NOTICIAS: 23.04.2022
La Fundación Galega contra el Narcotráfico recupera su gala distinguiendo a ECO Galicia y al profesor Antonio Rial, así como a Lino Alonso (SVA) y al empresario Agustín Pereira, ambos a título póstumo
VILAGARCIA-GALICIA. Cada vez que tiene ocasión de hacerlo, Manuel Couceiro Cachaldora habla de la gala de entrega de las Nécoras de Ouro como de la gran fiesta anual de la amplia comunidad que en Galicia combate el narcotráfico desde todos los frentes imaginables. Una familia que no se reunía desde el 2019, disgregada, como casi todo, por la amenaza del coronavirus. Demasiado tiempo, reflexionó el presidente de la Fundación Galega contra o Narcotráfico, quien no dudó en citar anoche a Jarabe de Palo («todo me parece bonito») en un discurso de reencuentro marca de la casa, heterogéneo, cercano y trufado de referencias variopintas, en el que Kennedy surgió junto a Eduardo Galeano, y el pensamiento de Castelao compartió espacio con las letras de El Sueño de Morfeo.
Lo importante, la parte nuclear de esta 18.ª edición de las Nécoras de Ouro, como de las anteriores, es el aliento que su concesión proporciona a los premiados. En ello insistieron los cuatro galardonados o quienes los representaron, puesto que dos de las distinciones lo fueron a título póstumo.
Fue el caso del empresario vilagarciano Agustín Pereira, cuya hija Maisa subió al escenario para recoger el premio al que da nombre Siso Bartomé expresidente de la fundación, ya fallecido. Maisa dibujó el perfil de un hombre «bo, un referente de virtudes humanas», y acogió el galardón en clave de «agradecemento, emoción e compromiso».
La siguiente Nécora de Ouro quedó en manos de Antonio Rial, doctor en Psicoloxía Social y profesor de la facultad de Santiago de Compostela. La fundación subraya su destacado papel en la investigación sobre las adicciones. Y él, emocionado, no dejó de recordar que la clase de problemas contra los que luchan quienes anoche se daban cita en el auditorio municipal de Vilagarcía de Arousa constituyen «o principal problema de saúde pública entre a mocidade de Galicia, España e Europa».
A continuación subió al escenario Pedro Alonso, hijo de Hermelindo, a quien todos aquí conocían como Lino, Lino Alonso. El histórico jefe del Servicio de Vigilancia Aduanera falleció el año pasado de forma inesperada, y la entidad que preside Manuel Cachaldora quiere reconocer con esta nécora póstuma su labor contra el tráfico de sustancias psicotrópicas y el blanqueo de capitales. Pedro, su hijo, dijo compartir con su madre un profundo orgullo por ello.
La gala culminó con la entrega de la distinción al Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil en Galicia. Creada en el 2006, la unidad ha sido capaz de decomisar 48.900 kilogramos de sustancias ilegales y de detener a 923 personas en el transcurso de 88 operaciones. Liderando, por ejemplo, la captura en Aldán del primer narcosubmarino apresado en Europa. Fue Simón Benzal, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra, quien recogió la nécora en nombre de sus compañeros. «Es un honor y un privilegio», afirmó el coronel antes de incidir en una cuestión fundamental, más allá del volumen de droga que su gente pueda ser capaz de incautar: «La investigación rigurosa que aporta evidencias a los procesos judiciales y hace que el Estado de Derecho funcione». Que quien la haga, la pague, de acuerdo con la ley.
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