NOTICIAS: 10.05.2022
Terminan las comparecencias de los expertos que se iniciaron en marzo y los grupos parlamentarios deben acordar ahora sus conclusiones sobre la legalización en España
MADRID. La subcomisión para estudiar la regulación del uso medicinal del cannabis en España ha quedado vista para sentencia. Los grupos parlamentarios ya han escuchado a los más de veinte expertos que convocaron para comparecer en el Congreso con el fin de conocer las experiencias de otros países de la UE en este campo y también de organismos médicos, farmacéuticos y asociaciones de pacientes que utilizan la marihuana para tratar sus dolencias. Ahora, tienen hasta finales de junio para acordar las conclusiones, básicamente decidir si proponen la legalización y en qué términos.
- Celebración de las siguientes comparecencias para informar sobre la materia de la Subcomisión al objeto de analizar experiencias de regulación del cannabis para uso medicinal (núm. Expte.: 154/11)
- ACCESO A LAS COMPARECENCIAS
A lo largo de dos meses, desde el pasado 8 de marzo, han comparecido 23 personas en cinco sesiones de la subcomisión creada en el seno de la Comisión de Sanidad a raíz de una propuesta del Grupo Vasco. El primero fue el presidente de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías, y el último ha sido el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Por medio, han hablado responsables de siete países comunitarios con programas de cannabis medicinal en marcha, de las agencias de la UE sobre drogas y medicamentos, de colegios profesionales, de sociedades médicas, de organizaciones no gubernamentales y de personas usuarias.
Las posiciones de los comparecientes han sido muy diversas, las ha habido de todos los tipos y colores: unas totalmente a favor de la regulación del uso terapéutico del cannabis, otras completamente contrarias, otras favorables pero con más o menos limitaciones, otras partidarias de una utilización muy restringida a casos muy concretos, de todo ha habido, como en botica. Pero con todo eso que han escuchado en estos dos meses, los grupos parlamentarios deberán elevar ahora sus conclusiones a definitivas, como si se tratara del final de una vista oral en un tribunal de justicia, y acordar una propuesta en la que han de abordar un amplio abanico de circunstancias: qué tipo de productos se podrían prescribir, quién los prescribiría, en dónde se podrían administrar, para qué dolencias y enfermedades, y si se permitiría el cultivo de plantas para uso personal o colectivo en una asociación de pacientes, entre otras muchas.
Daniel Viondi, portavoz del grupo socialista, ha asegurado en su intervención durante la última sesión de los comparecientes que la regulación «es inexorable», aunque sin precisar qué alcance tendrá. «Tiene que haber un consenso» para que «haya seguridad jurídica y médica», con control y prescripción médica bajo la supervisión de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) del Ministerio de Sanidad, dijo el diputado del PSOE. A su entender, lo fundamental es debatir, dentro del marco de la UE, cuál es la mejor referencia, cuál es el sistema de regulación que se considera más adecuado para su implantación en España.
«Los diputados alcanzaremos más pronto que tarde un acuerdo, porque el dolor no espera», dijo el portavoz socialista, quien confió en que el «PP se ponga al lado de la cordura, de los pacientes, y no se quede de la mano de la ultraderecha», rechazando un acuerdo de consenso en la subcomisión.
Viondi propuso a los integrantes de la subcomisión un calendario final de trabajo, según el cual, el grupo socialista, como formación mayoritaria en el Congreso, haría llegar al resto de los grupos, antes del próximo 30 de mayo, un documento con su propuesta de conclusiones, a la que podrían hacer luego aportaciones hasta el 10 de junio. Posteriormente, todos los grupos dispondrían de un plazo hasta el 22 de ese mes para tratar de llegar a un consenso sobre un documento definitivo con las propuestas de la subcomisión para ser aprobadas en la Comisión de Sanidad del día 23.
La última sesión de comparecencias fue también el turno de los pacientes en la subcomisión. Primero fue la presidenta del Observatorio Español de Cannabis Medicinal, Carola Pérez, quien expuso a los diputados los beneficios que le ha reportado el uso terapéutico de la marihuana para sobrellevar los terribles dolores que sufre a causa de un accidente, una mejoría en su salud que experimentó después de haber tenido muy malas experiencias con los tratamientos a base de opioides y otros fármacos que estuvieron a punto de acabar con su vida.
«¿Por qué la evidencia de un médico alemán no sirve para un paciente español? ¿Acaso el cáncer es distinto en Alemania que en España? No entendemos que se otorguen licencias para cultivar cerca de nuestras casas y los pacientes españoles no podamos tener acceso a ellas», dijo Carola Pérez en referencia a las autorizaciones de cultivo de cannabis con fines medicinales que concede en España la AEMPS, cuya producción tiene que ser exportada por completo a otros países, entre ellos Alemania, donde sí está regulado el uso terapéutico de la marihuana, mientras que aquí sigue prohibido.
Manuel Guzmán, vicepresidente del Observatorio y catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense, con 200 artículos publicados en revistas científicas internacionales sobre investigaciones con el cannabis, acompañó a Carola Pérez en su comparecencia y, entre otras cosas, precisó que con la regulación no se trata de reemplazar medicamentos ya existentes, sino de añadir, de complementar lo que ya hay, para que los pacientes reciban una mejor atención, tal como ya han hecho otros países de Europa y de otras partes del mundo. «Se podría tener un abanico mucho mayor para tratar a los pacientes de una manera eficaz. Y ya tenemos un conocimiento suficiente para hacerlo», añadió.
«El dolor no espera –la frase que luego citó el portavoz socialista en su intervención final-. Así que, por favor, centrémonos en aliviar los dolores de los pacientes. Mirar a otro lado no es una opción«, concluyó Carola Pérez.
También como usuaria de cannabis medicinal para aliviar las dolencias causadas por la esclerosis múltiple que padece, y como presidenta del Observatorio Europeo de Consumo y Cultivo de Cannabis, Noemí Sánchez explicó su experiencia a los diputados de la subcomisión. Noemí relató cómo todavía se le pone el vello de punta cada vez que recuerda los cambios que experimentó desde el día que empezó a tomar marihuana y ya no tuvo que estar tumbada permanentemente en una cama a causa de los dolores que padecía. «No pongamos la moral frente a la salud de las personas». «Nuestras experiencias son evidencias. No podemos esperar más», subrayó la compareciente.
La presidenta del Observatorio Europeo, profesora de la Universidad de Valencia y doctorada en Neurociencias, desgranó en su intervención las conclusiones del II Congreso Internacional Cannabis Sativa, que tuvo lugar el pasado 11 de abril en la Universidad Autónoma de Barcelona, con la participación de una veintena de asociaciones de pacientes, profesionales de la medicina y la enfermería, investigadores y responsables de programas de uso del cannabis medicinal en varios países latinoamericanos. Entre esas conclusiones, destaca que se debe aprobar «de forma urgente» una ley de cannabis medicinal en España, debido a la urgencia que tienen las personas enfermas que lo utilizan para acabar con la inseguridad jurídica y sanitaria que padecen ahora, y para que se reconozca el autocultivo, tanto el personal como el colectivo de las asociaciones y clubes sociales, porque, a su juicio, las farmacias no pueden ser las únicas vías de acceso a una marihuana terapéutica legalizada.
En la última sesión abierta a los comparecientes también expusieron su experiencia representantes de los programas regulatorios que se están llevando a cabo en Portugal, Finlandia y Portugal. Y en ese turno, la directora adjunta de la Agencia Nacional de Seguridad de Medicamentos y Productos Sanitarios de Francia, Natalie Richard, explicó que en su país se puso en marcha en marzo de 2021 un ensayo en el que actualmente participan más de 1.600 pacientes, a los que, mediante seguimiento médico, se les administra en farmacias medicamentos hechos con cannabis, en aceite o vaporizados. Cuando el estudio termine en marzo de 2023, y en función de sus resultados, la administración francesa deberá decidir, añadió, si extiende el tratamiento con cannabis medicinal y no lo limita sólo a los enfermos que participaron en el ensayo.
Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional del Medicamento y Productos de Salud de Portugal (Infarmed), Rui Santos, detalló el funcionamiento de la ley que el país vecino aprobó en 2018, una norma en la cual se dispone que debe ser un médico quien prescriba el cannabis mediante una receta para adquirirlo en una farmacia, siempre que otros tratamientos no hayan hecho efecto al paciente. Los productos deben ser autorizados por Infarmed y no está permitido el autocultivo como suministro.
La subcomisión se constituyó el pasado 14 de octubre en el seno de la Comisión de Sanidad y Consumo y está presidida por la parlamentaria del PP Rosa María Romero Sánchez, e integrada por 14 vocales (3 del PSOE, 2 del PP, 2 de Unidas Podemos, 2 de Vox, uno de PNV, uno del grupo Plural, uno de Ciudadanos, uno de ERC y otro de Bildu).
El acuerdo de la Cámara para la constitución de la subcomisión dispone que, tras escuchar a expertos y representantes de programas de regulación del cannabis medicinal que han puesto en marcha otros países, tiene que emitir un informe con una perspectiva de comparativa internacional sobre «la evidencia científica existente, debilidades, amenazas, fortalezas, oportunidades y resultados de las experiencias analizadas». Ese informe tendrá que ser luego remitido al Gobierno para que pueda ser utilizado en la regulación del cannabis como uso médico en el Estado español.
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