NOTICIAS: 7.12.2021
Tiene componentes del LSD y del MDMA y solo se asimila a la coca blanca en su forma polvorienta y efecto estimulante
GALICIA. Se cocina en laboratorios de drogas sintéticas, carece de componentes extraídos de la hoja de coca que brota en Sudamérica, es un derivado de la anfetamina, y los únicos parecidos con la cocaína de siempre son dos: el formato polvoriento (aunque se puede presentar de otras maneras, como pastillas) y su efecto estimulante. Dos ciudadanos colombianos detenidos la semana pasada en Mos —por el grupo 2 de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Pontevedra— transportaban 24 gramos de esta sustancia que, todo indica, producían en el mismo laboratorio donde retiraban cocaína convencional que recibían impregnada en prendas de ropa. Esta aprehensión denota el regreso a Galicia del polvo rosa tras contadas apariciones y muy distanciadas en el tiempo.
¿Qué es la coca rosa?
Recibe el nombre 2C-B, Nexus, Tucibí, Eros y, ya en jerga callejera, cocaína rosa. Tiene efectos alucinógenos a causa de sus componentes psicotrópicos derivados del LSD y del MDMA. También causa euforia, como la cocaína convencional, y estimula y resulta adictiva, aunque, la rosa, afirman los expertos, engancha mucho más, lo que la convierte en mucho más peligrosa. La composición de esta droga de diseño es parecida a las anfetaminas. En lo que sí se parecen este polvo rosa y la cocaína es en el efecto nocivo que causan: generan sensación de pánico, ataques de ansiedad, alteraciones emocionales y procesos depresivos a corto o medio plazo.
¿De dónde viene y por qué canales?
Al tratarse de una droga sintética, de fabricación clandestina, no implica un transporte lejano desde cualquier país remoto. Basta conocer los ingredientes necesarios, contar en la organización productora con alguien con los conocimientos químicos necesarios, y el resto del proceso es igual al de cualquier estupefaciente de diseño. Un método que no difiere del speed —anfetamina o metanfetamina en polvo de laboratorio—, que se despacha en el mercado negro nacional desde hace más de 20 años, las pastillas de éxtasis, o, ya en la última década, el MDMA. En España, hasta ahora, la bautizada como coca rosa se interceptó en Levante, Madrid o Barcelona.
¿Quién la consume?
La coca rosa tiene un precio de mercado de 100 euros el gramo (la coca convencional lleva años con un valor medio de 60 en la calle). Se atribuye a la gente con un mayor poder adquisitivo, pero los investigadores, al valorar el perfil del consumidor, la catalogan de esnobismo: «Tiene ese halo de novedoso, incluso exclusivo, como en su día, al llegar a España, lo fue la cocaína, que se catalogó como la droga de la jet. Lo único cierto es que supone un cóctel de sustancias estimulantes y psicotrópicas que a los que la compran les resulta novedoso, igual que el color, y eso tiene tirón. Hasta que empiecen a sufrir sus consecuencias».
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