NOTICIAS: 16.11.2021
A medida que avanza la legalización del cannabis recreativo en todo el mundo, muchas personas creen erróneamente que su consumo no entraña riesgos importantes para la salud.
EE.UU. Las mujeres que consumen cannabis durante el embarazo, potencialmente para aliviar el estrés y la ansiedad, pueden predisponer a sus hijos a la susceptibilidad al estrés y a la ansiedad sin pretenderlo, según un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai y la Universidad de la Ciudad de Nueva York publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Science’ (PNAS).
A medida que avanza la legalización del cannabis recreativo en todo el mundo, muchas personas creen erróneamente que su consumo no entraña riesgos importantes para la salud. En consonancia con este ablandamiento de la opinión pública, el cannabis se ha convertido en una de las drogas recreativas de abuso más consumidas durante el embarazo, aunque el impacto del consumo materno de cannabis en el desarrollo del feto y la infancia no está claro.
«Sabemos que la señalización de los cannabinoides desempeña un papel en la modulación del estrés, razón por la cual algunas personas consumen cannabis para reducir la ansiedad y relajarse –explica Yoko Nomura, profesora de psicología del Centro de Postgrado de la CUNY y del Queens College y primera autora del trabajo–. Pero nuestro estudio muestra que la exposición al cannabis en el útero tiene el efecto contrario en los niños, haciendo que tengan mayores niveles de ansiedad, , agresividad e hiperactividad en comparación con otros niños que no estuvieron expuestos al cannabis durante el embarazo».
Para este estudio, los investigadores del Icahn Mount Sinai y de la CUNY examinaron la expresión génica de la placenta y el comportamiento y la fisiología de la primera infancia en un estudio a largo plazo de 322 parejas de madres e hijos que se extrajeron de un estudio en curso en la ciudad de Nueva York sobre el estrés en el embarazo iniciado en 2009.
Cuando los niños tenían aproximadamente seis años, se midieron los niveles hormonales a través de sus muestras de pelo, se utilizaron grabaciones de electrocardiogramas para medir la función cardíaca durante una condición que inducía al estrés, y se evaluó el funcionamiento conductual y emocional en base a encuestas administradas a los padres.
Los hijos de las madres que consumieron cannabis durante el embarazo mostraron mayor ansiedad, agresividad, hiperactividad y niveles de cortisol, la hormona del estrés, en comparación con los hijos de los no consumidores de cannabis.
El consumo de cannabis por parte de la madre también se asoció a una reducción del componente de alta frecuencia de la variabilidad del ritmo cardíaco -el cambio en el intervalo de tiempo entre los latidos del corazón-, que normalmente refleja una mayor sensibilidad al estrés.
Además, la secuenciación del ARN del tejido de la placenta recogido en el momento del parto en un subgrupo de participantes reveló que el consumo de cannabis por parte de la madre se asociaba a una menor expresión de los genes que activan el sistema inmunitario, incluidas las citoquinas proinflamatorias, que intervienen en la protección contra los agentes patógenos. La supresión relacionada con el cannabis de varias redes de genes inmunitarios de la placenta predijo una mayor ansiedad en los niños
«Las mujeres embarazadas son bombardeadas con la información errónea de que el cannabis no supone ningún riesgo, mientras que la realidad es que el cannabis es más potente hoy que hace unos años. Nuestros hallazgos indican que su consumo durante el embarazo puede tener un impacto a largo plazo en los niños», subraya la doctora Yasmin Hurd, titular de la Cátedra Ward-Coleman de Neurociencia Traslacional, directora del Instituto de Adicciones de Mount Sinai y autora principal del trabajo.
«Los resultados del estudio subrayan la necesidad de una educación no sesgada y de una divulgación al público y a las poblaciones vulnerables particulares de mujeres embarazadas en relación con el impacto potencial del consumo de cannabis –prosigue–. La difusión de estos datos y de información precisa es esencial para mejorar la salud de las mujeres y de sus hijos».
ACCESO AL ABSTRACT DEL ESTUDIO
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