NOTICIAS: 12.11.2021
Una serie de sustancias tanto legales como ilegales pueden afectar a la conducción y provocar accidentes
MADRID. A través de numerosas campañas la DGT insiste año tras año en la peligrosidad de conducir bajo los efectos del alcohol. Pero tanto las drogas como los medicamentos pueden provocar alteraciones en los conductores y provocar accidentes de tráfico.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) droga es «toda sustancia que, introducida en un organismo vivo, pueda modificar una o varias de sus funciones». Por tanto, podemos clasificar las drogas en estimulantes, depresoras y perturbadoras de la realidad.
Según el Plan Nacional sobre Drogas, en los últimos años, el cannabis es la droga ilegal más consumida en España entre los menores de 30 años. A esta droga le siguen la cocaína, el éxtasis y las anfetaminas. Pero también existen drogas legales, medicamentos recetados por nuestro médico para combatir alguna enfermedad y que son incompatibles con la conducción.
Nos encontramos, por ejemplo, con las xantinas: la cafeína, la teína y la teobromina que se encuentra en el café, el té y el cacao, respectivamente; y con los medicamentos.
Estas sustancias no provocan unas alteraciones en el comportamiento tan fuertes como las anteriores, pero un mal uso también puede afectar a tu capacidad para conducir con seguridad ya que pueden provocar agitación, nerviosismo e irritabilidad por lo que en determinadas situaciones puedes responder de una forma impulsiva, o incluso, agresiva.
Algunos medicamentos, incluso los que no precisan receta médica, pueden disminuir su capacidad para conducir de forma segura.
Entre los medicamentos que pueden disminuir la capacidad para conducir cabe destacar los que se utilizan para tratar los trastornos del sueño, la ansiedad, la psicosis, la depresión, la epilepsia, el párkinson, el dolor, las migrañas, la demencia, las alergias, las afecciones oculares, la gripe y el catarro.
María Jesús Escribano, directora técnica Profesional del Colegio Oficial de Farmaceuticos de Madrid, explica que los grupos de medicamentos que tienen un mayor efecto en la conducción son aquellos que actúan sobre sistema nervioso central (antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos, antipsicóticos, etc.), antihistamínicos utilizados para el tratamiento de la alergia (efecto mínimo en los de nueva generación como loratadina, cetirizina o mizolastina) y relajantes musculares. Además, también pueden influir algunos colirios y numerosos antineoplásicos e inmunomoduladores.
Según la agencia estadounidense Food and Drug Administration (FDA), Administración de Medicamentos y Alimentos traducido al español, algunas medicinas que podrían hacer que sea peligroso conducir son: los analgésicos opiáceos, los destinados a tratar la ansiedad (por ejemplo, la benzodiacepina), los medicamentos anticonvulsivos (antiepilépticos), los antipsicóticos y algunos antidepresivos.
Entre los síntomas de las sustancias medicamentosas están somnolencia, disminución de la atención y disminución de la capacidad de reacción, nerviosismo, ansiedad, somnolencia, alteración de la coordinación, visión borrosa, mareos, debilidad, entre otras.
Por tanto, lo síntomas de la medicación son muy similares a los síntomas de las drogas no legales, por lo que se puede afirmar que los medicamentos, ya tengan receta médica o no, también provocan la alteración en la percepción del individuo.
Ingerir ciertos medicamentos puede hacer que exista un positivo en un control antidrogas, por ello es muy importante leer bien el prospecto del fármaco antes de ponerse ante el volante.
La ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial expone la prohibición de ponerse al volante con la presencia de drogas en el organismo, pero excluye aquellos medicamentos que tienen prescripción médica y con una finalidad terapéutica, siempre y cuando no afecte a la conducción.
Según explica Lucía Gálvez, abogada de Pyramid Consulting, «hay que tener en cuenta que nos encontramos ante un resultado afirmativo o negativo y no es probable afirmar que se consumió hace X horas, ya que es posible detectar un consumo hasta con 24 horas de antelación«.
En cualquier caso, se realiza una prueba mediante una muestra de saliva, el cual detecta la presencia de hasta cinco sustancias: las anfetaminas, cocaína, THC, cannabis y metanfetaminas. Si el resultado es positivo se pasa a tomar una segunda muestra que es precintada y enviada a un laboratorio para confirmarlo.
Una multa por consumo de drogas es de 1000 euros y la detracción de 6 puntos del carné de conducir, y en los casos más graves, las penas de prisión pueden ir de seis meses a dos años.
Cero alcohol al volante
Por otro lado, tenemos la conducción bajo los efectos del alcohol. Tal y como establece la ley, las pruebas para la detección de alcohol consistirán en la verificación del aire espirado mediante dispositivos autorizados; siendo la tasa de alcohol permitida en España es de 0,25 mg/l en aire espirado o de 0,5 g/l de alcohol en sangre en conductores normales y ciclistas o 0,15 mg/l en aire (0,30 g/l en sangre) para conductores noveles o profesionales.
La sanción económica por alcohol está considerada como grave o muy grave, siempre dependerá del grado de alcohol determinado en dichas pruebas. Si la cifra final se ubica entre 0,26 y 0,50 miligramos por litro en aire espirado, la cuantía económica de la sanción será de 500 euros (250 euros por pronto pago) y la pérdida de 4 puntos del carné.
El siguiente escalón sería para los casos que superasen la cifra de 0,50 miligramos por litro en aire espirado hasta 0,60. Para estos infractores, la cuantía de la multa sería de 1.000 euros y la resta de un total de 6 puntos del carné.
Según Gálvez «existe la posibilidad de negarse a realizar las pruebas tanto de alcohol como de drogas, pero lo cierto que no es lo recomendable, ya que te enfrentarías a una pena de prisión entre 6 y 12 meses y a la pérdida del derecho a conducir entre 1 y 4 años«.
Aunque en contra de lo que pueda parecer, España no está entre los primeros países de Europa en consumo de alcohol. El top 10, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo ocupan Lituania, Bélgica, Austria, Bulgaria, Francia, Luxemburgo, Alemania, Irlanda, Polonia y Reino Unido. Nuestro país se sitúa en la mitad de la tabla, superando a Italia y Hungría y, eso sí, por encima de la media europea.
Jesús Román, nutricionista y presidente de la Fundación Alimento Saludable, considera que, en nuestro país, una práctica muy ligada a la cultura mediterránea da preferencia a las bebidas fermentadas como el vino (18%) y la cerveza (54% de los casos).
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