NOTICIAS: 09.03.2022
Investigadoras de la Universidad de Granada alertan en un estudio de «la cultura de la intoxicación y su transmisión virtual», donde, sobre todo las jóvenes, sufren violencias sexuales dentro de un supuesto contexto de ocio
ANDALUCIA. La vida paralela que un usuario proyecta en Instagram puede parecer en ocasiones un espejo social para los más jóvenes. La oleada o no de likes, mensajes privados, o comentarios validan o ejemplifican uno u otro comportamiento en base a la aceptación de los demás. Aunque paralelo, también la violencia contra las mujeres se plasma en ese mundo virtual.
Según un nuevo estudio comandado por investigadoras del Instituto Universitario de Investigación de Estudios de las Mujeres y de Género de la Universidad de Granada, el consumo de alcohol se ha convertido en un nuevo objeto de deseo a la hora de buscar seguidores.
La «idealización» del consumo excesivo, alerta la investigación, se junta a la par de la diversión y el ocio más «deseable».
En tiempos de COVID-19, señalan las expertas, esta práctica se ha acentuado.
«Compartir ‘eventos de la bebida’ se ha convertido en un divertimento habitual entre las personas jóvenes en redes como Instagram. La pandemia ha reestructurado tanto sus pautas de consumo de alcohol, como los usos que hacen de las redes sociales», detalla la catedrática de Antropología Social de la UGR e investigadora del Instituto Universitario de Investigación de Estudios de las Mujeres y de Género, Nuria Romo Avilés.
El problema principal radica en que estas publicaciones solo hacen visibles los efectos de la fase de desinhibición tras el consumo y se obvian el resto de las fases de los efectos de las bebidas alcohólicas. Es decir, se queda con la parte buena del disfrute inicial. Pocas ‘stories’ se comparten cuando llega, por ejemplo, un coma etílico.
Según la última encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España, de hecho, la edad de consumo sigue muy abajo: 14 años. La seducción de las redes, es más, posibilita que aún hablemos del alcohol como la sustancia psicoactiva más consumida.
Expuestas a la violencia
Las mujeres se llevan la peor parte de las consecuencias negativas que acarrea esta idealización. Según indicaron las personas entrevistadas para este estudio muestran que «la cultura de la intoxicación y su transmisión virtual no son neutras al género» tal y como señalan las investigadoras.
Las chicas relatan vulnerabilidades en este espacio en relación a su imagen, sobre todo. Pero también narrativas en varios casos en los que hubo que socorrer a mujeres ebrias ante violencias sexuales dentro de ese supuesto contexto de ocio.
La vulnerabilidad en la imagen pública afectada por el consumo abusivo de alcohol y sus efectos, apunta la investigación «sigue siendo patrimonio de lo masculino y vilipendiado cuando se produce en exceso entre las chicas más jóvenes, siendo rechazadas y sexualizadas en las redes por los comportamientos relacionados con la bebida».
A propósito de una posible solución al problema, las investigadoras insisten en que que es fundamental un acercamiento a los jóvenes, a las plataformas donde se comunican. Insistir en apretar en la la normativa española que regula la venta y uso, pero sobre todo «en la prevención, que debería adaptarse a este lenguaje y aprovechar un contexto privilegiado como es el virtual».
También consideran fundamental la perspectiva de género en esta prevención y regulación a tenor de los datos, «ya que las chicas son triplemente vulnerables: sobre su cuerpo, sus roles e identidades de género y sobre la violencia que padecen cuando ocupan espacios como aquellos en los que se consume alcohol online y offline«.
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