NOTICIAS: 14.04.2021
El consumo de bebidas alcohólicas ocasionó un promedio de 85.000 muertes anualmente entre 2013 y 2015 en América del Norte y del Sur, siendo en ambas la ingesta per cápita un 25 por ciento mayor a la del promedio mundial, según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud
America – “Este estudio demuestra que el consumo nocivo de bebidas alcohólicas en las Américas debe ser una de las mayores prioridades de salud pública”, ha afirmado al respecto el director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de esa Organización, el doctor Anselm Hennis.
El consumo de alcohol, ha añadido, “está asociado con muertes que se pueden prevenir y con muchos años de vida con discapacidad, por lo que necesitamos medidas de salud pública, políticas y programas eficaces, viables y sostenibles para reducir la ingesta de bebidas alcohólicas”, ha reclamado.
El análisis de los datos de mortalidad en 30 países de la región (el mayor en su tipo en las Américas) muestra resultados clave. En promedio, 85.032 muertes (1,4%) anuales se atribuyeron exclusivamente al consumo de bebidas alcohólicas. En su mayoría, estas muertes (64,9%) correspondieron a personas menores de 60 años y se debieron principalmente a hepatopatías (63,9%) y a trastornos neuropsiquiátricos (27,4%), como la dependencia del alcohol.
Otro dato es que el consumo de bebidas alcohólicas es un factor contribuyente en más de 300.000 muertes (5,5%) al año en ambos lugares. Asimismo, el número de hombres que murieron por consumir bebidas alcohólicas fue mayor al de mujeres, y los hombres representaron 83,1 por ciento de las muertes atribuibles exclusivamente a ese consumo. Además, las mayores disparidades de género se hicieron evidentes en El Salvador y Belice, mientras que esta brecha fue más pequeña en Canadá y Estados Unidos.
Por otro lado, según estos resultados, cerca del 80 por ciento de las muertes en las cuales el consumo de bebidas alcohólicas fue una “causa necesaria” ocurrieron en tres de los países más poblados: Estados Unidos (36,9%), Brasil (24,8%) y México (18,4%). Así, las tasas de mortalidad atribuibles al consumo de bebidas alcohólicas fueron más elevadas en Nicaragua (23,2 por 100.000 habitantes) y Guatemala (19 por 100.000 habitantes), aunque en estos países el consumo per cápita de esos productos fue relativamente menor.
MÁS RICOS, MÁS CONSUMO; MÁS POBRES, MÁS MUERTES
Los resultados de este estudio también indican que los países de ingresos altos tienen un mayor consumo per cápita de bebidas alcohólicas, mientras que los países de bajo y mediano ingreso tienen una mayor tasa de mortalidad atribuible al alcohol para el mismo nivel de consumo de esas bebidas.
Las mayores tasas de mortalidad probablemente se deban al acceso relativamente menor a servicios médicos, a limitaciones en cuanto al transporte en situaciones de urgencia, a la escasez de información sobre salud, a la falta de una buena nutrición y a otros factores que podrían hacer que el consumo de esas bebidas sea más perjudicial.
La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la salud en el continente exhorta a los países de la región a frenar el consumo nocivo de bebidas alcohólicas mediante el aumento de los impuestos aplicables e imponer amplias restricciones a la publicidad, la promoción y el patrocinio de estos productos. Asimismo, el acceso a datos de mejor calidad sobre la mortalidad y la morbilidad causadas por las bebidas alcohólicas es fundamental para dar seguimiento al impacto de la ingesta de alcohol.
“Las políticas promovidas por la OPS son la clave para evitar la muerte, las enfermedades y los problemas sociales relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas”, ha indicado el doctor Hennis. “Otra medida sencilla, pero contundente, consiste en limitar el horario de comercialización y reducir la concentración de puntos de venta de esos productos en una comunidad”, ha detallado.
La asesora principal de la OPS en materia de consumo de alcohol, la doctora Maristela Monteiro, ha afirmado que “el estudio también demuestra que la mayor proporción de muertes atribuibles por completo al consumo de bebidas alcohólicas ocurre prematuramente en personas de 50 a 59 años, especialmente en hombres”.
“El consumo nocivo de estas bebidas resulta en la muerte de personas que están en la plenitud de su vida. Esta es una pérdida no solo para sus familias sino también para la economía y la sociedad en general”, ha lamentado la experta.
MAYOR CONSUMO DURANTE LA PANDEMIA
Asimismo, durante la pandemia de COVID-19, las bebidas alcohólicas se han promovido por las redes sociales y su disponibilidad ha aumentado en muchos países debido a la mayor facilidad de acceso a las compras ‘online’ y las entregas a domicilio.
Hay evidencias que indican que las personas con mayor probabilidad de aumentar su consumo de bebidas alcohólicas como resultado de estos factores ya consumían alcohol en exceso antes de la pandemia. Además, los puntos de venta de bebidas alcohólicas, como bares y clubes nocturnos, atraen multitudes que no respetan el uso de mascarillas ni practican el distanciamiento social.
“Al comenzar a planificar el retorno a una nueva normalidad, es preciso proteger y fortalecer las políticas sobre el consumo de bebidas alcohólicas”, ha concluido la doctora Monteiro.
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