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La cocaína ya es la droga más detectada en los accidentes de tráfico mortales

NOTICIAS: 20.07.2021

Varón de entre 25 y 54 años que conduce un turismo, perfil del fallecido en los siniestros

 

José Manuel Pan

JOSÉ MANUEL PAN

 LA VOZ

 

GALICIA. Da mucho miedo. La gente no sabe divertirse si no es con alcohol. Y cuando se junta con la conducción aparece la tragedia, el accidente mortal». Jeanne Picard lleva muchos años luchando desde Stop Accidentes para reducir el número de siniestros en la carretera. Perdió a su hijo hace 21 años y acompaña ahora a otras víctimas, a otras familias como ella. Se sobresaltó con los últimos datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses sobre las autopsias a conductores muertos en accidentes en el 2020, el año de la pandemia. La mitad de esos automovilistas fallecidos dieron positivo a alcohol, drogas o psicofármacos, y con un perfil muy definido: varón, de entre 25 y 54 años y conductor de turismo. La mayoría iban muy pasados de alcohol, pero la presencia de otras drogas está aumentando cada año. Picard es tajante. Apela a la responsabilidad compartida, la de los amigos y familiares que dejan que esos conductores se pongan al volante pese a no estar en condiciones. «No hay conciencia de que el alcohol y las drogas son un grave problema», señala antes de apuntar una posible solución: «Debería haber un sistema en los coches que impidiese arrancarlo cuando el conductor ha bebido demasiado alcohol. Lo hacen en los países nórdicos, donde beben mucho alcohol, pero no cogen el coche y se quedan en casa. Aquí salimos para beber».

«Los datos son tremendos, porque hay una curva que en los últimos años va en progresión. Y en el caso del alcohol, la mitad de los fallecidos que dan positivo superan la tasa penal. Es una tasa altísima, con mucho alcohol en el cuerpo», asegura Bartolomé Vargas, fiscal coordinador de Seguridad Vial de la Fiscalía General del Estado. «Son cifras que nos tienen que hacer reflexionar. Es una preocupación permanente. Con el alcohol se ha probado de todo, y tenemos 50.000 condenas al año por culpa de conductores que superan los límites de alcohol con unas tasas muy elevadas». A Vargas le preocupa mucho lo que está ocurriendo con las drogas. Los positivos en conductores fallecidos en accidentes de tráfico han ido aumentando año tras año desde el 2010, en especial en cocaína, que se han duplicado. Esta sustancia tóxica ya es la droga más detectada en los siniestros mortales, en los que cada vez aparecen más casos de consumo combinado, con alcohol y cocaína como mezcla más frecuente. «Y no hay respuesta penal adecuada al delito de conducción bajo la influencia de las drogas», reconoce el fiscal, que ha enviado un oficio a las policías locales para que elaboren actas de signos cuando un conductor da positivo.

El fiscal de Seguridad Vial asegura que se está observando un aumento de la siniestralidad tras las restricciones por la pandemia: «Hay un porcentaje de conductores que salen de forma más irresponsable a la carretera, con un cierto descontrol, con más excesos de velocidad y de alcohol». Y advierte que mucha gente olvida que puede ir a la cárcel por conducir tras haber consumido alcohol o drogas.

«Na condución hai que ter en conta que para moitos xoves o coche é un mundo novo, un mundo que os illa e que non os leva a ningún sitio. E ese novo mundo aumenta coas drogas e co alcol», sostiene el antropólogo y sociólogo Manuel Mandianes. El experto sitúa el problema preferentemente en los más jóvenes, aunque señala que es un problema que se extiende en mayor o menor medida a todas las edades. Recuerda que hace muchos años había trabajadores que salían de la fábrica después de horas de dura brega y que regresaban a sus casas ya de noche tras haber parado a tomarse unas copas de coñac. «Dicían que cunha copa conducían mellor. Non era certo, o que lles pasaba era que non se daban conta dos perigos nin dos obstáculos. Se estes eran pequenos, seguían adiante, pero cando viña un obstáculo forte, víñalles a morte. E así morreu moita xente».

Pero Mandianes vuelve a referirse a los más jóvenes cuando opina que la publicidad preventiva sobre las drogas o el alcohol tiene poco efecto en ellos. «Mais ben ao contrario, porque experimentaron que a droga dálles sensación de liberdade. Unha liberade falsa na que non ven os perigos. Polo tanto, a droga pode estimular a moitos xoves a conducir», concluye.

«En urgencias vemos muchas tragedias causadas por el alcohol. Es una epidemia»

«Los accidentes de tráfico son una epidemia», dice René Zamora, médico adjunto de urgencias en el Chuac. Y advierte sobre la influencia del alcohol y de otras drogas en esos accidentes: «La mayoría de los que ingresan en urgencias son policonsumidores, y una gran parte mezclan alcohol con otras drogas». Dice que gran parte de los lesionados de tráfico que llegan al hospital tienen que ver con un consumo excesivo de alguna sustancia, «de alcohol, sobre todo». Y es tajante al afirmar que «el conductor tiene que entender que el alcohol le afecta muy negativamente». Advierte que produce «sensación de bienestar, de relajación, de euforia y de poca percepción del riesgo, y cuanto más se bebe, más aumentan esos síntomas».

El médico apunta que en urgencias ven «muchos desastres causados por el alcohol y los accidentes de tráfico. Son tragedias personales perfectamente evitables, por beber, por ocio, por tanto, más dolorosas». Por eso cree que «cualquier cortafuegos que se le ponga al alcohol en la conducción será bienvenido». Recuerda que cuando se bebe «las distancias se miden mal, las pupilas se dilatan y no hay control. Y pesa el pie en el acelerador porque el conductor se desinhibe. Es el momento del yo controlo».

Sensación de control

Ramón Ledesma, exsubdirector de Tráfico y asesor de Pons Seguridad Vial, recuerda que «ese pico del 48 % de positivos en conductores fallecidos ya lo había en el 2012, por lo que la tendencia actual es similar». Cree que para analizar la situación hay que tener en cuenta que cada vez hay menos víctimas mortales, aunque se mantenga el porcentaje de positivos en alcohol o drogas. «No descartemos que en los próximos años se reduzcan aún más las muertes, pero sigan subiendo los porcentajes de los que mueren por alcohol o drogas».

Ledesma destaca la importancia de la vigilancia policial. «Cuantos más controles, menos positivos, porque la sensación de control es la que hace que el conductor no beba en un determinado momento si sabe que lo van a parar para hacerle una prueba». Y apunta que probablemente con la pandemia el número de controles haya bajado porque los agentes estaban destinados a otras vigilancias. En opinión de este experto, más que rebajar los límites de alcohol al volante, lo que hay que hacer es cumplir los que ya hay. Y asegura: «Si hay sensación de control en la carretera, el conductor no beberá».

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