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Adicción al sexo, ¿una tendencia en alza?

NOTICIAS: 28.08.2021

Las personas adictas están preocupadas por sentimientos y/o pensamientos sexuales a tal punto que ello interfiere en su funcionamiento laboral.

 

ARGENTINA. La adicción al sexo hace referencia a tener un impulso constante por una satisfacción sexual. Las personas adictas al sexo tienen deseo sexual y fantasías intensas y espontáneas; tienen una conducta sexual compulsiva a tener relaciones sexuales, a autoestimularse, a tener varias relaciones con parejas diferentes en una noche, y también a ver pornografía de manera constante y persistente.

Es necesario diferenciar “adicción” de tener deseos sexuales “muy elevados”, cuando se trata de una adicción se dice que es algo que impide vivir la vida cotidiana con normalidad y ese impulso resulta incontrolable, lo padece la persona, ya que es algo que no puede controlar.

Las personas adictas están preocupadas por sentimientos y/o pensamientos sexuales a tal punto que ello interfiere en su funcionamiento laboral y también les trae problemas con sus relaciones. Sus impulsos sexuales se originan espontáneamente y se sienten “calientes” aún en ausencia de incitadores sexuales externos.

Calor, la excusa para probar nuevas posiciones.

Calor, la excusa para probar nuevas posiciones.

Como me describía un varón consultante:

“Yo salgo a la calle y veo mujeres e inmediatamente tengo deseos, algo siento en mi genitales”

“Veo a mi pareja cambiarse y tengo ganas, aunque sea le digo que me masturbe”

“No puedo controlarlo”

Con mucho dolor, la adicción al sexo, como otras adicciones ocasionan una necesidad imperiosa de saciar ese impulso, lo que impide disfrutar en plenitud de la relación sexual en caso de tenerla.

Socialmente suele tener buena prensa, ya que las personas “adictas al sexo” serían en el imaginario muy buenas parejas. Lo que resulta muy erróneo, ya que no es lo mismo tener ganas con mucha frecuencia, ser creativo, tener riqueza y calidad en el encuentro que estar constantemente con un impulso incontrolable al sexo, lo que muchas veces no se disfruta y hasta se padece.

Cuando las profesionales de la sexología recomendamos enriquecer la vida sexual y poder conectar con nosotras y nosotros mismos nos referimos a potenciar la calidad del encuentro en armonía con nuestro ser consciente, presente en el aquí y ahora, manifestando qué queremos hacer, cuándo, de qué modo, lo cual es muy diferente a lo que una persona adicta al sexo realiza.

Si hay un impulso hacia el sexo, la persona no duda en arriesgar su trabajo, su relación de pareja o incluso exponerse a infecciones de trasmisión sexual. Si no dan curso a su impulso suelen sentirse tensos, ansiosos y disfóricos.

Es necesario acudir a tratamiento psicológico, sexológico y también suele ser conveniente el tratamiento psiquiátrico con medicación para poder trabajar esos aspectos profundos que producen estas conductas y sostienen esta adicción.

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