sus computadoras, su entretenimiento u otra persona que les está hablando. En esta posición, nunca te perderás nada de lo que aparezca en tu teléfono, pero tu teléfono siempre tiene algo de tu atención, sacándote del momento presente. Al tomar los tiempos de espera de los mensajes de texto, puede comenzar a prestar atención a lo que está sucediendo justo frente a usted.

Tome descansos de las redes sociales: Es posible que necesitemos tecnología para trabajar, coordinar y otros usos prácticos, pero la mayoría de nosotros en realidad no necesitamos las redes sociales . Podríamos arreglárnoslas con mucho menos tiempo dedicado a las redes sociales y, como resultado, es probable que nuestro bienestar mejore. Esta es una buena noticia porque resulta que cuanto más usamos las redes sociales, más probable es que experimentemos FOMO .