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El Ministerio de Consumo ha anunciado un nuevo algoritmo que permitirá detectar comportamientos de riesgo en el juego por internet, cuyo uso será obligatorio para todos los operadores de juego.
MADRID. Se despierta a las siete de la mañana y lo primero que hace es abrir su cuenta en el casino online. Un depósito, una apuesta… y otra pérdida. A lo largo del día, el ciclo se repite. Para los expertos del Ministerio de Consumo, este es un patrón de juego problemático que debe ser detectado antes de que sea demasiado tarde.
El ministerio de Pablo Bustinduy ha anunciado un algoritmo que permitirá identificar comportamientos de riesgo como este en el juego online y cuyo uso será obligatorio para todas las casas de apuestas. Así, buscan crear alertas tempranas con el fin de disminuir la adicción al juego, que este 2024 ha crecido hasta alcanzar casi los dos millones de usuarios activos, según el último Perfil Anual del Jugador Online.
Hasta ahora, cada operador desarrollaba de forma autónoma su propio mecanismo de detección, lo que provocaba resultados muy dispares, ya que algunos revisaban todas las cuentas pero detectaban sólo un pequeño porcentaje de jugadores en riesgo, mientras otros analizaban apenas un 1% de sus usuarios sin identificar a nadie. Ante esta desigualdad, la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), integrada dentro del Ministerio de Consumo, ha decidido crear un mecanismo homogéneo que todos los operadores de juego deben aplicar. Esta herramienta se basa en microdatos reales para identificar patrones de conducta potencialmente adictiva, con el objetivo de proteger a los jugadores y sus familias.
El desarrollo del algoritmo se ha basado en el análisis de datos de 500 personas diagnosticadas con trastornos asociados al juego, que a su vez correspondían a más de 3.000 cuentas online. Esto ha permitido reconstruir la actividad diaria de los jugadores: depósitos, apuestas, pérdidas, horarios de conexión y frecuencia de juego. A partir de esta información se han definido 62 variables que capturan patrones de comportamiento y permiten identificar la persecución de pérdidas -es decir, cuando un jugador sigue apostando tras perder-, el tiempo entre depósitos o la intensidad del juego en franjas horarias nocturnas. De este modo, el algoritmo ofrece un perfil individualizado de riesgo, mucho más preciso que los métodos tradicionales basados únicamente en el gasto total.
José Antonio Salmerón, técnico responsable del desarrollo del algoritmo, explicó en el I Congreso Internacional del Juego que este enfoque permite “ponernos en la situación de esas personas porque nuestro sistema de control interno nos permite realmente reconstruir paso a paso la vida del jugador, es decir, se levanta a las siete de la mañana, hace un depósito, participa, pierde dinero… podemos estar en sus zapatos y aprender estos comportamientos para elaborar un mecanismo que detecte patrones comunes”. Añadió que para lograrlo se apoyaron en literatura científica, incluyendo el DSM-5 de la Sociedad Americana de Psiquiatría y los indicadores de daño del Comité Europeo de Normalización, operacionalizando los criterios de riesgo a partir de los datos disponibles.
Por ejemplo, una de las variables es el incremento significativo en los depósitos que combinado con un patrón continuo de juego sin descansos puede activar la alerta. Con este modelo, la DGOJ pretende elevar la detección de jugadores en riesgo desde el 3% actual hasta alrededor del 12 o 13%, aplicando un control más preciso y personalizado.
“El algoritmo se entrega a los operadores para que lo programen en sus sistemas y sean ellos quienes determinen cuáles de sus jugadores están en riesgo. Tienen que hacer un barrido de toda su base de datos una vez al mes utilizando información de los últimos seis meses de cada jugador”, explica Mikel Arana, director general de la DGOJ, a Público.
Una vez el operador detecta que puede haber jugadores con comportamiento de riesgo, tiene que aplicar las medidas recogidas en el artículo 25 en adelante del Real Decreto 176/2023. “Hay que avisar a la persona, que debe confirmar que entiende que ha sido detectada como jugador de riesgo. A partir de ahí, no puede jugar con tarjeta de crédito, ni recibir promociones o tratamiento VIP“, apunta Arana.
También las empresas de juego tienen que mantener cierta vigilancia sobre esa persona durante seis meses, que es el periodo en el que un jugador declarado de riesgo debe permanecer con ese estatus.
Al ser detectado como un jugador de riesgo, el usuario aún podría intentar sortear las limitaciones abriéndose una nueva cuenta con otra empresa. Sin embargo, Arana apunta que “probablemente el siguiente mes volverá a estar detectado en el siguiente operador y así hasta los 61 operadores que hay en España”. Subrayan que esto no constituye un pronóstico médico de que el jugador sea ludópata sino que coincide con las características de personas que finalmente sí fueron diagnosticadas. “El objetivo no es prohibir el juego, sino proporcionar herramientas que permitan a los jugadores mantenerse en entornos seguros y a los operadores actuar con criterios claros y eficientes”, asegura.
El director general de la DGOJ ha aclarado que el mecanismo todavía debe ser remitido a la Comisión Europea antes de su implementación. Sin embargo, se espera que esté plenamente operativo antes del verano próximo, momento en el que los operadores deberán integrarlo en sus sistemas y comenzar a aplicar las medidas correspondientes.
Actualmente está implementado el sistema de límites de depósito diarios, semanales y mensuales. Si un jugador quiere superarlos, el operador debe negarse, aunque el jugador puede irse a otro operador. Arana asegura que esperan poder introducir pronto un sistema de límites conjuntos de depósitos “por persona y no por operador”, con ligeros incrementos que cubrirán al 90% de los jugadores. En este sentido, subraya que “el problema no es la media, sino los grandes perdedores”, que representan aproximadamente el 15% y son quienes más necesitan estas medidas de protección.
Casas de apuestas presenciales
Sin embargo, este algoritmo, como es de esperar, no puede aplicarse en las casas de apuestas presenciales. “En los establecimientos físicos esto no se puede implementar porque no hay verificación de identidad. Todos estos mecanismos requieren saber quién juega, a qué hora juega y con qué comportamiento. Si entras a un salón donde solo te piden mayoría de edad, no podemos aplicar nada”, apunta Arana.
Este problema también obedece, en parte, a cómo está regulado el sector del juego presencial en España. A diferencia de los casinos online, cuya supervisión recae en la DGOJ, las máquinas tragaperras de bares o salones dependen de la legislación de cada comunidad autónoma.
Nacho, fundador de Equilibra tu Camino, centro especializado en ludopatía, considera que una medida clave sería “poner un lector de DNI en todas las máquinas tragaperras” para evitar que las personas autoprohibidas continúen jugando de forma presencial.
“Mientras no se actúe también en el juego presencial y cualquiera pueda jugar en una máquina de un bar sin ningún control, el problema seguirá ahí. El algoritmo es un gran avance, pero el camino que queda por delante también es grande”, remarca en declaraciones a Público.












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