Desde las administraciones, los gobernantes, tenemos la obligación
de proporcionar a los ciudadanos los medios y también llevar a buen
puerto todas las iniciativas para alcanzar un mejor bienestar
sanitario de nuestros ciudadanos.
No cabe duda de que hay que evitar todas aquellas actividades que
sean nocivas para la salud, en el caso de las drogas tenemos que
rechazarlas de plano, aún que tengamos legalizadas algunas de ellas.
Debemos diferenciar entre la moderación y el abuso
indiscriminado. Ni que decir tiene que sobre las drogas ilegales como
las legales, están haciendo tanto daño física y mentalmente al
individuo; pero no podemos olvidar a todas las personas que también
sufren a su alrededor: familiares, amigos… ellos también padecen
involuntariamente el mal de las drogas.
Entre todos tenemos que conseguir que la lacra de las drogas
desaparezca de nuestros pueblos y a aquellas personas que se
enriquezcan con ellas rechazarlas.
Es tarea de todos luchar por un mundo mejor, lleno de salud
y libertad.
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